Europa busca la convergencia en materia educativa. Y, para conseguirlo, se ha propuesto la creación de un Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) que, seguramente, todo el mundo habrá oído mencionar en alguna ocasión. Este gran espacio va a suponer un punto de partida para las propuestas universitarias españolas, que se están adaptando a las directrices marcadas en dicho proceso.

¿Se está consiguiendo? Para el vicepresidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) y rector de la Universidad de Santiago, Senén Barro, «en general, la transformación de las titulaciones actuales sigue la línea marcada, por lo que podemos decir que, en este aspecto, efectivamente se están cumpliendo los objetivos establecidos».

La parte que todavía no podrá valorarse es la relativa al trabajo desarrollado por los alumnos y la adquisición de unas competencias determinadas. «Es muy pronto todavía para valorar el cumplimiento de los objetivos marcados, aunque el esfuerzo realizado en la formación del profesorado en las nuevas metodologías está siendo muy grande», señala Senén Barro. «Algo similar podemos decir para el caso del establecimiento de los sistemas internos de garantía de calidad».

Todo en 2010

El EEES deberá alcanzar sus objetivos en el año 2010, fecha en la que todos los países implicados tendrán que estar plenamente adaptados a Europa. La redefinición del marco y la estructura de las titulaciones oficiales; la aplicación de nuevas metodologías de enseñanza y aprendizaje basadas en la adquisición de habilidades, destrezas y aptitudes; la adaptación de los espacios docentes; el fomento de la movilidad con otras universidades y la implantación de un nuevo sistema de créditos son algunos de los principales puntos que incluye el proceso.

Pero, el proceso ¿va a ser para bien o para mal? Para el vicepresidente de la CRUE, «la construcción conjunta del EEES está siendo una magnífica oportunidad para resolver algunos de los problemas que, históricamente, han lastrado nuestra formación. Estamos construyendo un espacio de educación de más de diez millones de estudiantes». El papel que jueguen las universidades, las autoridades educativas y la sociedad en general será determinante para que todo llegue a buen puerto.

¿Qué puntos son los que más van a destacar en el nuevo espacio? «El reconocimiento de estudios que se producirá de forma automática en los 46 países implicados, la oportunidad de cursar los estudios en varias instituciones de educación superior en diferentes países, es decir, la movilidad, el aprendizaje centrado en los alumnos con una supervisión personalizada y el diseño de los estudios teniendo en cuenta el posterior ejercicio profesional, junto a la garantía de la calidad de los estudios, certificada por agencias externas a la universidad», señala.

Notas discordantes

Pese a todo, no existe unanimidad entre las partes respecto a los resultados del EEES. De este modo, los estudiantes no se muestran muy favorables a los cambios que se van a producir en algunas titulaciones y se quejan de la poca información que están recibiendo sobre el proceso.

Una posible razón la encuentra el rector de la Universidad de Santiago en el hecho de que los estudiantes «ignoran, en general, muchos aspectos importantes del proceso que se está desarrollando y de las oportunidades que se les presentan».

Las más de 100 titulaciones de grado que comenzarán a impartirse en España a partir del próximo curso contribuirán, sin duda, a despejar algunas de las incógnitas, al tiempo que permitirán conocer «las bondades del proceso y corregir sus deficiencias», concluye Setén Barro.

Un papel difícil

La Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y la Acreditación (ANECA) es el organismo que está encargado de verificar los nuevos títulos que presenten las universidades. Y no juega un papel sencillo. «Se ha enfrentado a un proceso realmente complejo con muy poco tiempo por delante», afirma el vicepresidente de la CRUE, Senén Barro. «Esto ha provocado disfunciones en el proceso, que han generado inquietud entre las universidades españolas».

Para el representante de los rectores, hay que solventar de manera urgente los posibles problemas, «más aún por el hecho de que, en los próximos años, deberán verificarse el grueso de los planes de estudio que conformarán la oferta de grados del sistema universitario español en el horizonte de 2010».

