Está claro que tanto en materia de voluntariado como en otros aspectos la intención es lo que cuenta. Sin embargo, nunca está de más que a esta predisposición sumemos algo de conocimiento a través de una formación que, en líneas generales, variará en función del tipo de entidad y de los valores que destaquen en ella, así como también de su campo de actividad. Todo es cuestión de adaptarlo a sus necesidades.

De este modo, las organizaciones cuentan con un amplio abanico de opciones, desde acciones puntuales hasta cursos de larga duración para profundizar en determinados aspectos del voluntariado, pasando por jornadas intensivas. En cualquier caso, según el manual sobre Las buenas prácticas en la gestión del voluntariado corporativo de la Obra Social la Caixa, lo ideal sería que esta formación combinara la enseñanza de habilidades y técnicas con la profundización en áreas en las que trabaja la entidad.

Es más, en ocasiones esta formación se combina con la práctica en acciones de voluntariado, permitiendo así al empleado la oportunidad de aprovechar al máximo los conocimientos adquiridos.

Espacios temáticos

¿Quién ha dicho que la sensibilización de los trabajadores tiene fecha de caducidad? Las empresas están cada vez más concienciadas del papel que ejercen en ellas las acciones voluntarias, de ahí que muchas ya cuenten con programas formativos continuos en esta materia. Es decir, crean espacios en los que los trabajadores intercambian experiencias y conocimientos adquiridos en su participación en este tipo de acciones.

Se trata de espacios de aprendizaje a través de vivencias que la compañía debe preparar previamente, estableciendo objetivos, temáticas, documentación… Eso sí, para que las sesiones tengan éxito, debe reunirse a perfiles diferentes, con experiencias en ámbitos heterogéneos y trayectorias variadas. Se crean, así, puntos de encuentro para los trabajadores voluntarios con los que cuenta la entidad. ¿Qué gana ésta con ello? Además de hacer más solidarios a sus empleados, fomentar el espíritu de pertenencia a la empresa.

A través de la tecnología

Otra de las fórmulas a las que hace referencia el estudio de la Obra Socialla Caixa para que las empresas mantengan informada y, por qué no, formada a su plantilla en materia de voluntariado es la creación de una intranet para tal fin. Es lo que hizo en su día Greenpeace, que con este método consigue comunicarse con los empleados más voluntarios y, a su vez, que éstos se pongan en contacto entre sí.

Se establece, por tanto, un canal de comunicación e interacción del personal a través de la tecnología. Esto permite no sólo compartir experiencias, sino también hacer sugerencias o plantear demandas que pueden originar nuevas acciones. Es más, la intranet permite centralizar las actividades voluntarias que se lleven a cabo en la entidad y poner de acuerdo al personal que participa en ellas, sobre todo teniendo en cuenta la variedad de perfiles que puede haber en una misma compañía.

Desarrolla al máximo tus aptitudes

La Universidad Politécnica de Madrid, junto a Inforpress, ha creado el título de ‘Experto en Responsabilidad Social Empresarial’.

Cada vez son más las empresas que otorgan un papel esencial en su desarrollo a la Responsabilidad Social Empresarial (RSE). Por ello, y por la necesidad de incorporar en este ámbito a personas cualificadas, con una serie de conocimientos técnicos y especializados, la Escuela de Negocios de la Universidad Politécnica de Madrid (CEPADE) y el Grupo Inforpress han creado la titulación en ‘Experto en Responsabilidad Social Empresarial’.

Se trata de un programa dirigido a licenciados, o personas con una titulación similar, interesadas en iniciativas de tipo social en el mundo empresarial y que tiene el objetivo de profundizar en esta materia hasta el punto de convertirlos en expertos en ella.

En concreto, a través de este programa formativo, se profundiza en la gestión de áreas concretas de la inversión financiera, los recursos humanos, el medio ambiente y la gestión de clientes y proveedores.

El ‘e-learning’ es la metodología elegida por CEPADE e Inforpress para impartir este curso, que constará de seis módulos. De este modo, el estudiante dispondrá de toda la flexibilidad necesaria para poder prepararse, si bien contará con el apoyo de la plataforma digital de la Escuela de Negocios de la UPM, que les proporcionará la documentación necesaria para cada módulo. El curso tendrá una duración de 250 horas, que se repartirán entre el 10 de noviembre de este año y el 10 de julio de 2009.

