¿Sabías que cada uno de nosotros contamos con una serie de características que nos diferencian del resto? Se trata de la marca personal, es decir, lo que resulta más importante de nuestro currículo pero que, curiosamente, no suele aparecer en éste.

El personal branding, como se le conoce a este término en inglés, puede convertir a una persona en una «opción preferente, ya sea para conseguir un trabajo o una chica», afirmaba Andrés Pérez director, junto con Tomás Marcos, del Observatorio Personal Branding de la Escuela de Negocios CEU. Según Andrés Pérez, se trata de «lo que nos distingue de los demás, lo que nos saca de la uniformidad en la que nos hacen caer».

El actual panorama laboral y social convierte a las personas en mecanizadas, «uniformizadas, como si todos fuéramos salchichas iguales. Nos convierten en algo indistinguible y barato».

Frente a esta situación, desde este observatorio se apuesta porque cada uno cree su marca, se rebele contra la homogeneización y que se rompan moldes. Pero, ¿resulta fácil llevarlo a la práctica? A continuación te mostramos las claves facilitadas por estos dos expertos en el tema.

Romper la tendencia

Para empezar, hay que partir del hecho de que todos contamos con una marca, que suele asignarnos el sistema, sin que nosotros hayamos decidido nada al respecto. Este concepto es fundamental para seguir adelante con la argumentación de los expertos.

Pero este concepto lucha por romper dicha tendencia, «en gestionar la propia marca, en ser uno mismo el que se la ponga», sostiene Andrés Pérez. «Uno no ha de inventarse una marca simplemente para diferenciarse, ha de descubrir lo diferente que ya tiene de por sí».

Una diferencia cualitativa

Aquellas personas que ya disfrutan de su propia marca personal marcan una diferencia cualitativa frente al resto, dejando huella en las personas que les rodean, trasmitiendo confianza y emociones.

Uno de los puntos clave a la hora de crearse la propia marca radica en el hecho de contar con una actitud positiva, que sirva de acto de rebelión contra lo impuesto y rutinario.

Según Tomás Marcos, «de nosotros depende que pase algo diferente de lo que tiene que pasar. Nos hemos de preguntar en cada momento si realmente tenemos que hacer lo que se supone que tenemos que hacer o si somos capaces de ser nosotros quienes decidamos lo que va a pasar». Tomás Marcos insiste pues en recalcar esta gran diferencia que no todo el mundo es capaz de delimitar.

Las fases del modelo ADN

Tres son las fases que recomiendan ambos expertos y que resumen en el modelo ADN: análisis, diferenciación y notoriedad. En primer lugar, en la parte analítica, el experto Tomás Marcos afirma que «todos nosotros somos una marca personal en potencia, el asunto consiste en convertirla en acto». Si se actualiza de forma personal, cada uno será capaz de gestionar las percepciones que los demás tienen de uno mismo.

La decisión es un punto importante en este concepto. «Saber que la marca personal no es flor de un día, sino una carrera de fondo», comenta Marcos.

También hay que mostrar determinación para poder enfrentarse a la opinión de aquellos que se quedan mirando, «y hacerlo con la conciencia de que el fracaso es algo que puede pasar, que va a pasar», concluye. «Si no se siente el fracaso, tampoco se siente el éxito».

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