¿Conoces los créditos ECTS?

Su origen se encuentra en los programas Erasmus y Socrates. Valorarán el volumen de trabajo y no las horas lectivas.

Una de las principales medidas del EEES es la puesta en marcha de los créditos ECTS (European Credit Transfer and Accumulation System). Aunque su nacimiento se remonta a los programas europeos de becasErasmus y Socrates, al buscar un sistema de equivalencias y reconocimiento de los estudios cursados en otros países. Y es aquí donde va a convertirse en auténtico protagonista.

A día de hoy, un crédito en cualquier universidad española equivale a diez horas lectivas teóricas, prácticas o de equivalencias (es decir, procedentes de estudios en el extranjero, prácticas en empresas, etc.). Pero una vez implantado el EEES, el crédito valorará el volumen de trabajo de cada universitario para adquirir las competencias propias de su programa.

Cada crédito ECTS equivaldrá a entre 25 y 30 horas de trabajo, donde se tendrá en cuenta el tiempo invertido en asistir a clase, la asistencia a seminarios, el estudio personal, la preparación y realización de exámenes, etc.

De las carreras a los grados

Los graduados serán los sustitutos de los actuales licenciados, diplomados e ingenieros.

El licenciado, diplomado o ingeniero en determinados estudios es una denominación que está en vías de desaparecer, para ser sustituida por la de graduado. El EEES llega con un sistema educativo dividido en tres niveles diferentes: Grado, Master y Doctorado. El primero de ellos es el que nos ocupa en este número.

La obtención del título oficial de Grado requerirá conseguir un total de 240 créditos ECTS, es decir, superar cuatro años de estudios. Cada título comenzará con una parte común a todas las titulaciones de la misma rama de conocimiento (se establecen cinco: Artes y Humanidades, Ciencias, Ciencias de la Salud, Ciencias Sociales y Jurídicas e Ingeniería y Arquitectura), en la que se podrán conseguir, como mínimo, 60 créditos. Los alumnos conseguirán durante esta etapa formarse en todo el tema de las competencias básicas.

La segunda parte será específica de los estudios elegidos y se basará tanto en la movilidad de los estudiantes como en la flexibilidad curricular. Además, una vez finalizado el Grado, cada estudiante tendrá que realizar y defender un trabajo de fin de Grado, que también le aportará los correspondientes créditos.

Títulos con una función social

Ciertas propuestas de las universidades no son económicamente rentables, aunque seguirán ofreciéndose.

Algunas carreras e investigaciones ofertadas dentro de la universidad pública española no resultan del todo rentables, si nos fijamos en sus cifras. Pero van a seguir manteniéndose en el panorama educativo, según ha explicado la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, al formar «parte de su función histórica y social».

Dicha declaración fue realizada durante la sesión plenaria del Consejos de Universidades, que acaba de reunirse para tratar la verificación de las primeras titulaciones adaptadas al EEES (dando su visto bueno a las casi 140 titulaciones a las que la ANECA ha dado su aprobación).

En opinión de la ministra, se tiene que producir una evaluación paulatina pero sostenida, que conduzca a un modelo universitario «con más componente de investigación e innovación». Garmendia también ha destacado el «papel crucial» que juega la investigación dentro del campo de las humanidades y las ciencias sociales.

Según explicó la ministra, «en todo el debate y construcción del sistema de financiación (universitaria), no debemos olvidar que la universidad tiene también un cometido esencial de garantizar el mantenimiento de determinados saberes y campos de investigación que, aunque no sean detectados por la opinión pública como económicamente competitivos, deben preservarse en el ámbito universitario».

Una de las medidas tomadas por el Consejo de Universidades ha sido la aprobación de un procedimiento urgente para que las universidades interesadas puedan reclamar por la calificación negativa obtenida por la ANECA (un total de 60 titulaciones).

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