Muchas son las razones que avalan el crecimiento que la formación profesional está experimentando en España, encabezadas todas ellas por un hecho indiscutible como demuestran los datos de entidades y organismos oficiales: la elevada inserción laboral es uno de los valores en alza y contribuye a que cada día más jóvenes apuesten por este itinerario educativo.

Y es que una de las características más evidentes de la FP es su clara orientación laboral. El carácter práctico de las enseñanzas propias de la formación profesional ha sido siempre su mejor carta de presentación ya que su objetivo es el de preparar a especialistas con la idea de que puedan ejercer inmediatamente tras conseguir su titulación.

No hay que pasar por alto que en la FP los trabajos prácticos dejan de ser opcionales para convertirse en obligatorios. Pero la FP es mucho más que esto, como queda reflejado en las novedades con las que se presenta.

Acceso al programa Erasmus

Entre estas novedades cabe destacar la posibilidad que los estudiantes de grado superior tendrán desde el próximo curso de participar en el programa de intercambio educativo Erasmus, hasta el momento reservado a universitarios.

Entrar en la universidad desde la FP es otra posibilidad con la que cuentan siempre que se cuente con un grado superior de formación profesional. Esta vía permite el acceso principalmente a titulaciones de primer ciclo, como diplomaturas universitarias e ingenierías técnicas, aunque también es posible el paso a determinadas titulaciones de segundo ciclo, esto es, algunas licenciaturas e ingenierías superiores. En todos los casos los estudios a los que se tiene acceso están vinculados con la especialidad seguida en la formación profesional.

Apuesta por la flexibilidad

El Congreso de los Diputados aprobó hace ahora un año la Ley Orgánica de Educación, la LOE. De este modo culminaba un proceso que comenzaba en septiembre de 2004 y que ha venido a sustituir a la LOGSE (1990), la LOPEG (1995) y la LOCE (2002).

Este desfile de siglas sirve para explicar las novedades que la nueva legislación ha llevado dentro de la histórica formación profesional.

Ciclos Formativos

El proyecto de la Ley Orgánica de Educación establecía en su exposición de motivos que la Formación Profesional «comprende un conjunto de ciclos formativos de grado medio y de grado superior que tienen como finalidad preparar a los alumnos para el desempeño cualificado de las diversas profesiones, el acceso al empleo y la participación activa en la vida social, cultural y económica».

Los responsables del Ministerio de Educación español hicieron hincapié durante la pasada tramitación de la LOE en la apuesta que se hace por la formación permanente, un ciclo que tiene principio pero no fin. Para ello se pondrán en marcha mecanismos que facilitarán las conexiones con la FP.

Mayor flexibilidad

Así lo establecía el proyecto de la LOE, donde se podía leer que la ley «introduce una mayor flexibilidad en el acceso así como en las relaciones entre los distintos subsistemas de la formación profesional».

Con objeto de aumentar la flexibilidad del sistema educativo y favorecer la formación permanente, se establecen diversas conexiones entre la educación general y la formación profesional».

La Ley Orgánica de Educación (LOE) establece como novedad que los alumnos que no superen en su totalidad las enseñanzas de cada uno de los ciclos formativos recibirán un certificado académico de los módulos completados que tendrá efectos de acreditación parcial acumulable de las competencias adquiridas en relación con el Sistema Nacional de Cualificaciones de Formación Profesional.

El salto de la FP a la universidad

Otra novedad es que los estudiantes de formación profesional podrán convalidar asignaturas por créditos universitarios para facilitar las conexiones entre ambos sistemas.

No hay que olvidar que después de conseguir un título de un ciclo formativo de grado superior, se puede acceder a titulaciones de primer ciclo, ya sean diplomaturas universitarias o ingenierías técnicas aunque también a determinadas carreras de segundo ciclo, licenciaturas e ingenierías.

Las titulaciones a las que se tiene acceso están relacionadas con la rama o especialidad cursada en la formación profesional. Otra de las novedades permite convalidar algunas de las asignaturas superadas.

A todos los estudios que pueden admitir alumnos procedentes de estudios de formación profesional les reservan un número determinado de plazas. Esto es lo que se conoce como el Cupo de Formación Profesional.

En el caso de las diplomaturas e ingenierías técnicas, el cupo se sitúa entre el 15 y el 30 por ciento de las plazas ofertadas por la titulación mientras que en las licenciaturas e ingenierías superiores el porcentaje es bastante inferior, situándose entre el 5 y el 7 por ciento.

© Laboris