Las 24 horas del día ya no son suficientes para dedicarse a todo. El trabajo llega a absorber tanto que cada vez son más los que echan mano de expertos para, incluso, decidir con qué vestirse. Y es que, «vivimos en una sociedad donde la imagen es cada día más importante», subraya Elisabet Olivé, codirectora de Quémepongo, empresa especializada en asesoría de la imagen y estilismo. Y son precisamente esos dos factores, falta de tiempo e importancia de la imagen, los que constituyen la base de una profesión de futuro.

Para Olivé, «las perspectivas son buenas, cada vez hay más empresas que se dedican a la asesoría de la imagen y al personal shopper y hay más demanda de estos servicios». Porque, lejos de lo que puede pensarse, estos profesionales no sólo prestan sus servicios a un colectivo exclusivo, están abiertos a todos aquellos que lo requieran. «Antes parecía que sólo podían acceder a ellos los políticos, cantantes y personas con un poder adquisitivo muy alto. Hoy en día cualquier persona puede acceder a los servicios de un asesor de imagen».

Dos perfiles bien diferenciados

Ahora bien, dentro del estilismo habría que distinguir entre esta figura, la del asesor de imagen, y la del personal shopper.

Myriam del Riego ejerce de esto último en Viste-m, entidad especializada en el asesoramiento de imagen, compras personalizadas y organización de eventos, aclara al respecto que «aunque en la figura del personal shopper hay una parte de estilismo, también existe la parte de morfología, colorido, asesoramiento de imagen, especialistas en compras. Esto lleva a una mayor competencia, pues la gente confunde estas dos profesiones. De esta forma podríamos decir que existe una rivalidad sana entre ambas profesiones, lo que hace que nos veamos obligados a prepararnos más y mejor».

Aunque las dos tienen algo en común: las perspectivas de futuro son de lo más positivas. Respecto al personal shopper, Myriam del Riego subraya que «la perspectiva es buena, puesto que cada vez se va conociendo más la función de un personal shopper, lo que hace que exista más demanda por parte del público y, por tanto, aumentará la contratación de estos profesionales».

En el estilismo, la profesionalidad y la calidad han de sumarse al buen servicio, y para ello hay que contar con todos los perfiles que lo hagan posible. ShaiGON, empresa especializada en belleza personal y asesoramiento de la imagen, es un ejemplo de ello. Además de contar con expertos en estilismo, maquillaje y peluquería, trabajan en la empresa psicólogos, terapeutas o, entre otros, masajistas. Y es que si algo define a esta entidad es la creación de un nuevo concepto de belleza «que refuerza la autoestima y la seguridad personal».

«La formación es importantísima»

Cristina Rodríguez es figurinista y estilista. Realiza el vestuario para moda, teatro, publicidad, cine y televisión. Además, trabaja como asesora de imagen para clientes de ShaiGON, agencia especializada en el asesoramiento de imagen y belleza personal.

Después de una extensa formación y más de 15 años al servicio de la moda, realizando vestuario tanto para este sector, como para el teatro, la publicidad, el cine y la televisión, Cristina Rodríguez lo tiene claro: «la formación es importantísima, no creo mucho en autodidactas». Y es que esta figurinista y estilista considera básico estudiar moda para dedicarse al estilismo, «porque vas a trabajar con ella».

En su opinión, un profesional del estilismo debe ser una persona que tenga criterio, aunque «tener criterio no quiere decir que tenga buen gusto, sino que sepa adaptarse al gusto de la persona que va a vestir», aclara. Una cualidad que debe acompañarse de otra: don de gentes.

«El estilista tiene que ser una persona que entienda las necesidades y las dificultades del físico de la otra persona. Creo que debe ser muy relaciones públicas, que tenga contactos y, por su puesto, que sepas dónde buscar».

