La progresión en la carrera profesional puede verse impulsada por una serie de factores que actúan como empuje y, al mismo tiempo, frenada por otra serie de obstáculos. Uno de estos últimos, según parece, está muy vinculado al género del trabajador, es decir, el hecho de ser hombre o mujer. De este modo, una cuarta parte de las españolas afirma que su sexo constituye una barrera para su progresión laboral, opinión compartida por sólo el cinco por ciento de los hombres. Las trabajadoras que más comparten este pensamiento se encuentran en la franja de edad de los 36 a los 45 años.

Éste es uno de los datos que la firma Accenture recoge en su estudio ‘Un paso hacia 2011: nuevo horizonte para las mujeres profesionales en España’. En él también se incluyen los factores que facilitan el avance en la carrera, que son, principalmente, los conocimientos técnicos y la capacidad para aprender a utilizar las nuevas tecnologías (tanto para ellas, 65 por ciento de las consultadas, como para ellos, 55 por ciento). En el caso de las féminas también destaca la importancia otorgada al aumento de su formación mediante la realización de estudios avanzados (como master y postgrado).

Para la socia de Accenture, Carmen Díaz Madroñal, «si miramos hacia 2011, tanto los hombres como las mujeres deberán estar preparados para afrontar los desafíos y aprovechar las oportunidades de un mundo multipolar en el que las economías de los mercados emergentes compiten con la supremacía colectiva de Estados Unidos, Europa y Japón». ¿Qué ocurrirá en medio de este escenario? Que las empresas estarán obligadas a «adaptar sus modelos de negocio» y a «proporcionar a cada uno de sus empleados una amplia gama de conocimientos, muchos de los cuales no han sido demandados aún por los ejecutivos».

Preparados

Una de las afirmaciones vertidas en este estudio es que las mujeres confían en su preparación para competir en la economía del futuro. Y también los hombres. De este modo, cuatro de cada diez españoles afirman que están preparados para tener éxito dentro de un mundo globalizado futuro.

Para medir este factor, Accenture establece seis categorías diferentes: agilidad, responsabilidad social, conocimientos globales, tecnología, inclusión y diversidad y relaciones de negocio.

Todos los profesionales coinciden en señalar en primer lugar a la tecnología como el principal de los conocimientos requeridos.

Un 83 por ciento de los consultados se mostró interesado en el uso de las nuevas tecnologías (como los blogs o las redes sociales) para conseguir sus futuros objetivos. «Es importante que las empresas recuerden que deben mantener su atención en la capacitación y en el desarrollo profesional para mejorar las capacidades de sus empleados», afirma Carmen Díaz. «Las empresas de alto rendimiento comprenden que optimizar el potencial de todos sus profesionales se ha convertido en algo cada vez más importante a la hora de proporcionar una ventaja competitiva sostenida a sus organizaciones».

Diferentes valores

Pero, ¿dónde radica el éxito para un profesional? Dependerá de que éste sea hombre y mujer. Así, éstas atribuyen sus progresos a la ambición y la orientación, a la pasión por la trayectoria seleccionada y al apoyo familiar. El triunfo para ellos llega ayudado por las capacidades técnicas y la promoción de las relaciones profesionales.

La edad también es un punto que se ha tenido en cuenta en este estudio. De hecho, los más jóvenes son los que se consideran mucho más preparados para alcanzar sus objetivos en el año 2011. En este punto se encuentra casi la mitad (49 por ciento) de los integrantes de la ‘generación Y’ (entre 26 y 35 años) y el 45 por ciento de la ‘generación X’ (entre 36 y 45 años). Entre los mayores de 46 años (los nacidos durante el baby boom posterior a la Segunda Guerra Mundial), sólo el 41 por ciento afirma que dentro de tres años estará preparado.

Mujer y madre, un difícil equilibrio

Las profesionales cualificadas con hijos son las más insatisfechas con su vida laboral.

Tener un hijo y poder desarrollar una carrera pueden parecer dos logros importantes para cualquier mujer. Pero las profesionales cualificadas que, además, tienen hijos, son quienes más insatisfechas se muestran con su vida laboral.

Este dato se desprende de un estudio sobre las consecuencias que tiene sobre la salud de las mujeres la actividad laboral. El documento ha sido elaborado por el Instituto de Medicina Avanzada y la Dirección General de la Mujer de la Comunidad Valenciana y analiza cinco grupos diferentes: amas de casa con y sin cargas familiares, mujeres que trabajan fuera de casa con empleo no cualificado, profesionales con hijos e inmigrantes.

Así, las profesionales son quienes presentan más episodios de ansiedad y quienes más ansiolíticos y antidepresivos toman de forma habitual.

El análisis de la forma de vida y los hábitos muestra que las trabajadoras son quienes menos deporte practican.

Se duerme poco

El sueño también es analizado en este estudio, siendo menos de seis las horas de media que duermen las profesionales con hijos y las amas de casa con cargas. De este modo, sólo el 25 por ciento de las trabajadoras cualificadas afirma disfrutar de un sueño reparador.

El apartado del estudio dedicado a la maternidad concluye que existe una clara tendencia a retrasar la edad del primer embarazo a partir de los 35 años.

Para la directora del Instituto de Medicina Avanzada, Teresa Añón, la legislación de la conciliación de la vida laboral y familiar resulta «imprescindible, tanto en el hombre como en la mujer. Asumen bien que a nivel profesional pueda haber zancadillas por el hecho de ser mujer y luchan contra ello. Pero cuando llegan a casa no pueden hacer frente solas a las tareas familiares, lo que conlleva sentimientos de culpabilidad».

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