Tiempo de vacaciones. Mientras la mayoría de los trabajadores mira cada día el calendario descontando los días que le restan para iniciar su periodo de descanso, son muchas las empresas que reconocen tener problemas para repartir las fechas entre sus empleados, un hecho que en muchas ocasiones es causa de conflicto. Concretamente, según un estudio realizado por la consultora Ábaco Siglo XXI, el 85 por ciento de las compañías admite afrontar dificultades en el momento de distribuir los días libres.

El criterio de la antigüedad sigue siendo el más utilizado en el momento de dirimir qué empleados tienen preferencia a la hora de elegir fechas. A pesar de ello, en los últimos años cada vez son más las compañías que utilizan otros criterios más acordes con las nuevas políticas de gestión empresarial como la superación de objetivos.

«La situación se hace más palpable en pequeñas y medianas empresas en las que el número de empleados es menor y por lo tanto existen menos posibilidades de establecer turnos», explica Marta Merino, directora general de Ábaco Siglo XXI. «También en empresas de servicios como consultoras, bufetes de abogados o call center que por la naturaleza de su trabajo no pueden permitirse colgar el cartel de cerrado por vacaciones en agosto», puntualiza.

Otro clásico del verano, la primera quincena de agosto sigue siendo la más demandada por los trabajadores. Siete de cada diez trabajadores la solicitan, pero cada vez ganan más terreno otros periodos de junio y, sobre todo, septiembre.

«Cerrar en agosto se traduce para muchas empresas en una pérdida de productividad. Lo más aconsejable es repartir los periodos de vacaciones a lo largo del año con el fin de no paralizar ningún proyecto por completo, es beneficioso tanto para la compañía como para el empleado, que al reincorporarse no se siente tan desconectado de sus tareas», aseguran desde Ábaco.

Analizando las causas que dificultan la distribución del tiempo de vacaciones y que, en muchas ocasiones, conlleva discusiones entre empleados, el principal es el querer disfrutar de los mismos días que el resto de los miembros de la familia, de la pareja, con los hijos o con los amigos. Según el estudio, no existen diferencias significativas entre las diferentes tipologías de empleado a la hora de elegir las vacaciones.

Además, la incorporación de la mujer al trabajo ha influido también en este aspecto, «si antes trabajaba sólo el marido era más sencillo cuadrar las fechas. Ahora entran en juego dos empresas y, en muchos casos, las vacaciones escolares de los hijos», asegura Marta Merino. «Esta situación conlleva que nadie quiere ceder ni un sólo día de sus vacaciones por otros compañeros, de ahí que surjan las rencillas cuando toca repartir los periodos», puntualiza la directora general de Ábaco Siglo XXI.

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