Hay muchas formas de clasificar una entrevista de trabajo: individual, de grupo, estructurada, semiestructurada…, depende del criterio que se tome, pero al final siempre acaban apareciendo tres grandes tipos.

Entrevistas de preselección

Los expertos la utilizan para verificar la información del currículum que ha enviado el candidato y conocer su motivación hacia el puesto de trabajo a cubrir. Sirven para hacer una primera «criba» y se pueden hacer en persona o por teléfono.

¿Cómo afrontarlas?

El entrevistador hará preguntas sobre cuándo empezaron y acabaron los diferentes períodos de estudio y trabajo y sobre las funciones desempeñadas en empleos anteriores. Las respuestas han de ser breves y concretas, no hay que andarse con rodeos ni dar más explicaciones que las que se piden, pero el tono debe ser cordial.

Entrevistas en profundidad tradicionales

Son las de siempre, las que nos encontramos en la mayoría de procesos de selección. Empiezan con preguntas o comentarios sin trascendencia que sirven para romper el hielo y continúan con preguntas sobre el currículum.

El experto en selección intentará conocer nuestro potencial y ver si vamos a encajar en la filosofía de la empresa. Pero sobre todo va a conceder mucha importancia a la formación y la experiencia profesional que poseemos. El entrevistador querrá averiguar si ese bagaje nos capacita para ocupar el puesto que se ofrece. En las entrevistas con candidatos jóvenes y sin experiencia valorará sobre todo la actitud y las ganas de trabajar.

¿Cómo afrontarlas?

Conviene ser muy sincero, destacando los puntos fuertes y demostrando al entrevistador que conocemos a fondo las características del puesto a cubrir. Si le hacemos saber que tenemos claro qué hace falta para desempeñar el trabajo, le causaremos buena impresión y ganaremos credibilidad.

Deberemos hablar con fluidez y seguridad, evitando respuestas contradictorias o incoherentes, mostrarnos relajados, seguros de nosotros mismos e interesados por ocupar el puesto que se ofrece. Antes, algo tan simple como simular una entrevista con un familiar o un amigo es de gran ayuda para ganar soltura.

Entrevistas en profundidad por competencias

Su enfoque es muy distinto al de las entrevistas tradicionales. También se valora la formación y experiencia del candidato, pero el objetivo principal es saber si éste posee o puede desarrollar las competencias que requiere un puesto.

Muchas veces la empresa estudia a los mejores trabajadores que tiene en cada departamento y a partir de ese análisis define un listado de competencias que se convierten en estándar. Por decirlo de alguna manera: a la hora de seleccionar personal buscará «clones» de la gente que mejor le funciona en la compañía.

Cada puesto de trabajo requiere unas competencias diferentes, pero en general las que más valora la empresa en un joven que empieza son: el entusiasmo, la capacidad de comunicación, la de aprendizaje y la de trabajo en equipo, la orientación al cliente, la empatía (ponerse en el lugar de los demás) y flexibilidad para adaptarse a los cambios.

En candidatos con experiencia y que hayan de ocupar cargos intermedios o directivos se valora, además de lo anterior: la iniciativa, la creatividad, la gestión de equipos de trabajo, el liderazgo, la capacidad de negociación, la anticipación a los cambios y el control de las emociones.

¿Cómo afrontar una entrevista por competencias?

Los expertos que realizan este tipo de entrevistas son profesionales con un profundo conocimiento de la selección de personal. Debes saber que:

  • El experto en selección hará sobre todo preguntas basadas en situaciones reales o ficticias. Lo que busca es conocer cómo actuó el candidato en el pasado o cómo lo haría en el futuro.
  • Evitará preguntas que puedan conducir a una respuesta cerrada (sí o no) para que el candidato no intente engañarle. Es más fácil mentir con un monosílabo que dando una explicación.
  • Casi todas las preguntas estarán relacionadas con una competencia. Por ejemplo, para saber si el candidato posee la de orientación al cliente le pueden preguntar: ¿Cómo solucionaste en tu último trabajo el problema más grave que tuviste con un cliente? o ¿cuál crees que es la mejor manera de tratar con un cliente pesado?

Las entrevistas por competencias son cada vez más habituales porque hoy las empresas viven sometidas a cambios constantes. Ya no necesitan personas que sepan hacer un sólo trabajo, sino profesionales polivalentes capaces de adaptarse a las circunstancias. Por eso, a partir de un determinado nivel de formación y experiencia, se valoran más las competencias que un currículum ?deslumbrante?.

Con qué te puede sorprender un entrevistador

Las entrevistas de preselección, las tradicionales y las por competencias son las más utilizadas por los expertos en RR.HH, pero pueden sorprenderte con otras herramientas menos habituales como:

  • Una dinámica de grupo: Se utiliza en la selección de directivos aunque cada vez es más común para otros perfiles. Consiste en realizar debates, organizar juegos o proponer situaciones simuladas en las que el seleccionador observa cómo actúa cada candidato y extrae conclusiones.
  • Una entrevista abierta: Se emplea en contadas ocasiones para puestos en que la personalidad del individuo es un factor clave. El entrevistador se colocará frente al candidato y no dirá nada o pronunciará tan sólo unas palabras. El entrevistado tendrá libertad para hablar de lo que quiera.

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