Cada español ha estudiado, de media, 14 años. Una cifra que pone de manifiesto que algo se ha mejorado (ha aumentado un 0,8 por ciento) pero que, aún así, sitúa a España, junto a Italia y Portugal, en el grupo de Estados donde el tiempo de estudio es menor. Tal vez por ello en los últimos años ha aumentado en nuestro país la contratación de personal con menor nivel educativo.

En concreto, se han creado en los dos últimos años 327.000 puestos (uno de cada cuatro) para personas con educación secundaria incompleta, mientras que en la mayoría de los países de la Unión Europea (UE) los destruyen o apenas los generan. ¿Los motivos? Según el último Euroíndice Laboral IESE-Adecco, del que se extraen estos datos, la propensión española a generar empleos para trabajadores con bajo nivel educativo (ha aumentado un 3,8 por ciento entre 2005 y 2007) se debe, sobre todo, a la importancia que durante los últimos ejercicios han adquirido ciertos sectores, especialmente la construcción y la hostelería.

A nivel europeo, a la vez que se destruyen empleos ocupados por trabajadores de bajo nivel formativo (se han eliminado 313.000 en toda la UE), seis de cada diez puestos fueron a parar a personas con educación secundaria completa. De modo que para que España se sitúe a nivel europeo necesita formar entre cuatro y cinco millones de los ocupados con bajo nivel educativo.

Por su parte, el 46 por ciento de las nuevas contrataciones en Europa correspondieron a personas con estudios universitarios. De hecho, este colectivo es el que más ha aumentado su ocupación (un 7,3 por ciento más).

También cualificados

Ahora bien, España no se queda atrás en cuanto a la contratación de trabajadores con estudios superiores. Y muestra de ello es que el 42 por ciento de los nuevos empleos creados en los dos últimos años ha sido ocupado por personas con educación universitaria. Es decir, éstos se han hecho con 555.000 plazas.

El incremento ha sido, por tanto, de un nueve por ciento, si bien en otros países esta proporción ha sido mayor: en Holanda alcanza el 39 por ciento y en Polonia, por ejemplo, el 36. Irlanda es, por su parte, el Estado con el incremento más alto, con un 16,3 por ciento. Y es que, a pesar de las cifras registradas en España, aún está muy lejos de llegar a los niveles de Reino Unido, el país que más personal con educación superior ha contratado (714.000).

Tres niveles diferentes

El ‘Euroíndice Laboral IESE-Adecco’ toma como referencia la clasificación que Eurostat hace en cuanto al nivel de formación. De este modo, uno de los grupos estaría compuesto por las personas con un nivel de formación inferior o de secundaria incompleta. Aquellos que han finalizado estudios de educación secundaria y han realizado o no cursos complementarios de especialización (como los de Formación Profesional) compondrían el segundo grupo, mientras que el último estaría formado por los que han realizado estudios terciarios, universitarios o algún postgrado.

La clave para sacar partido al talento

La consultora Accenture propone que responsables políticos, organizaciones y trabajadores se coordinen para que el paso a la economía del conocimiento no nos coja por sorpresa y se pueda generar empleo competitivo.

Accenture, en su estudio sobre el ‘Talento para el futuro. Claves para generar empleo competitivo en Europa’, afirma que hay una «clara correlación» entre el nivel educativo y el empleo y alega que cuanto mayor es el primero, más aumenta el segundo. Y es que, parala consultora, la formación es una de las claves para llegar a la economía del conocimiento y a la creación de empleo competitivo.

Por esta razón, propone modificar los sistemas de formación y el desarrollo de conocimientos especializados y competencias. ¿Cómo? A través de la coordinación entre responsables políticos, organizaciones empresariales y docentes e individuos.

Pero vayamos por partes. Respecto a los primeros, deberán intervenir y fomentar el cambio, mientras que las instituciones docentes tendrán también que impulsar la formación «como un proceso de desarrollo continuo a lo largo de toda la vida». Las empresas deberán ejercer un papel básico en la transición hacia el nuevo sistema de competencias y conocimientos, en el que queden bien definidos los requisitos de habilidades. Los trabajadores, por último, deberán asumir más responsabilidad en cuanto a su formación y educación, buscando vías nuevas para definir su perfil profesional y adaptarlo a la demanda.

