¿Estarías dispuesto a cambiar de casa, de barrio y de ciudad para conseguir el puesto de trabajo que siempre habías querido? Según un estudio elaborado por la consultora de recursos humanos Kelly Services, el 76 por ciento de los trabajadores españoles respondería de forma afirmativa a esta pregunta. Es más, un 61 por ciento no sólo cambiaría de ciudad, sino también de país. Y los hay incluso (53 por ciento) que se mudarían al extranjero sin hablar correctamente la lengua del país de destino.

La conclusión final que se desprende del informe es que los trabajadores españoles cuentan con una predisposición especial a mudarse para alcanzar el puesto que consideran adecuado.

Como señala el director general de la consultora, Ignacio Pérez, «existe un creciente reconocimiento entre los trabajadores de la necesidad de mayor movilidad para conseguir el trabajo deseado o para avanzar en su carrera profesional». Además, no hay que olvidar que el 38 por ciento de los trabajadores consultados quiere cambiar de empleo antes de jubilarse, hecho que hace pensar que «un número importante de trabajadores está buscando un cambio de trabajo de forma activa», explica Ignacio Pérez.

Este dato, unido a la predisposición a cambiar de ciudad o país y a la escasez de recursos humanos, es bien recibido por las empresas, ya que el traslado de trabajadores puede ser, según el estudio, una forma «efectiva» para eliminar las carencias del mercado de trabajo.

Cosa de hombres

Ahora bien, la predisposición al cambio que manifiestan los trabajadores es más acentuada en unos sectores que en otros. Así, en ámbitos como el de la tecnología de la información, la ciencia, la ingeniería o las finanzas «es sencilla la movilidad internacional», apunta Pérez.

Y si influye el sector al que pertenece el trabajador, no menos lo hacen el sexo, la nacionalidad y la edad. En este caso, del informe se desprende que los varones son los que se muestran «ligeramente» más propensos a trasladarse por motivos laborales, tendencia que también es frecuente entre los extranjeros.

Es en la edad donde los trabajadores muestran las opiniones más parecidas, ya que en casi todos los intervalos apoyan el cambio de ciudad o país para dar con el empleo adecuado. Fuera de España, sin embargo, este pensamiento es apoyado sólo por el sector más joven.

Obstáculos que retienen

¿Qué puede frenar a un trabajador a la hora de aceptar un puesto de trabajo en otra ciudad o país? Para el 64 por ciento de los consultados por Kelly Services para elaborar su estudio, la familia es lo que más le retiene en su puesto actual. Le siguen las «barreras del idioma», un obstáculo para el 39 por ciento, la vivienda en propiedad (29 por ciento), la educación de los niños (21), las «complicaciones con los impuestos» (nueve) y los derechos sobre la pensión de jubilación (seis).

¿Y cuánto estarían dispuestos a recorrer a diario los españoles con tal de tener el empleo deseado? En este punto, la mayoría (el 61 por ciento) no dedicaría más de 45 minutos, mientras que un 22 por ciento aumenta el margen y estaría dispuesto a tardar entre 45 y 60 minutos. Sólo a un 17 por ciento no le importaría tardar más de una hora. Hombres y mujeres muestran opiniones parecidas al respecto, aunque las segundas están ligeramente menos predispuestas que los varones.

Más contratos que implican movilidad

Madrid y el área del Mediterráneo concentran los principales receptores de trabajadores.

España se ha convertido en un país «altamente flexible», por lo menos laboralmente hablando. Esto es lo que se puede concluir del último informe anual del Servicio Público de Empleo Estatal, que revela que el número de contratos que implicaron desplazamientos de trabajadores crecieron el año pasado un 9,5 por ciento, alcanzando ya los 2,3 millones.

A pesar de que el flujo de trabajadores ha aumentado en todo el país, Madrid y el área del Mediterráneo se sitúan a la cabeza en cuanto a la recepción de trabajadores, dejando de emisoras a las regiones del Sur, el Oeste y el Norte. En este sentido, la tasa de movilidad interprovincial fue la que más creció en 2007, con un 12,3 por ciento, mientras que la interautonómica lo hizo en un 8,1 por ciento.

Madrid es la que retiene el número más alto de flujos interprovinciales (a esta región fue a trabajar el 15,4 por ciento de los empleados), si bien en los últimos años ha ganado importancia como provincia de origen. Le sigue en importancia de movilidad Barcelona, donde se dirigió el nueve por ciento de los trabajadores, Sevilla (5,2) y Valencia (4,7).

