«Consultoría de recursos humanos». En el diccionario
personal de algunos expertos buscadores de empleo, esta expresión
puede ser sinónimo de «selección», «entrevista» o «prueba psicotécnica».

No es del todo cierto. Algunas de estas empresas
ofrecen servicios para quienes sienten que necesitan un nuevo
impulso en su carrera
. A veces se trata sencillamente de un
curso; en otras, la consultoría llega incluso a aconsejar cambios
drásticos de profesión.

Algunas consultorías imparten formación al
estilo tradicional
. Por ejemplo, Tea Cegos dispone de un extenso
catálogo de cursos sobre técnicas de gestión empresarial, recursos
humanos, marketing e informática. Lo más frecuente es que sean
las empresas quienes paguen estas clases a su plantilla, pero
cualquier persona interesada puede acceder sin problemas.

De todas maneras, las consultorías en general
prefieren ofrecer asesoramiento personalizado en lugar
de organizar clases: analizan las necesidades del candidato y
diseñan un programa de formación a su medida. A veces, le buscan
un máster determinado que le ayudará a dar el gran salto profesional.

En otras ocasiones, le asignan un «entrenador»
o coach que le apoyará a la hora de adquirir habilidades
del tipo de hablar en público, asumir el liderazgo de un equipo
o delegar tareas correctamente. Los técnicos de recursos humanos
llaman a este proceso «desarrollo de competencias».

¿Quiénes suelen solicitar estos servicios?
Según Antonio Piniés, de la consultora Auren, el perfil más habitual
corresponde a directivos entre 25 y 40 años que saben que todavía
tienen un gran potencial sin explotar. También es frecuente encontrar
a personas que atraviesan una situación de bloqueo mental. Piniés
pone como ejemplo a un gestor de 28 años que dirige una empresa
de unos de 30 trabajadores y duda de si lo está haciendo bien.
«Con un proceso tutelado de ejercicios se posiciona al profesional
ante situaciones afines a su día a día para que se vaya sintiendo
cómodo y tenga más confianza en sí mismo. Actuamos como un referente»,
explica.

Orientación profesional

Las consultoras también se encuentran con personas
tan desorientadas que no saben qué hacer con su carrera. A ellos
se destina el servicio de orientación profesional.

«A veces se trata de gente muy joven que
ha acabado los estudios y no sabe en que campos profesionales
puede aplicarlos; otras, de personas que llevan años en una profesión
y que se han dado cuenta de que en su día no acertaron con su
formación o simplemente con el trabajo que en la actualidad desarrollan»,
explica Carme Mitjans, de S?pal.

En Auren suelen trabajar también con directivos que superan los
40 años y que han tocado techo en su empresa actual: sienten que
les queda mucho por hacer, pero no pueden abrirse nuevos caminos
laborales porque los anuncios siempre buscan personal «entre 25
y 35 años».

En algunos casos se recomienda un cambio radical
de profesión
; Carme Mitjans explica el caso de un licenciado
en derecho que después de desarrollar su proyecto de gestión de
la trayectoria personal combina los tres ámbitos recomendados:
docencia, informática y diseño, con un alto grado de satisfacción
laboral.

En estos casos, el proceso habitual consta habitualmente
de tres fases:

  • Primero, se valoran las aptitudes y las aspiraciones
    del candidato mediante entrevistas y tests.
  • A continuación, un
    equipo de la consultora diseña varias opciones de futuro para
    esa persona. En algunos casos, se recomienda mejorar la formación
    o entrar en programas de desarrollo de competencias.
  • Se busca
    un trabajo a medida para el cliente.

La duración del proceso varía; en algunos
casos se limita a un mes. En otros, llega a prolongarse años porque
el candidato quiere asegurarse de que ha tomado la decisión correcta
y pide asesoramiento continuo.

Por tanto, el precio del servicio también
depende. A veces, basta un par de sesiones mensuales que pueden
costar hasta 20.000 pesetas. Pero un programa personalizado que
incorpore la figura de un coach supera las 800.000 pesetas.

Consulta psicológica
]

A veces, la situación personal del candidato
se resuelve mejor con atención psicológica que con orientación
laboral. Así lo entienden algunas empresas de recursos humanos,
como Factor Internacional, que han creado su propio servicio de
psicología clínica.

Sus principales clientes son:

  • Directivos sin empleo que se sienten
    incapaces de buscar uno nuevo.
  • Personas en paro en general.

  • Trabajadores con problemas de estrés,
    tensión extrema o fatiga mental.

Se trata de casos en los que la angustia por
los problemas de trabajo supone incluso un riesgo para la salud.

Atención: Encontrarás
más información sobre los servicios de las consultorías
en la guía de Laboris.net.

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