Conocimientos técnicos de la empresa, habilidades directivas y el dominio de las nuevas tecnologías se dan cita en los contenidos de un clásico entre los clásicos.

Los Máster en Dirección de Empresas, universalmente conocidos como MBA, suelen ir acompañados de un adjetivo que les describe, el de generalistas. Pero no hay que llevarse a engaños porque aunque traten un amplio abanico de temas, la especialización siempre está presente al abarcar las particularidades propias de la vida empresarial.

 

Los cursos suelen comenzar con una puesta en común en lo que se refiere al lenguaje empleado en el mundo de los negocios, un hecho fundamental si se tiene en cuenta que a este tipo de master acuden licenciados procedentes de todas las ramas universitarias, desde las relacionadas con la dirección y administración de empresas, las ciencias sociales, las humanidades y las vinculadas con la salud.

Las asignaturas que componen los cursos hacen mención a los apartados que dan vida a una compañía, desde el departamento financiero, el de marketing o el área de recursos humanos, pasando por la implantación de estrategias comerciales y las negociaciones internacionales.

Pero no sólo de conocimientos técnicos vive el hombre. Pensando en el ejecutivo como símbolo de su empresa, las escuelas de negocio incluyen en sus programas bloques dedicados a las habilidades de comunicación, liderazgo, motivación y trabajo en equipo que estos profesionales deben reunir.

Las innovadoras tecnologías no podían faltar en un MBA que se precie por lo que suelen incluir apartados dirigidos al comercio en la Red o la creación de empresas puntocom.

 

El prestigio de los ‘rankings’

España va consiguiendo hacerse con un puesto en el competitivo mundo de las escuelas de negocios internacionales, donde son varios los centros con campus en Madrid y Barcelona que aparecen en los rankings más prestigiosos y de calidad: Instituto de Empresa, IESE y Esade.

Los requisitos de acceso a estos programas suelen ser más duros que los demandados para otros master, incluyendo la presentación de un extenso currículo, cartas de recomendación y la superación de pruebas como el Test of English as Foreign Language (TOEFL), para evaluar los conocimientos de inglés, o el Graduate Management Administration Test (GMAT), que mide tanto la capacidad verbal como la numérica.

Son diversas las modalidades de MBA que existen, desde los dirigidos a recién licenciados, pasando por los executive, diseñados para profesionales que cuenten en su haber con experiencia laboral en puestos de responsabilidad de entre tres y cinco años, y los internacionales.

Es indispensable que cualquier ejecutivo del siglo XXI domine el inglés, pero sobre todo si deciden cursar el último tipo de versión porque un gran porcentaje de las sesiones se imparten en esta lengua. Además esos programas cuentan con periodos residenciales en universidades y centros de negocio anglosajones.

La duración de los cursos, que pueden superar las 1.000 horas lectivas, o los precios, que pueden llegar a rondar los 30.000 euros, son otras de las características de los MBA que hay que considerar antes de matricularse en uno de ellos.

 

¿De dónde vienes?

La procedencia de los alumnos es otra de las virtudes por la que destacan los MBA. La mayoría de los estudiantes proceden de Económicas y Empresariales, seguidos por ingenieros y licenciados en Derecho, aunque en un master como éste se puede encontrar gente de todas las ramas.

Los MBA son la base a partir de la cual el alumno se decantará por el ámbito empresarial en el que quiere establecer su especialización profesional. Esta es la razón por la que abordan temas como el lenguaje de los negocios, esencial teniendo en cuenta la heterogeneidad de procedencias, o los distintos departamentos que dan vida a una compañía, desde el financiero, el de marketing y el área de recursos humanos, pasando por la implantación de estrategias comerciales y las negociaciones internacionales entre empresas.