Encontrar un empleo acorde a tu currículo no suele ser tarea fácil, sobre todo si acabas de finalizar tus estudios (y no tienes experiencia profesional) o si, por el contrario, quieres replantear tu carrera. Aquí te ofrecemos una serie de consejos para hacer que sea más fácil abandonar el paro.

El primer paso es contar con un buen currículo, ya que será quien te defina ante la empresa. Algunos de los datos que debe incluir son los empleos desempeñados (en caso de haberlos), las funciones realizadas y los conocimientos que se aportan. Nunca te olvides de adaptar el documento a cada oferta concreta.

Para buscar un empleo no dudes en utilizar todos los medios a tu alcance: desde los portales de internet hasta la prensa especializada, los contactos personales o las bolsas de empleo de las compañías. No olvides anotar aquellas ofertas a las que te presentas, al igual que las empresas a las que envías el currículo, apuntando teléfono y persona de contacto.

¿Te han llamado para acudir a una entrevista? Pues prepárate a fondo. La puntualidad y la imagen serán puntos a tener en cuenta sin olvidar que debes mostrarte flexible en aspectos como el horario, las tareas o el salario.

Si no consigues un empleo a la primera (que será lo más normal), no debes desanimarte. Todo lo contrario: muéstrate constante en la búsqueda y, finalmente, conseguirás el éxito.

Utiliza tus contactos

Si estás cansado de seguir los circuitos habituales para buscar trabajo y prefieres abordar la búsqueda de empleo con nuevas estrategias, lo mejor es que crees tu propia red de contactos. Esta vía recibe el nombre de networking y quienes buscan trabajo no suelen utilizarla habitualmente, aunque es uno de los medios más efectivos.

En realidad, sólo se ofertan en los anuncios de empleo un número limitado de los puestos que están vacantes. Naturalmente, la cantidad de contactos va aumentando con el tiempo, cuanta más gente conozcamos, más entradas tendremos en nuestra agenda. El empleo de este sistema nos permitirá entrar en contacto con algunas personas que habrán pasado por una situación similar a la nuestra. Ellas nos darán consejos útiles sobre la mejor forma de proceder.

En primer lugar, si estás creando tu red de contactos, debes aprender a ser humilde. Si reconoces tus limitaciones podrás valorar más la ayuda que puedan ofrecerte los demás. De hecho, el principal objetivo a la hora de construir y activar una red de contactos es aprovechar las oportunidades que te ofrecen los conocidos y saber que en un futuro nosotros también podremos ayudarles.

Diez buenas ideas

Si sigues al pie de la letra este completo decálogo, seguro que la tarea de encontrar trabajo resulta mucho menos ardua.

El siguiente decálogo de buenas prácticas puede servirte de punto de partida para el éxito en tu búsqueda.

  • Conócete a ti mismo. Analiza tu trayectoria formativa y profesional y haz un listado detallado de tus conocimientos, experiencia, logros y habilidades. Son tu carta de presentación en el mercado, tu definición como ‘producto’, que en función de su ‘atractivo’ va a tener más o menos posibilidades de interesar a las empresas.
  • Define tu objetivo profesional. Reflexiona sobre el tipo de trabajo que te gustaría realizar teniendo en cuenta tu formación, experiencia, habilidades y preferencias. Tómate tiempo: analiza a fondo qué no te gusta hacer y con qué disfrutas trabajando.
  • Indaga para hacerte con una base de fuentes de empleo lo más amplia posible. No te conformes con consultar las ofertas de empleo de la prensa, recurre también a páginas web y a las bolsas de empleo de los centros donde hayas estudiado y a las del gremio o colegio profesional de tu especialidad; localiza listados de empresas para enviarles tu currículo, sin olvidarte de las compañías de la competencia de tu sector a las que podrías interesarles.
  • Utiliza tu red de contactos personales. Da voces sobre todo entre las personas que sepas que por su situación profesional pueden conocer ofertas de empleo, proporcionarte información interesante de empresas y del mercado laboral y ponerte en contacto con personas bien situadas para acercarte a empleos concretos.
  • Estudia a fondo las ofertas de empleo en las que estás interesado. Observa qué requisitos aparecen en la mayoría para ver cuáles cumples y cuáles no. Ello te dará una idea de las carencias de formación o experiencia que te impiden acceder a según qué puestos.
  • Lleva una agenda de tus pasos en la búsqueda de empleo. Realizarás muchas acciones. Lo mejor para no olvidarte de ninguna de ellas y hacer balance del proceso es ir anotándolas.
  • Prepara las entrevistas de trabajo. Apréndete el currículo para hablar con soltura de él y contestar con seguridad a las preguntas que te hagan sobre tu trayectoria académica y profesional.
  • Reflexiona sobre cómo ha ido la entrevista, y si la empresa no se pone en contacto contigo en unos días, llama para interesarte por tu candidatura.
  • Si pasan los meses y no encuentras empleo, analiza la estrategia seguida para revisar si tiene alguna ‘fisura’.
  • No olvides la opción del autoempleo si eres emprendedor o si por tu perfil tienes dificultades para encontrar un puesto. Un profesional válido no necesita que otros lo contraten, puede optar por trabajar por cuenta propia.

¿Eres el candidato ideal?

Experiencia, formación y habilidades sociales son los tres requisitos más demandados en los candidatos.

Todos los expertos coinciden: la experiencia en un puesto similar al que se ofrece, la titulación universitaria (cuando es imprescindible para el trabajo a realizar) y las habilidades sociales son los tres requisitos más solicitados a la hora de contratar a un nuevo empleado. Los master y postgrado suman puntos, así como la disponibilidad para viajar y cambiar de residencia y el dominio de idiomas extranjeros (principalmente el inglés).

La presión de la competencia y los continuos cambios en el mercado obligan a las empresas a buscar profesionales resolutivos, adaptables y capaces de contribuir a corto plazo a la consecución de los objetivos que se haya marcado la organización. Por esta razón, hoy más que nunca, la experiencia es un grado.

¿Va esa necesidad de poseer experiencia acompañada de una retribución mayor que en años anteriores? No necesariamente.

Las habilidades sociales forman parte de la inteligencia emocional y hacen referencia a la capacidad de relacionarse adecuadamente con los demás. Las empresas las tienen muy en cuenta, y no sólo entre los profesionales que ya tienen un puesto de trabajo. Cabe mencionar: el optimismo, la capacidad para asumir riesgos y responsabilidades, la capacidad de comunicación, la facilidad para el trabajo en equipo, el compromiso, la confianza en uno mismo y la orientación al cliente, aunque existen muchas otras.

Las Cámaras de Comercio, las escuelas de negocio y los centros de formación continua de las universidades son algunas de las instituciones a las que acudir para desarrollar estas habilidades. Imparten talleres, seminarios y cursos de corta duración, y además casi todas incluyen en los master y postgrados materias relacionadas con ellas.

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