El cambio climático es «un problema global». Así lo califica el Ministerio de Medio Ambiente en su informe sobre el cambio climático en España, publicado en noviembre del pasado año. En él, subraya como necesidad la adopción de medidas frente a este problema, que permitirán cumplir objetivos propuestos en muchos ámbitos, tanto en el de la política ambiental como en el de la económica e, incluso, en el de la creación de nuevos empleos. Porque, como señala el Ministerio en su informe, un mejor conocimiento de los efectos del calentamiento global puede conducir a la adopción de decisiones económicas más acertadas y, como consecuencia, a la promoción de nuevas actividades y nichos de mercado.

Se trata, como subraya el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud (ISTAS), de un reto «sin precedentes» para las políticas de empleo, ya que todos los sectores se van a ver afectados, de forma positiva o negativa, por las consecuencias del cambio climático y de las medidas que se adopten para luchar contra él. Ahora bien, unos sectores son más sensibles que otros a la hora de experimentar esas repercusiones.

De todo un poco

En un informe elaborado por el ISTAS a petición de la Comisión Europea, el organismo señala que los ámbitos laborales más susceptibles de experimentar cambios son la agricultura, el sector forestal y de la pesca, el turismo, las finanzas y seguros, la sanidad, la energía y todo lo que tenga que ver con las infraestructuras.

Pero vayamos por partes, ya que los efectos pueden ser positivos o negativos en función del ámbito que tratemos. Así, mientras en la agricultura, la pesca y el turismo el calentamiento global puede hacer estragos, en otros sectores como las finanzas y los seguros puede suponer una fuente de empleo. ¿Por qué? En este caso, porque aumentaría la demanda para asegurar productos y servicios y, como consecuencia, de profesionales que den respuesta a este mayor volumen de trabajo.

Del mismo modo, el ISTAS señala que el cambio climático también afectará al empleo, la productividad y las condiciones de trabajo del sector sanitario. En concreto, revela que habrá un aumento general de la productividad en este ámbito, si bien subraya que podrían empeorar las condiciones de trabajo en espacios externos y tener como consecuencia el aumento de enfermedades cardiovascualares y de la mortalidad, por lo que descendería la demanda de servicios sanitarios. Por el contrario, el Instituto estima también que la solicitud de éstos podría aumentar como consecuencia del incremento de fenómenos climáticos extremos.

La energía es otro de los sectores afectados por el calentamiento global. Y lo estará también de forma positiva. Porque, si bien es cierto que descenderá el consumo de calefacción, aumentará la demanda de aire acondicionado y, por tanto, de instaladores. Aún así, el descenso de agua en verano reducirá la capacidad de plantas energéticas, térmicas, nucleares e hidráulicas.

Profesionales altamente cualificados

Las consecuencias del cambio climático van más allá de la generación de empleo en determinados sectores: también repercutirá en el perfil de la demanda. Y es que, según el informe que la Comisión Europea encargó al ISTAS, supondrá la solicitud de trabajadores altamente cualificados, tanto en desarrollo tecnológico como en innovación.

Esto se debe a que la introducción de nuevas tecnologías de la información y la comunicación bajas en carbono requerirán una mayor preparación, sobre todo en cuanto a diseño y gestión de sistemas de control en la construcción y el trasporte. Del mismo modo, también generará una mayor demanda de profesionales cualificados la investigación sobre nuevos productos y servicios.

Nuevos campos de trabajo en sectores tradicionales

Construcción y transporte son los ámbitos en los que el cambio climático repercutirá de forma positiva en cuanto a creación de empleo.

El transporte se perfila como uno de los sectores en los que el cambio climático hará mella de forma, en general, positiva. De hecho, según el informe elaborado por el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud (ISTAS) «existen grandes potenciales para la creación de empleos» en este sector, ya que la búsqueda de reducción de emisiones de CO2de los transportes tradicionales ocasionará la creación de vehículos alternativos, para lo que se requieren nuevos perfiles. Eso sí, habría que tener en cuenta que ámbitos como el del automóvil y el transporte por carreteras quedarían afectados, con descensos de trabajos del 60 y el 50 por ciento, respectivamente. Aún así, el informe subraya que la dinámica de empleo en el transporte por carretera se mantendría positiva.

De cualquier modo, el estudio del ISTAS prevé que en 2030 podrían estabilizarse las emisiones de CO2, llegando incluso a aumentar la creación de empleo hasta aquel año un 20 por ciento. Es más, calcula que la cifra de puestos de trabajo directos e indirectos en el ámbito ferroviario y el del transporte público se podría multiplicar por cuatro, comparándolo con el número registrado en 1990.

Los efectos de la construcción sostenible

La prevención del cambio climático ha constituido una fuente de empleo en el sector de la construcción en Europa, incluso en España, a pesar del momento de desaceleración por el que pasa en estos momentos. Porque no hace falta levantar nuevos edificios para potenciar ciertos ámbitos de este mercado. Y muestra de ello es que en construcciones ya existentes ha aumentado la demanda de instalaciones térmicas, algo que a su vez ha potenciado la solicitud de profesionales especialistas.

El informe del ISTAS recoge previsiones que dejan lugar a pocas dudas: se estima que la eficiencia energética en edificios ya levantados crearía entre 30.000 y 90.000 puestos en la Unión Europea de los 15, cifra a la que habría que sumar otros 90.000 que se originarían en los nuevos Estados miembros.

También hace referencia a las repercusiones que tendrá la renovación térmica en viviendas sociales y financiadas. Y es que, en este caso, no sólo supondría la creación de nuevos puestos de trabajo, sino también la posibilidad de facilitar el acceso al mercado laboral a colectivos en riesgos de exclusión y a desempleados.

¿Qué tipo de empleos se crearán en este sector? Serán, sobre todo, de baja cualificación. No obstante, será necesaria una formación en construcción sostenible, sobre todo en construcción y obras públicas, ya que en ellos el nivel de innovación en I+D es escaso, según estima el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud en su informe.

El viento sopla a favor

La Asociación Europea de Energía Eólica estima que este sector genere empleo para 368.000 personas durante los próximos 12 años.

No hay duda de que las energías renovables ocupan, en la actualidad, un papel esencial. Y no sólo en el plano medioambiental, también en el laboral. Sobre todo, si hablamos de la eólica.

Y es que cerca de 15.000 personas trabajan en este ámbito, según la Conferencia Europea sobre la Energía del Viento. Muchos de ellos se concentran en España, Alemania y Dinamarca, los países con más capacidad eólica de Europa y, por tanto, los más propensos a generar empleos en el sector. Nuestro país, por ejemplo, contaba ya en 2006 con 35.000 trabajadores en este ámbito, mientras que Alemania disponía de 80.000 y en Dinamarca este sector proporcionó empleo para 21.000 personas.

Y todo apunta a que esta cifra aumente considerablemente de aquí a unos años. En concreto, la Asociación Europea de la Energía Eólica (EWEA) prevé que en 2020 el sector del viento podría generar trabajo para unas 368.000 personas en la Europa de los Veintisiete.

Ingenieros y técnicos con alto nivel de cualificación son los perfiles que más se demandarán en este ámbito, sobre todo especialistas en ingeniería eléctrica, mecánica y aerodinámica y técnicos para operaciones de instalación y mantenimiento de turbinas.

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