«El título es una estación de paso. Hay que seguir formándose toda la vida». Así resume el presidente del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), Carlos Hernández Pezzi, la preparación de un arquitecto. Porque si algo les caracteriza es la necesidad continua de actualización de conocimientos.

Y es que, como señala el director de la división de Arquitectura y Edificación de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad CEU San Pablo, Federico de Isidro, la arquitectura «es una industria muy grande, que tiene una especialización a la que necesariamente tienen que acercarse». Por eso, y porque las necesidades van cambiando, deben adaptarse a los requisitos de los nuevos tiempos. Ejemplo de ello es el Código Técnico de la Edificación (CTE), que con su entrada en vigor ha obligado a estos profesionales a retomar su preparación para ponerse al día.

De modo que deben recibir «una formación multidisciplinar, que le avale para desempeñar muchos tipos de trabajo que tienen que ver con la edificación», añade Federico de Isidro. Se trata, así, de preparar a profesionales versátiles.

La carrera

La polivalencia que caracteriza a los arquitectos necesita, a pesar de todo, una base. Y ésta parte de la titulación en Arquitectura. Se trata de una carrera de cinco años, que constituye, como señala De Isidro, «unos estudios de larga duración, duros y de mucho trabajo, aunque los estudiantes los encuentran extraordinariamente satisfactorios».

Arquitectura es, además, una carrera donde la creatividad ocupa un lugar privilegiado. De ahí que el plan de estudios de esta titulación no sólo aborde materias como las matemáticas, la geometría o la precisión. También recoge otras relacionadas con el mundo artístico: la composición, el paisajismo, el diseño o la historia del arte.

La titulación también ofrece muestras de la necesidad de adaptarse a las preocupaciones de los nuevos tiempos, y el interés por el medio ambiente es sólo un ejemplo. Y es que, cada vez más, se refuerza en estos estudios el diseño y la construcción que respeten el equilibrio natural.

No obstante, esta carrera se desarrolla a través de dos campos de estudio. Uno de ellos es el urbanismo, centrado en el análisis de los sistemas para el diseño de las zonas públicas. En este sentido, el presidente del CSCAE, considera que «falta mejorar mucho la construcción de la ciudad, que es un campo en el que tenemos buenos ejemplos de buenas prácticas pero todavía nos quedan asignaturas para aprobar».

El otro campo de estudio de Arquitectura es el de la edificación, que aborda aspectos más técnicos y estructurales. Los proyectos de edificios o la forma en que deben construirse forman parte de esta área de estudio.

El mejor complemento

Después de finalizar los estudios, es habitual dedicar un año más al Proyecto de fin de carrera. Según el director de la división de Arquitectura y Edificación de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad CEU San Pablo, Federico de Isidro, «esto se debe a que es una profesión regulada y, como tal, debe tener una etapa en la que se hace la integración de los conocimientos adquiridos».

Entre la formación complementaria asociada a esta rama, además de los postgrados, destaca la realización de prácticas durante la carrera y el aprendizaje de idiomas. En este último caso, destacan iniciativas como la de la Universidad CEU San Pablo, donde se desarrolla desde hace tres años un programa piloto de arquitectura bilingüe; es decir, se imparte un número determinado de asignaturas en inglés. Y respecto a los conocimientos de informática, conviene el manejo de programas de diseño asistido por ordenador.

A la altura de la normativa europea

El sentido práctico de las escuelas de arquitectura españolas permitirá que el EEES apenas suponga cambios en el título de grado.

¿Cómo afectará el Espacio Europeo de Educación Superior a la titulación de Arquitectura? Lo primero que hay que tener en cuenta es que los arquitectos españoles están técnicamente mejor formados que los del resto de Europa. Como recoge elLibro Blanco de ANECA sobre el Título de Grado en Arquitectura, la enseñanza española «acaba definiendo un perfil profesional amplio que permite al arquitecto español cubrir la ausencia de una titulación de ingeniero de la edificación». Sin embargo, según añade el mismo documento, el arquitecto de otros estados miembros de la UE puede actuar como tal o cumpliendo funciones asociadas a ingenieros.

