Tener todas las cualidades que una empresa exige para incorporarte a su plantilla es difícil, pero no imposible. Ante todo, has de ser consciente de que la formación universitaria es sólo una ligera base que tendrás que consolidar con otros conocimientos, prácticas y habilidades. Sobre todo teniendo en cuenta que las competencias requeridas por el mercado laboral responden a unas necesidades concretas. Y no sólo en España, sino a nivel europeo.

De hecho, según el Observatorio de Inserción Laboral de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y la Acreditación (ANECA), las competencias requeridas en nuestro país y en el resto de Europa se han unificado mucho antes de que lo hicieran los correspondientes sistemas educativos. Nos encontramos, entonces, con cualidades como la capacidad para trabajar en equipo, para rendir bajo presión, para usar el tiempo de forma efectiva, encontrar nuevas ideas y soluciones, coordinar actividades o adquirir con rapidez nuevos conocimientos, como algunas de las más valoradas.

Pecar en inquietud y optimismo

«En un recién licenciado se valora que sea muy proactivo y muy inquieto, que haya tratado de ir más allá, que se integre fácilmente, que tenga habilidades sociales, que sea responsable con su trabajo y que lo desarrolle con autonomía, iniciativa y optimismo». Así resume el estudio ‘Las competencias profesionales en los titulados’ de Accenture las cualidades más valoradas por las empresas, si bien hay muchas más.

El citado estudio concluye, además, que tanto empresas como docentes coinciden en afirmar que las habilidades profesionales y las personales constituyen el elemento más importante para facilitar la inserción laboral de los titulados. De este modo, las competencias más importantes para seleccionarlos son la motivación, la adaptabilidad, la orientación a la calidad, la iniciativa personal, la integración en equipo y las habilidades de comunicación.

Y es que «es triste ver a chicos que llegan de la universidad y les cuesta hablar en público, no saben redactar un informe y tienen unas faltas de ortografía tremenda», afirman en el informe. Asimismo, y frente a lo que opinan los estudiantes, docentes y empresas valoran cada vez más los conocimientos de idiomas. De hecho, aunque «ha mejorado el manejo del ordenador, el dominio del inglés sigue siendo igual que hace unos años», subrayan.

¿Qué son las competencias profesionales?

«Todo aquello que ayuda a hacer mejor tu trabajo, independientemente de cuál sea la disciplina técnica o el sector en el que te desenvuelves». Son, en definitiva, «las habilidades necesarias para poder tener éxito en el trabajo».

Hay ciertas cualidades que se refuerzan durante los estudios, aunque éstas varían en función de la rama elegida.

Competencias adquiridas

  • De conocimiento: de la propia disciplina, multidisciplinar y capacidad para adquirir otros conocimientos.
  • De análisis e innovación, aunque no llega al valor medio en muchas titulaciones.
  • De organización: trabajo en equipo, aunque es escaso el aprendizaje respecto a la capacidad de negociar o hacer valer la autoridad.
  • De asimilación temporal: gestión del tiempo y capacidad para trabajar bajo presión, competencias situadas entre las más valoradas en el mercado.
  • De comunicación, sobre todo capacidad de redactar.

Déficits

  • Uso del tiempo. Los conocimientos que los titulados adquieren no son suficientes.
  • Competencias sociales. La capacidad de cooperación es escasa en los titulados en carreras relacionadas con la salud y Derecho. La capacidad de competencia es mínima en los estudiantes de carreras técnicas y también en las sanitarias.
  • Comunicación. Los titulados en carreras técnicas y de la salud presentan un déficit más alto. No obstante, todos adolecen, por lo general, de conocimientos adecuados de idiomas e informática.

El complemento ideal

La comunicación ocupa un papel fundamental a la hora de responder al cien por cien en un equipo de trabajo. Por ello, se valora cada vez más en los profesionales la capacidad para interactuar con sus compañeros, así como también con sus superiores, clientes y proveedores.

Entra en juego, en este caso, otro tipo de habilidades como son las de negociación, saber convencer y aceptar otros puntos de vista. Y si de trabajar con otros se trata, qué mejor que contar también con entusiasmo, motivación y ganas de aprender. Todo se pega… y eso también lo tienen en cuenta las empresas.

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