Los españoles son los que más trabajan de Europa. Y no nos referimos, en este caso, al volumen de trabajo, sino a la vida laboral. Y es que son los que más tarde se jubilan: lo hacen cinco años después que un italiano, cuatro después que un norteamericano y tres después que un alemán. En definitiva, el trabajador español se retira, de media, a los 62 años, dos por encima de la media europea. Los suizos son, además, los únicos que se igualan a los españoles en cuanto a edad de jubilación.

El IV Estudio Internacional de Jubilación, elaborado por el Grupo Axa, deja ver ésta y otras circunstancias que se viven en España, como la de que, a pesar de todo, los trabajadores españoles no quieren retirarse tan tarde: esperan hacerlo a los 58 años, aunque se muestran bastante pesimistas a la hora de pensar en lograrlo. Y muestra de ello es que la mayoría considera que se jubilará a los 63 años. Pero el economista y miembro del comité ejecutivo del Banco Central Europeo, José Manuel González-Páramono opina lo mismo: defiende un aumento de la edad de retiro y, de hecho, estima necesario que los gobiernos emprendan medidas que lo lleven a cabo para poder hacer frente al incremento de los pagos de las pensiones.

Cuando el español se jubila, se jubila de verdad

Con independencia de lo que marque la ley, lo cierto es que más de la mitad de los jubilados (el 55 por ciento) llega a serlo antes de lo estipulado. El resto, sin embargo, esperó a los 65 años para retirarse. Ahora bien, esta jubilación anticipada no siempre es voluntaria, ya que el 37 por ciento de los que la protagonizan lo hacen porque quieren, mientras que el 18 restante se retira como consecuencia de procesos iniciados por las empresas.

De una forma u otra, si algo tiene claro el español cuando se retira es que hay que dejar de trabajar por completo. Ésta es otra de las conclusiones que se desprenden del estudio elaborado por el Grupo Axa, que deja ver que mientras para la mayoría la desvinculación de la vida laboral activa es definitiva cuando se retira, sólo un siete por ciento cuenta con un trabajo remunerado mientras está jubilado. Y es que los españoles consideran la etapa de retiro como una época para disfrutar y dedicarla a aficiones, a la familia o a pasear y hacer excursiones.

En el resto del mundo la situación es bien diferente. De hecho, la tasa de ocupación de los jubilados es del 17 por ciento, cifra que aumenta hasta el 28 por ciento en países como Marruecos, República Checa o Canadá.

¿Preparados?

Pero a pesar de lo claro que lo tienen los españoles al pensar en su retiro, el ‘IV Estudio Internacional de Jubilación’ del Grupo Axa revela que se preparan poco y tarde para él. Al menos, hablando en términos financieros.

Muestra de ello es que en España sólo tres de cada diez trabajadores tiene está preparado económicamente para hacer frente a la jubilación. Y eso que los españoles son, junto con los japoneses, los que más perciben que las pensiones actuales y futuras son insuficientes. En este sentido, según los últimos datos del Ministerio de Trabajo, la pensión media de jubilación se ha situado en los 808,44 euros, un 7,1 por ciento más.

En otros países, como en la República Checa o en EE.UU., ocho de cada diez trabajadores preparan financieramente su retiro.

Comprometidos con los mayores de 50 años

Las empresas europeas consideran que la contratación de estos trabajadores permite mantener cierto nivel de cualificación en sus plantillas ante la falta de especialización de los candidatos más jóvenes.

No hay duda: la sociedad envejece (en diez años la población mayor de 40 años será mayoritaria en Europa) y, como consecuencia, la fuerza laboral tiende a debilitarse, pues a medida que aumenta la edad del trabajador, su presencia en el mercado tiende a debilitarse. Desde el Gobierno se han propuesto medidas. La última viene de la mano del secretario general de Empleo, Antonio González, que ha previsto elaborar un plan específico para impulsar el trabajo de los mayores.

¿Y qué hacen las empresas al respecto? Las europeas, al menos, intentan adaptarse a esta nueva estructura de edad estando dispuestas a contratar a trabajadores mayores. De hecho, según el ‘Estudio sobre la adecuación demográfica 2007’, elaborado por Adecco, el 16 por ciento de las entidades tiene previsto contratar a empleados mayores de 50 años a lo largo de este año.