En opinión del director de la división de Arquitectura y Edificación de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad CEU San Pablo, Federico de Isidro, «no va a haber grandes diferencias, ya que desde el punto de vista pedagógico las escuelas de arquitectura están muy por delante de la mayoría de escuelas y facultades de otras disciplinas, en el sentido de que ya han asumido desde hace bastante tiempo esa parte tan práctica de la profesión». Es decir, la enseñanza de esta materia no sólo se centra en lo teórico, sino que «enseñamos a hacer cosas».

No obstante, para la decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, Paloma Sobrini, el proceso de Bolonia «en lugar de subir el nivel de los europeos, lo que va a hacer es bajar el de los españoles». ¿Por qué? «Porque se va a reducir el número de horas lectivas», concluye Sobrini.

Algo más que saber dibujar

Polivalencia y capacidad para asumir riesgos son algunas de las aptitudes del estudiante de Arquitectura.

¿Piensas que hay sólo hay que saber dibujar bien para ser arquitecto? Pues te equivocas. Desde luego que hay que estar capacitado para el dibujo arquitectónico, «pero a dibujar se aprende», subraya haciendo referencia a este aspecto el director de la división de Arquitectura y Edificación de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad CEU San Pablo, Federico de Isidro.

En su opinión, el estudiante debe reunir otras aptitudes, «porque la arquitectura tiene muchísimas facetas». De ahí que si algo debe caracterizar a aquél que quiera dedicarse a esto es la polivalencia. Y es que esta rama de estudio va más allá de las matemáticas y el dibujo.

No hay que olvidar que emplearse en este ámbito supone contar con una gran carga de trabajo diaria, por lo que el estudiante de Arquitectura «debe ser muy trabajador». Todo ello teniendo en cuenta una gran capacidad para asumir riesgos. Es decir, debe «atreverse a proponer cosas y ser una persona muy interesada en aspectos muy diferentes».

En definitiva, para el experto de la Universidad CEU San Pablo, «si eres curioso, te apasiona el mundo del proyecto, te gustan muchas disciplinas, tanto técnicas como humanísticas y gráficas, eres un buen estudiante de Arquitectura».

«Paciencia, tesón y esfuerzo»

Ante una carrera que califican de dura, Mª Rosa de la Iglesia y Cristina Romero ofrecen consejos útiles.

Si algo tienen claro Mª Rosa de la Iglesia y Cristina Romero es que la carrera de Arquitectura es dura. «Hay que ser muy constante y dedicar muchísimo tiempo a hacer y deshacer, en eso consiste el aprendizaje», señalan. De ahí que recomienden a quien quiera estudiarla «mucha paciencia, mucho tesón y mucho esfuerzo. Es una carrera dura, de fondo. Pero, si te gusta, compensa, ya que es bonita al combinar las ciencias, las bellas artes y la historia».

Con sus proyectos de fin de carrera todavía recientes (Mª Rosa lo presentó en diciembre de 2004 y Cristina en octubre de 2006), ambas decidieron unir su anhelos emprendedores en lo que hoy es su propio estudio: rcarqu-tectura. «Hemos tenido bastante suerte pues hemos conseguido pequeños encargos que nos han permitido madurarlos y ejecutarlos poco a poco», explican. «Pero también es verdad que es duro compaginar el trabajo para terceros con el trabajo propio».

Y es que, pese a contar con su propio estudio, las dos jóvenes trabajan para otros: Mª Rosa en un estudio en el que realizar diversos proyectos de ejecución y Cristina, en estos momentos, colabora con el arquitecto Rafael Beneytez Durán en el proyecto del Palacio de Congresos de Huesca.

«Tenemos que enfrentarnos a la gran competencia que existe entre los profesionales del sector, los bajos honorarios que se ofrecen y la imagen devaluada que mucha gente tiene del arquitecto, al que ven como un simple trámite necesario porque así lo exigen los ayuntamientos para conceder licencias de obra».

¿Cuál es su opinión sobre la profesión? En estos momentos creen que está un poco saturada. «Al menos en la Comunidad de Madrid», afirman. Aunque no dudan en reconocer que existen muchas salidas, «aparte de la más obvia y habitual, que es la del estudio de arquitectura». Pero lo más tradicional en esta opción es trabajar como autónomo o ‘free-lance’, lo que puede plantear algunos inconvenientes, al no ser compatible, en ocasiones, con otros empleos o no estar lo suficientemente remunerado.

Más información:

Rcarquitectura

www.rcarquitectura.com

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