Una de las principales ventajas de la formación e-learning es la flexibilidad. Tanto en horario –el alumno estudia, hace ejercicios o consulta las respuestas de sus tutores en el momento que quiere- como geográfica –todos las empresas y sus empleados tienen las mismas oportunidades, independientemente de su lugar de residencia, de que estén de viaje… pueden participar activamente en su programa formativo, sin que sea exclusivo de los residentes en un área concreta-. Sin olvidar que económicamente es más accesible.

Además de que un curso bien diseñado puede aportar los conocimientos y preparación necesaria, la formación virtual facilita una cercanía de la que carece la formación a distancia tradicional. El alumno de formación a distancia puede sentirse solo o incluso poco apoyado, al faltarle el contacto con otros alumnos y profesores.

La formación virtual suple en gran parte ese problema, ya que logra una interacción de alumno y profesor y de alumnos entre sí. No tienen contacto físico, pero pueden hablar, hacer ejercicios juntos, etc. la formación e-learning pone al servicio de los alumnos soportes de audio, vídeo, videoconferencias, chats, foros, soluciones interactivas… un amplio abanico de herramientas tremendamente enriquecedoras y que facilitan que se pueda compartir la experiencia formativa.

Mayor demanda de una formación que supera obstáculos

La demanda de la formación e-learning sigue creciendo, principalmente porque las características del actual ritmo de vida la demandan. Organizar los horarios de un curso, con las necesidades de la empresa y el tiempo personal de los empleados no es fácil. Muchas veces es precisamente el motivo para renunciar a la formación. Un obstáculo que el e-learning permite superar.

¿Qué necesita un alumno virtual?

Diplomados, licenciados universitarios, de una media de treinta años, son los principales usuarios de este tipo de formación. Los estudiantes de más edad y los de preparación más básica son más reacios, sobre todo por la precaución que les suscitan las nuevas tecnologías, aunque en realidad cualquiera que cumpla los requisitos específicos de cada curso puede ser alumno virtual.

Basta con tener unas herramientas técnicas mínimas, que la empresa ponga a disposición de sus empleados los utensilios para su formación. Aunque con un ordenador y una conexión a Internet de alta velocidad, es suficiente. Lo óptimo es disponer de adsl y, por supuesto, una cuenta de correo electrónico. Pero, para sacarle el máximo provecho, es recomendable tener también una tarjeta gráfica y de sonido, para utilizar los contenidos multimedia.

Cómo se estructuran los cursos on-line

Los programas formativos on-line tienen una estructura básica similar a las de los demás cursos a distancia, pero pensando en facilitar la lectura, la comprensión y el repaso de los materiales, por eso se suele trabajar con el formato Scorm, un modelo interactivo diseñado específicamente para facilitar el estudio e-learning. Y, por supuesto, se presta especial atención a la interacción con el tutor.

Está claro que la comercialización e-learning tiene el peligro de utilizar tutores baratos para ahorrar costes y a los que se sobrecarga, mientras se descuidan los contenidos didácticos. De ahí la importancia de apostar por un centro que tenga desarrollada su formación para que esto no suceda y la calidad docente no se resienta. Para que el alumno no sólo acceda a los mejores contenidos didácticos, sino que reciba una impecable atención docente, una auténtica asesoría personalizada.

El seguimiento personalizado ad-hoc de cada alumno permite ir evaluando su avance y guiar su estudio para que saque el máximo provecho. El tutor y el propio alumno disponen de diversas herramientas para evaluar los conocimientos adquiridos: desde los exámenes con diferentes tipos de preguntas (opción múltiple, verdadero-falso, ensayo, etc.) al cumplimiento de tareas realizadas individualmente o en grupo.

Un ejemplo lo tenemos en el método de IMF, donde cada alumno, al finalizar cada módulo, realizar un control de evaluación que se corrige de forma automática en la propia plataforma y le muestra las respuestas correctas y, en las erróneas, la justificación de porqué se ha equivocado.

IMF apuesta por la formación es online

Toda la oferta de IMF es online. Primero se desarrolló el aula virtual como un apoyo para la formación a distancia, de modo que el alumno pudiera acceder a sus temarios desde cualquier lugar, sin necesidad de llevar los manuales. Con una conexión a Internet, bastaba para consultar el material didáctico, la legislación, hacer controles parciales o solicitar una cita con el tutor.

Ahora, IMF ha puesto en marcha una plataforma que refleja el auténtico espíritu e-learning: un espacio en el que el alumno no sólo puede consultar el material y estudiar, sino también realizar ejercicios de evaluación, hablar con el tutor, compartir con otros alumnos…

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