Se trata de una iniciativa con la que las empresas europeas podrán prepararse para la crisis demográfica y la guerra por el talento que presumiblemente se avecina, ya que se aseguran de que sus trabajadores están bien formados. Y es que los empleados mayores «suelen ser más fiables, tienen unos principios laborales más sólidos y presentan una mayor disposición a la hora de cambiar de horario laboral. Además, suelen tener una actitud más positiva hacia el trabajo».

Otras opciones

Contratar a trabajadores mayores con experiencia no es la única vía a la que las empresas pretenden recurrir para contar con una plantilla cualificada. Cada vez consideran más importante la educación escolar y el fomento de medidas que faciliten la transición a la vida laboral.

Asimismo, el 57 por ciento de las empresas europeas considera que la escasez de conocimientos podría solucionarse aumentando las prácticas de estudiantes en empresas. Otro 50 por ciento apuesta, además, por el ‘gerente de transición’, una figura que ayudaría al estudiante a adaptarse a la vida activa.

Los trabajadores españoles están en contra de que se prolongue el tiempo en que deben permanecer en activo. Sólo un 23 por ciento está a favor de ello.

La experiencia y la especialización de los trabajadores de mayor edad constituyen, según un estudio de Eurofound, la clave para garantizar el desarrollo sostenible en la Unión Europea (UE). Por ello, apuesta por mejorar las condiciones de trabajo para prolongar la vida laboral. «Si los trabajadores tienen que seguir trabajando durante más años, las condiciones de trabajo se tienen que mejorar», añade el informe.

Eurofound llama la atención, además, sobre el hecho de que, por el momento, las medidas sobre las buenas prácticas vengan de la mano de las empresas y no de campañas de concienciación o políticas públicas.

Ahora bien, ¿qué piensan los españoles de la prolongación de la vida laboral? La mayor parte de los encuestados por el Grupo Axa para la elaboración del ‘IV Estudio Internacional de Jubilación’ la rechaza sin ninguna duda. Sólo el 23 por ciento está a favor de ella.

A medias

Pero también los hay que prefieren jubilarse de forma parcial. Ésta es una fórmula que está adquiriendo fuerza en España: el pasado año optaron por este tipo de retiro 34.618 trabajadores, un 14,6 por ciento más.

La jubilación parcial permite que el trabajador mayor de 60 años se desvincule progresivamente de la vida activa y se vayan incorporando a ella jóvenes inactivos. Sin embargo, este método puede afectar al sistema de pensiones, por lo que el Gobierno ha puesto en marcha medidas para frenar su crecimiento.

¿Cómo? A partir de este año se exige al que quiera acogerse a esta forma de jubilación que cuente con determinada antigüedad en el puesto que desempeña, que haya cotizado durante más tiempo y que la nueva jornada laboral supere el 25 por ciento del total. Además, podrán optar a este tipo de retiro los empleados de más de 61 años y no de 60, como hasta ahora.

Médicos de más de 65 años

El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña permite seguir ejerciendo a un grupo de doctores que superan la edad de jubilación.

En 2004, el Instituto Catalán de la Salud (ICS) cesó a un grupo de médicos que superaban los 65 años y, sin embargo, querían seguir ejerciendo. Ahora el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña les ha dado la razón y les permite seguir en activo hasta los 70 años, edad de jubilación forzosa. El ICS, por su parte, deberá abonar las retribuciones que correspondieron a estos trabajadores durante los años en que han estado cesados.

El Instituto rechazó en su día la petición de los trabajadores de seguir con su actividad alegando que sólo se permiten prórrogas si hay necesidades en el sistema sanitario, pero no por la voluntad de los médicos.

El TSJC considera, sin embargo, que las necesidades del servicio sanitario deben recogerse en un plan de ordenación de recursos humanos, que no estaba aún elaborado cuando se cesó a estos trabajadores. Y es que para cesar a los facultativos es necesario que se cuente con la aprobación de este plan. Además, según el tribunal, los afectados deben saber «las razones organizativas» por las que se les deniega la prolongación de su actividad.

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