El estudiante que, una vez finalizados sus estudios, no ha realizado un período de prácticas en alguna empresa, suele ser considerado un «rara avis» por muchas compañías. Porque cada vez son más las oportunidades que se les presentan a los futuros titulados para establecer un primer contacto con lo que supondrá la realidad de su futuro laboral.

El hecho de disfrutar de una beca durante el curso escolar no debe considerarse como una traba en el tiempo que uno dedica habitualmente a estudiar, sino que debe contemplarse como un beneficio en el medio plazo: el que nos aportará cuando tengamos el título bajo el brazo e iniciemos la búsqueda de empleo.

Por este motivo hay que evitar esperar a finalizar los estudios para iniciar la búsqueda de algunas prácticas o becas en empresas que nos permitan adquirir experiencia. Y en el mismo ámbito se pueden incluir las salidas al extranjero para mejorar o perfeccionar un segundo idioma y la preparación de un buen currículo que sirva como carta de presentación ante losdepartamentos de RR.HH. de las empresas.

Todas estas actividades suelen dejarse para el final de la carrera universitaria, lo cual supone un error por parte del estudiante porque en la mayoría de los casos los seleccionadores exigen que ya se haya pasado por esa fase anteriormente. La experiencia acumulada por personas todavía muy jóvenes suele ser un factor decisivo a la hora de contratarlas, ya que el plazo que dan las organizaciones a los recién titulados para que rindan al cien por cien es cada vez más corto. Lo habitual es que dure de tres a seis meses en una primera fase, y un año en un segundo nivel.

La mejor forma de conseguir un período de prácticas dentro de una empresa es a través de las convocatorias de becas que organizan las propias organizaciones. ?stas suelen ir dirigidas a estudiantes de los últimos cursos, con un perfil muy determinado y con el objetivo de que adquieran cierta soltura dentro de su futuro ámbito de trabajo.

¿Cuándo solicitarlas?

Lo primero que hay que considerar es el momento idóneo para solicitar una beca de este tipo. Obviamente, la mayoría deveces tendremos que circunscribirnos a las condiciones dictadas por la propia convocatoria. Pero si la candidatura es«motu proprio» lo mejor es esperar hasta tercero o cuarto de carrera, o en los últimos años de cualquier otra disciplina de estudios. De esta forma ya hemos asimilado gran parte de los conocimientos teóricos propios de una determinada profesión y comenzaremos a pulirlos con la puesta en práctica (que muchas veces está bastante alejada de lo que cuentan los libros de texto).

El momento del año para solicitarlas también tiene que tenerse en cuenta. Hay empresas que emplean a becarios durante los meses de verano para, de esta manera, suplir las vacaciones de sus trabajadores, y este es el mejor momento para adentrarse en la realidad empresarial. Sin embargo, otras firmas reducen su actividad durante los meses estivales y prefieren contratar becarios el resto del año, cuando tienen más cantidad de trabajo.

Perfil del becario

¿Qué actitudes ha de tener un estudiante para convertirse en becario de una empresa? Cada compañía suele establecer un perfil determinado para las diversas prácticas que ofrece. Pero, en líneas generales, debe tratarse de candidatos con ganas de aprender, con empuje, mucha iniciativa y que demuestren capacidad para encajar dentro de un equipo de trabajo. Entre los requisitos «técnicos» que se tendrán en cuenta destaca el expediente académico, los idiomas que se conocen (sobre todo un buen dominio del inglés), las actividades extra-académicas y el manejo de herramientas informáticas y de internet.

¿Y qué debe buscar el futuro becario en la realización de unas prácticas? Fundamentalmente, la oportunidad de trabajar en un entorno multidisciplinar y multicultural, que le permita adquirir unos conocimientos y una «soltura» propios de su profesión y, en último término, la posible incorporación a dicha empresa como un trabajador más, tras concluir el período de prácticas. De hecho, los becarios suelen entrar a formar parte de la base de datos de las empresas y, cuando surge un puesto de trabajo, acuden a ellos.

Antes de aceptar una beca o contrato de trabajo en prácticas, hay que considerar una serie de puntos que nos permitan sacar el máximo provecho de dicha etapa. Como primer dato importante, las funciones propias del puesto deben contribuir a incrementar los conocimientos del candidato y ser útiles para su futura carrera profesional. Además, el nombre y la categoría de la empresa dentro de su sector es muy importante porque, incluido en el currículo, abrirá las puertas de otras compañías.

Así pues, aunque tengas poco margen de maniobra, debes inscribirte en aquellas convocatorias que más se ajusten a tus estudios o a tus deseos profesionales; y si puedes llevar a cabo tus prácticas en una organización prestigiosa, mejor todavía. Pero, sobre todo, ten paciencia: muy pocas personas encuentran el empleo soñado nada más iniciar su búsqueda.

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