Formación a distancia para hacerse un hueco

La mayoría de los titulados opta por cursos de auxiliar administrativo.

A mayor nivel educativo, más posibilidades de encontrar un empleo. Esto es lo que suele pensarse cuando se pone en relación la formación con el mercado laboral. Sin embargo, no siempre es así. Y muestra de ello es que el 12 por ciento de los titulados de grado medio o superior hace un curso a distancia para tener más opciones de acceder al mercado de trabajo.

Esto es lo que se desprende del análisis realizado por Master-D en el que, además, revela que la mayoría de los jóvenes que realizan estos cursos se decanta por los de auxiliar administrativo. En concreto, los realiza un 12 por ciento, mientras que otro siete prefiere los de educación y cuerpos de seguridad y un cinco por ciento opta por los de personal de oficios. No obstante, en los últimos meses se están sumando a las preferencias de los titulados los cursos relacionados con la dependencia o las energías renovables, entre otros.

Pero, ¿qué tipo de titulado es el que acude a la formación a distancia? Suele ser un joven de 27 años, en su mayoría (52 por ciento) mujer y de Andalucía, pues es en esta comunidad donde se solicitan más cursos (21,5 por ciento). Por contra, Extremadura es la región española donde menos interés muestran los titulados por este tipo de formación.

Cuestión de dinero

Un nivel formativo superior supone un aumento de la productividad y ésta es la que determina el salario.

Tener un nivel formativo medio o elevado aumenta, en términos generales, las posibilidades de acceder a un empleo. Pero también incrementa las de obtener un sueldo mayor. Como señala el ‘Euroíndice Laboral IESE-Adecco’, un nivel educativo elevado permite una mayor productividad en el trabajo, y ése es, precisamente, «el fundamento último del salario real». De hecho, por cada punto porcentual que se eleva el capital humano utilizado, el salario aumenta dos.

Sólo hay que remitirse a los datos registrados en Irlanda y Francia para constatarlo, pues en el primer país el aumento del 1,7 por ciento del tiempo de estudio ha venido acompañado de un cuatro por ciento del salario. En Francia, mientras el tiempo de estudio se ha subido un 1,2 por ciento, el salario lo ha hecho en un 3,8.

Aún así, el nivel formativo no es lo único que influye en los salarios. Y un ejemplo de ello lo encontramos en España, donde el aumento del suelado real medio ha sido del 1,1 por ciento, inferior al 2,5 por ciento registrado en países de alrededor. ¿Las razones? Según IESE-Adecco, han influido en esta tendencia tanto los niveles de inflación españoles como la tasa de paro.

Las empresas están satisfechas

Las entidades valoran positivamente los conocimientos y las motivaciones que reúnen los titulados que contratan.

El 65 por ciento de las empresas está satisfecho con la formación que han recibido los trabajadores que se incorporan a ellas. Al menos, es lo que se desprende del estudio ‘Las competencias profesionales en los titulados’, elaborado en 2007 por Accenture, donde se pone de manifiesto que esta opinión es común tanto si se analiza por sectores como por el tamaño de las compañías.

En concreto, las motivaciones y los conocimientos de los titulados es con lo que las empresas están más satisfechas. En este sentido, las entidades consideran que la responsabilidad del desarrollo de las competencias profesionales la tiene el sistema educativo previo y la universidad, excepto en competencias como la capacidad de trabajar bajo presión o la de liderazgo, de la que han de responsabilizarse las empresas.

No obstante, la mayoría de las entidades está de acuerdo en que es la experiencia la que permite al trabajador desarrollar las competencias y habilidades profesionales. Además, a la hora de seleccionar, consideran que las herramientas más importantes son las que acreditan buen nivel de idiomas o de informática.

El mismo estudio de Accenture también hace referencia a la opinión de los universitarios. La mitad de ellos está satisfecha con la formación recibida, si bien cuatro de cada cinco considera que encontrar un empleo satisfactorio es difícil o muy difícil. En cuanto a las competencias en las que se consideran mejor preparados, destacan las actitudinales; es decir, todo lo relacionado con la motivación, el entusiasmo y la orientación a la calidad.

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