No obstante, a nivel interprovincial, el estudio del Servicio Público de Empleo diferencia dos tipos de flujos. Uno de ellos es el unidireccional, donde predomina un ámbito territorial. Es lo que ocurre con los movimientos desde Cádiz a Málaga y Sevilla y de Sevilla a Córdoba en Andalucía, o de Madrid a Guadalajara. En el modelo bidireccional, en cambio, hay un equilibrio entre las dos provincias, como ocurre con Madrid y Barcelona.

En el caso de los flujos interautonómicos, que en 2007 protagonizaron 20.000 contratos, las principales regiones, además de Madrid, son Cataluña, Andalucía, la Comunidad Valenciana, Castilla y León y Castilla-La Mancha.

Hombre, de 30 años y con estudios secundarios

La mayoría de los trabajadores que cambian de ciudad o provincia lo hace para ocupar puestos de baja cualificación.

La movilidad en el mercado de trabajo español ha experimentado un notable crecimiento, aunque esto no ha alterado el perfil del trabajador que cambia de ciudad por trabajo. Según el estudio del Servicio Público de Empleo Estatal, éste responde al de un hombre, de unos 30 años y con enseñanza secundaria. En la mayoría de los casos, el cambio de ciudad o provincia se realiza para ocupar puestos de baja cualificación, en sectores como la construcción, la agricultura, servicios a las empresas y la hostelería. ¿Su destino? Principalmente, y como sucede a nivel general, la Comunidad de Madrid y la costa Mediterránea, si bien encuentran cada vez más puestos en Jaén y Toledo.

El flujo de trabajadores varones aumentó el año pasado un punto y supera al femenino, debido, sobre todo, a la reducción de los contratos a hombres, obligándoles a cambiar de ciudad para mantener el nivel de trabajo.

En el caso de las mujeres que aceptan puestos de trabajo fuera de su lugar de residencia, la edad es inferior a la de los hombres, siendo ésta de unos 28 años. Como sucede con los varones, Madrid y el área del Mediterráneo son las más atractivas para ellas a la hora de cambiar de provincia por trabajo, aunque también se sienten atraídas por A Coruña y Vizcaya.

Aspectos generales

De un sexo o de otro, lo cierto es que en cuanto a nivel formativo, la movilidad se registra principalmente en licenciados o en personas con estudios inferiores a Secundaria, disminuyendo en los de Formación Profesional. Respecto a los puestos con mayor nivel de movilidad, destacan los relacionados con la dirección y las actividades técnicas, aunque el de operador de instalaciones ha aumentado su tasa en el último año.

El estudio del Servicio Público de Empleo Estatal también analiza la situación de los extranjeros, ya que la contratación de éstos se ha incrementado de forma considerable (el 21,1 de los documentos firmados en 2007 correspondió a este colectivo). La contratación se inclinó, sobre todo, por los marroquíes, si bien dentro de la Unión Europea predominan los rumanos, portugueses e italianos. En cualquier caso, la distribución de los trabajadores extranjeros es muy irregular, y mientras en algunas zonas, como Murcia o Lleida, alcanzan el 40 por ciento, en otras, como Cádiz o Badajoz, apenas llegan al cuatro por ciento.

Un acuerdo para poner las cosas más fáciles

Se ha presentado ‘Ivermovilitas’, un proyecto orientado a fomentar la movilidad laboral en la frontera entre España y Portugal.

Los gobiernos de Galicia, Extremadura, Castilla y León y Andalucía han presentado, junto al Instituto de Emprego e Formaçao Profissional de Portugal, ‘Ivermovilitas’, una iniciativa creada para potenciar la movilidad de los trabajadores en la frontera entre aquel país y España. Y lo harán a través no sólo del empleo, sino también de la formación y del trabajo procedente de oficinas y centros de empleo. De lo que se trata es, en definitiva, de crear un mercado laboral articulado a ambos lados de la frontera, aunque es un objetivo a largo plazo.

Entre las acciones previstas en este proyecto, destaca el análisis del mercado de trabajo trans-fronterizo a través de la identificación de oportunidades de empleo, la coordinación y trabajo conjunto de los centros y oficinas de empleo de España y Portugal y la formación conjunta de los trabajadores para que puedan emplearse en uno y otro país.

También en la universidad

Siguiendo la línea de ‘Ivermovilitas’, la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) ha firmado con la Conferencia de Rectores de la Universidades Portuguesas (CRUP) la ‘Declaración de Huelva’, una iniciativa orientada a promover la movilidad entre centros de ambos países.

El objetivo es, en este caso, fomentar la movilidad de profesores, estudiantes y personal de administración y servicios. Sin embargo, este acuerdo pretende también servir de base para desarrollar programas de formación conjuntos dirigidos tanto a estudiantes españoles y portugueses, como de otros países.

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