Muchos son los jóvenes que se encuentran en una difícil situación, la de tener que trabajar mientras estudian, probablemente para poder afrontar el precio y costear esos estudios. Sólo un pequeño porcentaje tienen la gran suerte de tener una ayuda económica paterna para poder centrarse únicamente en formarse y acabar sus estudios. Se trata de una ardua tarea, llena de obstáculos, que puede hacer que algunos de los que lo intentan, sucumban y opten por dejar los estudios o el trabajo.

No obstante, a pesar de la gran dificultad que supone el combinar la formación con el empleo, no es imposible realizarlo. Con una buena planificación, fuerza de voluntad y mucho ánimo o positivismo, se puede lograr sin morir en el intento. En este artículo te ofrecemos unas pautas que pueden ayudar a que esta complicada tarea, lo sea un poco menos:

– Organización. El orden y la gestión del tiempo son nuestros mejores aliados. Sería muy bueno tener una agenda donde planifiquemos cada día y sigamos ese orden estrictamente. El horario laboral es fijo, pero nuestros quehaceres son los que tenemos que distribuir entre el tiempo restante. Debes ser consciente del volumen de materia a estudiar y saber dividirla entre los días de los que dispones, añadiendo a esto las tareas diarias ineludibles. Cabe recordar que las primeras horas del día suelen ser las más productivas, por lo que nos pondremos más carga de trabajo.

– Descanso. Quizás es lo último en lo que pensamos y de lo que más podemos prescindir. No obstante, es de las cosas más importantes. Hay que descansar correctamente para poder rendir y poder realizar todas las tareas diarias que previamente hemos organizado. Es mejor hacer 2 horas de estudio al 100% de tu capacidad que 6 horas al 30%.

– Dejar clara la situación en tu trabajo. Es bueno que en nuestro entorno laboral conozcan la situación en la que estamos. Eso nos dará más valor y reconocimiento.

–  Adecúa los espacios de estudio y ten claro cuáles son. Tener un espacio adecuado es vital, así evitaras distraerte y concentrarás en ese punto todo lo relativo a tu formación. De esta manera, cuando te encuentres en el lugar de estudio, sabrás que allí el tiempo lo debes dedicar sólo a estudiar, y no a otras cosas.

– Rodearse de buena gente. Si nuestros compañeros son conscientes de nuestra situación, probablemente, nos ayuden en lo que puedan. Un grupo dispuesto a prestar apuntes, estudiar con nosotros cuando haga falta, compartir la carga de un trabajo académico… es un tesoro para un estudiante que trabaja o un trabajador que estudia.

Es una carrera de fondo, no quieras acabarla antes de tiempo. Se trata de una época muy dura, y no podemos exigirnos más de la cuenta, eso sólo empeoraría las cosas y nos haría perder tiempo, en vez de ganarlo. Si en vez de tardar 4 años en graduarnos, tardamos 6, no pasa nada. El esfuerzo es mucho mayor, así que debemos ser conscientes de lo que esto supone y no limitar nuestro tiempo, lo que haría aumentar exponencialmente nuestro estrés y nos haría empeorar en todos los aspectos. Un poco de estrés es bueno, para mantenernos en tensión, pero pasarnos de la ralla es sumamente peligroso y perjudicial.