Son, en definitiva, profesionales preparados para atender una necesidad cada vez más frecuente en la sociedad actual: tiempo para nosotros mismos. «Cada vez la gente tiene menos tiempo y utiliza más a estos profesionales para todo. Los estilistas no sólo desempeñan su función para gente de televisión y de cine, sino para profesionales que trabajan todo el día», añade Cristina Rodríguez.

Imprescindibles

Las tiendas recurren a los profesionales del estilismo, pero no son las únicas. A ellas se suman hoteles, gabinetes de comunicación y empresas.

¿Dónde pueden trabajar asesores de imagen y ‘personal shopper’? La empresa privada dedicada al estilismo es la vía que acumula la mayoría de ofertas. Sin embargo, cada vez son más los ámbitos en los que estos profesionales son imprescindibles. Y los hoteles son sólo un ejemplo. De hecho, «hay hoteles que incorporan la figura del ‘personal shopper’ como un servicio más para ofrecer a sus clientes», apunta Elisabet Olivé, codirectora de Quémepongo. Además, «los gabinetes de comunicación ya no pueden prescindir de los asesores de imagen», añade.

No obstante, tiendas de ropa y complementos se han fijado últimamente en estas dos figuras hasta hacerlas casi imprescindibles. El objetivo es claro: para Olivé, incorporan a estos profesionales «para ofrecer un valor añadido al cliente, fidelizarlo y vender más y mejor».

El servicio a otras empresas se ha convertido en otra de las salidas con futuro del asesor de imagen y del ‘personal shopper’. ¿Con qué intención? Recurren a estos profesionales «para conseguir que sus colaboradores tengan una imagen acorde con su puesto de trabajo y la filosofía de la empresa».

Algo más que vocación

Si estás pensando en dedicar tu futuro profesional a la asesoría de la imagen, debes tener en cuenta que se trata de una profesión vocacional. Aunque éste no es el único requisito que se aconseja cumplir. Para la codirectora de Quémepongo, «hay que tener una buena formación y estar al día de todas las tendencias, tanto nacionales como internacionales».

Para esta experta, «un buen asesor de imagen ha de tener la capacidad de observar, valorar, analizar, proponer y enseñar». Aptitudes que deben acompañarse, además, de dotes comerciales y don de gentes, creatividad, imaginación, memoria visual y, ante todo, interés por la moda, la estética y la cosmética.

Preparados para todo

La FP ofrece la posibilidad de especializarse en este sector a través del ciclo formativo en Asesoría de la Imagen Personal.

Como en toda profesión, la formación en el asesor de imagen es básica. En este caso, muchas empresas ofrecen cursos al respecto, aunque otra de las vías es la que ofrece la Formación Profesional. Y es que dentro de la familia profesional de Imagen Personal, además de Estética, Caracterización, Peluquería y Estética Personal Decorativa, se encuentra el ciclo formativo de Asesoría de la Imagen `Personal.

Se trata de una rama que cuenta con ocho módulos profesionales teóricos y uno práctico en centros de trabajo. Respecto a los primeros, el plan de estudios cuenta con asesoría de belleza, técnicas de embellecimiento personal, estilismo en el vestir y protocolo y usos sociales. A ellos se unen imagen personal y comunicación, relaciones en el entorno de trabajo, formación y orientación laboral y administración y comercialización en la pequeña empresa, materia esta última que capacita a estos estudiantes para crear empresas de asesoría de la imagen personal o integral.

Entre las materias que domina, de este modo, el técnico superior en la asesoría de la imagen se encuentra el protocolo, el vestuario y la expresión verbal y corporal o la peluquería.

No obstante, aunque estos estudios tengan una duración de dos años, el experto en esta materia nunca debe dejar de lado su formación. Y es que nos encontramos ante un ámbito de reciclaje continuo, donde hay que estar atento a cada temporada, a las tendencias de moda, estética y peluquería, que constantemente cambian para adaptarse a los nuevos tiempos. En cuanto a la formación adicional, ésta puede venir de la mano de cursos especializados en masajes, terapias alternativas, técnicas de color o diseño de vestuario y complementos, entre muchos otros.

© Laboris