La población activa, ocupada o no, en el sector de la hostelería en 2006 era de un millón y medio de personas, un 30 por ciento más que lo que registraba en el año 2000. Éstos son datos que la Federación Española de Hostelería (FEHR) recoge en un análisis del empleo en este sector, básico en un país como España pero que, según el citado organismo, se caracteriza por su «capacidad regeneradora». ¿Qué significa todo esto? Que la incorporación de personal al ámbito hostelero es cada vez más lenta, pero también más selectiva, haciéndose básica una preparación adecuada.

Datos más recientes, también procedentes de la FEHR y relativos al pasado mes de noviembre, sitúan en 58.563 personas más el aumento de los trabajadores en la hostelería. «Ha habido un leve crecimiento del empleo durante este año», afirma el presidente de la Federación, Juan Navarro, que hace referencia a otra característica de este sector, la estacionalidad, para hacer previsiones de futuro. «Es difícil en este momento hacer previsiones, dado que es un sector, muy estacional. Está muy influenciado por los avatares de los períodos vacacionales, fechas en las que aumenta el empleo en este sector».

Este carácter estacional es el que lleva a Navarro a citar al ámbito del alojamiento como el más susceptible a los cambios estacionales, «más que la restauración, que también da servicio a la población interior del país y, por tanto, es más estable», afirma. No obstante, para el director general de La Viña, la Asociación Empresarial de Hostelería de la Comunidad de Madrid, Juan José Blardony, «nuestro sector depende en gran medida del consumo familiar. Las cifras económicas actuales indican un estancamiento del consumo interno que no favorece a nuestro sector, y parece que se va a mantener al menos a lo largo de este año».

300.000 empresas

Aún así, la hostelería es un sector de gran peso dentro de la estructura económica española, que ayuda a su vez al crecimiento de otras ramas productivas. Muestra de ello es que en España existen 300.000 empresas y más de 330.000 locales dedicados a la hostelería, cifras que dejan clara una demanda activa de profesionales. De hecho, en los meses en los que el turismo gana importancia se emplea a más de 1.200.000 personas, según datos de la FEHR.

Si tomamos como ejemplo la situación en la región madrileña, trabajan en la hostelería más de 170.000 personas, con cinco trabajadores por establecimiento. «Con estas cifras podemos afirmar que el sector hostelero ejerce un fuerte peso en la economía de la Comunidad de Madrid, llegando a representar el siete por ciento del PIB regional», afirma el director general de La Viña.

¿Cómo se traduce esto en términos de empleo? Para Juan José Blardony, la retención del consumo interno del que depende este sector «no promueve la creación de empleo por parte de las empresas de hostelería madrileñas, siendo las perspectivas de mantenimiento del empleo actual en términos globales». Sin embargo, hay subsectores que ofrecen síntomas de poder seguir creciendo. Es el caso de «los restaurantes de gama media-alta y de los comedores colectivos y catering, siguiendo la tendencia social de la demanda de servicios de comedor en empresas».

Una profesión que requiere vocación

La hostelería es un sector que ofrece grandes posibilidades de promoción profesional, aunque para conseguirla es necesario contar con una serie de aptitudes básicas.

No nos engañemos, trabajar en la hostelería es duro, pero no menos que en otros ámbitos laborales. Por eso, aquél que quiera dedicar su futuro profesional a este sector debe, ante todo, gustarle, porque «se incorporan personas al sector que están realmente de paso, y que no tienen una verdadera vocación de profesionalización y permanencia en él», sostiene el director general de La Viña, Juan José Blardony.

En su opinión, el desempleo en la construcción ha generado una «bolsa de personas que buscan sectores alternativos y que generan en las empresas de hostelería mayores candidaturas para la contratación de personal». Sin embargo, se trata de profesionales que están de paso en el sector, «que no buscan empleos para dedicarse a ellos a largo plazo», disminuyendo de este modo sus posibilidades de promoción.

Con voluntad

Pero no está de más que a esa vocación a la que hace referencia Blardony se sume «una buena disposición personal al trabajo» y «una formación que aglutine conocimientos teóricos básicos». Son tres factores que permiten hacer que el trabajador destaque en el sector y «en tan sólo tres años podría estar dirigiendo el departamento de un establecimiento», algo poco frecuente en otros sectores. Y es que las posibilidades de promoción personal a medio plazo constituyen uno de los grandes rasgos de los puestos relacionados con la hostelería.

Además, es «un sector muy agradecido en cuanto a la retribución que se percibe, por encima de sectores análogos, como el comercial», apunta el director general de la Asociación Empresarial de Hostelería de la Comunidad de Madrid. Eso sí, «siempre que vaya acompañada de la necesaria cualificación y formación profesional que genere valor a la empresa».

Nuevas salidas

Los puestos relacionados con el ‘vending’ y el diseño de platos de cocina adquieren cada vez más importancia a nivel nacional.

La capacidad del sector hostelero para regenerarse no ha impedido que se desarrollen y originen nuevas alternativas profesionales. «Siempre hay novedades constantes cuando un sector se encuentra en plena evolución», sostiene Juan José Blardony, director general de La Viña, la Asociación Empresarial de Hostelería de la Comunidad de Madrid. Este experto pone de ejemplo el ‘vending’, haciendo que la demanda se incline, en este caso, hacia los reponedores de máquinas.

Además, «la línea nutricional es también algo que demanda la sociedad, y las empresas tienen la necesidad de incorporar dietistas y personal que diseñe platos concretos a unas necesidades cada vez más complejas». En este sentido, en opinión de Blardony, también hay que subrayar la importancia que está adquiriendo el conocimiento de nuevas técnicas de elaboración y conservación de alimentos, aspecto que «puede abrir muchas puertas de empresas, pero siempre que se conozca la base de la cocina tradicional».

Por supuesto, la hostelería también está salpicada de la importancia que los idiomas adquieren a la hora de encontrar un puesto de trabajo. Y es que «en sala, existe una gran demanda de profesionales con conocimientos de idiomas». No olvidemos que el turismo extranjero es ya básico en España, circunstancia que genera negocio y, por lo tanto, aumenta la necesidad de personal que cubra puestos relacionados con la hostelería. Eso sí, el director general de La Viña subraya que «en este caso la candidatura también tiene que partir de unos conocimientos básicos del servicio que nunca se pueden obviar».

Lo que nunca falla

Ahora bien, la evolución del sector a lo largo de los últimos años ha dejado algo claro: los camareros siempre han estado ahí. De hecho, «la entrada comodín en nuestro sector sería la de ayudante de camarero, tanto en bares, como restaurantes de comida rápida y ocio nocturno», añade Blardony.

Se trata del perfil que menos conocimientos profesionalizados requiere dentro del sector de la hostelería y del que se ha estado echando mano.

Para el director general de la Asociación Empresarial de Hostelería de la Comunidad de Madrid, La Viña, «la irrupción de franquicias en hostelería y la aparición de sectores de mercado con ofertas de productos y servicios a bajo precio han producido que cierto tipo de actividades se provean de estudiantes y personas que trabajan a tiempo parcial que amplían el abanico de la oferta laboral».

© Laboris