Las medidas que se ponen en marcha para facilitar y fomentar el acceso de la mujer al mercado de trabajo son muchas y variadas, como también lo son las formas en que puede hacerse ese acceso. Y es que una mujer trabajadora no es sólo aquélla que forma parte de una plantilla, también lo es la que decide establecerse por su cuenta y hacerse autónoma.

De hecho, cada vez son más las que se inclinan por esta opción, y muestra de ello la dan los últimos datos de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA): en el último año el número de féminas españolas que se incorporaron al mercado como autónoma aumentó un 5,2 por ciento, mientras que los hombres crecieron la mitad (2,6 por ciento). Una tendencia que, además, ha sido común en todas las regiones españolas.

Dicho de otra forma, de las 105.044 altas de autónomos registradas a lo largo del año pasado, el 47,3 de ellas fueron protagonizadas por mujeres (es decir, 49.686). Los hombres protagonizaron el 52,7 por ciento restante, cifra que, sin embargo, ponen de manifiesto que cada vez está más cerca la paridad entre autónomos masculinos y femeninos. Lo cierto es que, en estos momentos, uno de cada tres autónomos es mujer, habiendo en diciembre pasado un total de 1.010.737 trabajadoras por cuenta propia dadas de alta en el RETA.

¿Cómo es la autónoma española?

Mayor de 35 años y menor de 50, casada, con dos hijos y dedicada al sector de los servicios, en concreto en el comercio y la hostelería. Así es, según la Organización de Profesionales y Autónomos (OPA), la autónoma española. Una mujer que responde a un perfil similar al de 2006 y que, además, cuenta cada vez con mejor formación.

¿Dónde son más proclives a establecerse por su cuenta? Sobre todo, en Cataluña, donde a principios de 2008 había 187.431 autónomas, según la OPA. Se convierte, así, en la región donde más mujeres trabajadoras por su cuenta hay, seguida por Andalucía (149.342 autónomas), Madrid (117.735) y la Comunidad Valenciana (115.218).

Aún así, hay regiones que aprueban la asignatura por los pelos y cuentan con un número reducido de autónomas. Es el caso de las ciudades autónomas de Melilla y Ceuta, que cuentan sólo con 808 y 967, respectivamente. También se encuentran en este grupo, aunque con cifras mucho mayores, La Rioja (7.995 trabajadoras por cuenta propia), Cantabria (13.650), Navarra (14.581) y Extremadura (21.100).

Asuntos pendientes

Las dificultades para conciliar, para acceder a determinados sectores o para obtener financiación a la hora de poner en marcha su negocio son algunos de los obstáculos con los que se encuentran las autónomas.

El trabajo autónomo es algo nuevo para muchas mujeres, pero eso no quita que se sientan implicadas y luchen por defender sus intereses. De hecho, desde la Unión de Asociaciones de Trabajadoras Autónomas y Emprendedoras (UATAE-UPTA) reclaman poder participar en la negociación del colectivo autónomo para que su presencia sea «visible». Y es que, para esta organización, las mujeres tienen «serias dificultades» a la hora de emprender y hacer realidad sus proyectos de negocio.

UATAE-UPTA también destaca los obstáculos que encuentran muchas autónomas para acceder a ciertos sectores de actividad y para conciliar la vida laboral y la familiar. La secretaria general del organismo, María José Landaburu, opina al respecto que, en los muchos casos de mujeres trabajadoras por su cuenta «conciliar significa renunciar o a tu vida personal y familiar o a una carrera profesional coherente». Asimismo, denuncia que éstas reciben retribuciones inferiores a las de los hombres, hecho que para la UATAE-UPTA demuestra que los planes de igualdad «no llegarán a las autónomas», y muestra de ello es que el 73,9 por ciento de ellas no tiene aún empleados a su cargo y que el 80 por ciento trabaja por su cuenta sin constituir sociedad.

Un problema añadido: la financiación

A estos obstáculos se suman otros que afectan al colectivo autónomo en general, aunque con más fuerza en el sector femenino. Uno de ellos tiene que ver con la financiación.