En profundidad

Con este programa se pretende formar a auténticos especialistas en la gestión de la Responsabilidad Social Empresarial. De modo que el primer reto es hacer ver a los alumnos la importancia de este elemento en el desarrollo de una compañía para, después enseñarles los principios fundamentales de la RSE y las herramientas de gestión en determinadas áreas. De este modo, los estudiantes del programa comenzarán a familiarizarse con la metodología y la filosofía de gestión relacionada con el llamado ‘multistakeholder’ o ‘grupos de interés’.

Asimismo, a través de esta titulación se podrán analizar las claves de las estrategias de acción social de la empresa, así como también conocer los elementos básicos de la comunicación interna y externa que permiten implantar la Responsabilidad Social Empresarial en la compañía.

Más información

CEPADE

www.cepade.es

Grupo Inforpress

www.inforpress.es

www.audientiaformacion.com

El punto de partida

Iniciativas como los programas que ofrece la Fundación Chandra hacen que colaborar en acciones sociales sea más fácil tanto para empresas como para particulares.

En la Fundación Chandra lo tienen claro: defienden que el voluntariado corporativo tiene como objetivo «que las personas que participaban como voluntarias antes de la incorporación al mercado laboral tengan la posibilidad de seguir colaborando en oportunidades más ajustadas a su disponibilidad y, por supuesto, acercar el voluntariado a la plantilla que nunca ha participado en acciones solidarias». Y dicho y hecho, porque a través de los programas de voluntariado corporativo que desarrolla este organismo se ha conseguido un grado de implicación del 25 por ciento de la plantilla, una cifra elevada «si tenemos en cuenta el porcentaje de voluntarios en España, que no alcanza el cinco por ciento de la población», subrayan en el organismo.

¿Cómo lo consiguen? La Fundación Chandra cuenta con un programa orientado a gestionar y dinamizar las acciones sociales y las actividades de voluntariado corporativo de una empresa.

La base de este programa es un portal de internet, www.voluntariadocorporativo.org, que recoge más de 1.200 oportunidades de voluntariado, «que se ajustan a los intereses y disponibilidad de cualquier persona», subrayan desde la compañía. Las opciones son variadas: desde acciones que pueden desarrollarse a través de internet hasta voluntariado para períodos vacacionales o puntos concretos de la geografía. Además, «también desde el portal se visibiliza la acción social de la empresa y las acciones que ya realizan algunos empleados, se trata de impregnar a toda la compañía de una cultura de compromiso social y solidaridad».

Muestra de la efectividad de esta iniciativa es que ya hacen uso de ella ocho empresas: Grupo Vips, DKV Seguros, Bankinter, BBVA, Cajamar, ONO, Accenture y Mapfre. No obstante, y más allá del ámbito empresarial, la Fundación Chandra, a través de www.hacesfalta.org, también ofrece la oportunidad de elegir la opción para colaborar en cualquier momento y en cualquier lugar de la geografía española.

Más información:

Fundación Chandra

www.fundacionchandra.org

¿Cómo es este profesional?

El perfil varía en función del tipo de acciones que se desarrollen y las personas con las que se trabaje.

Ser solidario no es cuestión de sexo, y muestra de ello es que hombres y mujeres se reparten en porcentajes iguales el grado de implicación en acciones de voluntariado. No obstante, la ‘Guía para promover el voluntariado desde la empresa’, de la Obra Socialla Caixa, revela que el número de hombres supera ligeramente al de varones, excepto en el caso de actividades de carácter social, donde, precisamente, ocurre lo contrario.

De una forma u otra, el voluntario es una persona joven (la mayoría tiene menos de 44 años) y con una formación elevada, si bien es cierto que inferior a la que poseen los trabajadores que desarrollan acciones solidarias. No obstante, el perfil suele variar en función del puesto que desempeñe dentro de la actividad voluntaria concreta.

Es decir, los que desarrollan acciones de voluntariado de acción social cuentan con unas características específicas que difieren de los que desempeñan acciones de apoyo, de voluntariado de ecología y medio ambiente, cultural, o de voluntariado en períodos de vacaciones, entre muchos otros. Es más, dentro del primer tipo, los que se ocupan de acciones de tipo social, hay diferencias en función de las personas con las que trabajen (inmigrantes, discapacitados intelectuales, adolescentes, personas mayores, etc.).

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