Y es que los autónomos son los trabajadores que más dificultades encuentran para poder financiarse, incluso cuando su situación es muy parecida a la de un empleado por cuenta ajena.

Es lo que revela un reciente estudio elaborado por la compañía de intermediación financiera Hipo-tecaGratis, que subraya que el problema de este colectivo es, fundamentalmente, que declaran a Hacienda menos de lo que en realidad cobran. Otros obstáculos que cita el informe es que su negocio cuenta con condiciones que pueden calificarse «de riesgo», la falta de antigüedad y las deudas.

«Es una forma buenísima de entrar en el mercado laboral»

La coordinadora del Área de la Mujer de la ATA, Candelaria Carrera, lo tiene claro: hacerse autónoma exige esfuerzo, pero siempre merece la pena.

«Que no duden, que se preparen, que estudien su idea empresarial, el mercado y la competencia y que empiecen desde un principio con un nivel óptimo de competitividad». Ése es el consejo que la coordinadora del Área de Mujer de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), Candelaria Carrera, da a todas aquéllas que deciden emprender y crear su propio negocio, un colectivo cada vez más numeroso porque, en definitiva, «es una buenísima forma de entrar en el mercado laboral»

Y es que las mujeres tienen las cosas claras a la hora de poner un negocio. «La nueva generación de mujeres que afronta la creación de empresas está mejor formada y mejor preparada que las anteriores. Además, la asunción de riesgos va dejando de ser una barrera insalvable», añade Carrera. Además, tienen más conocimiento de cómo crear su empresa. De hecho, «las creadas por mujeres sobreviven más que las creadas por hombres» y muestra de ello es que en el cuarto año de vida de un negocio mueren más los constituidos por hombres que por mujeres. «Y eso significa que el estudio previo de la idea empresarial ha sido exhaustivo y concienzudo» por parte ellas.

Obstáculos que salvar

A pesar de que las mujeres avanzan con paso firme en el ámbito autónomo, aún existen obstáculos que deben superar para alcanzar la meta. Para la coordinadora del Área de la Mujer de la ATA, «el primer problema con el que nos encontramos es el de la financiación. Hay ayudas y microcréditos, pero normalmente son cantidades que no llegan a ser suficientes para entrar con un nivel óptimo en el mercado».

Sin embargo, las mujeres deben enfrentarse a un problema que les afecta más, si cabe, que a las trabajadoras por cuenta ajena: las dificultades para conciliar la vida laboral y la personal, sobre todo cuando son madres.

De una forma u otra, esta experta anima a todas las mujeres a emprender, porque, a pesar de los obstáculos y los esfuerzos, «las cosas se consiguen, vas viendo la rentabilidad, no a corto plazo, pero al final tiene su recompensa: eres tu propia jefa, organizas tu trabajo, eres la creadora».

Una alternativa

La OPA solicita la aplicación de un período de seis meses sin cotizar para fomentar el autoempleo.

El trabajo por cuenta propia no sólo es la alternativa de aquéllas que tienen desde un principio la idea de trabajar por su cuenta. Las paradas y parados que en algún momento han trabajado por cuenta ajena también pueden ponerse manos a la obra. Tan sólo hace falta espíritu emprendedor y ganas.

Con el objetivo de fomentar el autoempleo en este colectivo, la Organización de Profesionales y Autónomos (OPA) solicita el establecimiento de un período de prueba de seis meses en los que estén exentos de cotizar, en contra de lo que sucede ahora, cuando un autónomo está obligado a cotizar desde el primer día en que pone en marcha su negocio. Las únicas excepciones son para los hombres menores de 30 años y las mujeres menores de 35, que reciben ciertas bonificaciones.

Para el presidente de la OPA, Camilo Abiétar, este período de prueba «serviría para comprobar las perspectivas de crecimiento del negocio. No hay que olvidar que el hecho de poner en marcha una iniciativa conlleva múltiples gastos, que pueden echar atrás actividades emprendedoras. De esta forma, el que no tengan obligación de cotizar en el inicio de su actividad sería un aliciente para fomentar el autoempleo como salida laboral de futuro».

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