Están en lugares donde la gente acude masivamente a bañarse: playas, piscinas, parques acuáticos… Su labor es evitar que haya accidentes, tanto dentro como fuera del agua.
Por eso, una parte muy importante de su rutina diaria consiste en tareas de prevención:
En caso de que alguien sufra un percance, el socorrista debe ayudarle. Puede tratarse de un corte de digestión,
de una picadura de medusa, de una caída o hasta de una parada
cardíaca. En cualquier situación, estos profesionales han de
aplicar cuidados de emergencia. Y si el incidente ocurre
mientras la víctima estaba en el agua, tienen que rescatarla.
En cambio, otras tareas como controlar las máquinas
depuradoras, medir los niveles de cloro o regar el césped, nunca
deben corresponder al socorrista. Si él asume todo esto, tiene
que hacerlo fuera de su horario de trabajo y a cambio de un sueldo
extra.
¿Qué formación necesitan?
Cada comunidad autónoma tiene sus propias
leyes a la hora de fijar los requisitos de los socorristas. Pero,
en general, para conseguir un contrato, hay que disponer de un
título oficial, que se puede obtener en:
en toda España de un mínimo de 85 horas. Tras superar los exámenes
teóricos y prácticos, el alumno se convierte en técnico en primeros
auxilios y salvamento acuático y dispone automáticamente de
licencia federativa. Si quiere mantenerla, deberá renovarla
anualmente y someterse cada dos años a una prueba física. Se
necesita un nivel de natación medio-alto y una buena forma física.
total de 100 horas de clase.
módulo de 120 horas sobre primeros auxilios y socorrismo acuático.
El coste de los cursos de la Federación
y de la Cruz Roja es bastante similar: oscila entre los 300
y los 420 euros. Sin embargo, en el sector privado, suele haber
más demanda de socorristas con la titulación de la Federación.
¿Qué cualidades deben reunir?
Hay que estar en forma, sobre todo si
se trabaja en la playa. Pero la capacidad física no es lo más
importante. Los buenos profesionales sienten el socorrismo como
una vocación, y no como un trabajo fácil de verano: se necesita
mucha motivación y ganas de cuidar bien de los demás.
Estamos hablando, pues, de personas amables,
comunicativas y con iniciativa: han de intentar anticiparse
a los posibles accidentes y enseñar a los bañistas a prevenir
los riesgos.
Es importante que sepan trabajar en equipo,
especialmente en las zonas de playa. Y, en situaciones graves,
tienen que reaccionar con la suficiente sangre fría como
rescatar a alguien en pocos segundos o aplicar las técnicas de
reanimación que hagan falta. No pueden dejarse llevar por los
nervios.
Por supuesto, los socorristas han de ser muy responsables: de ellos depende la seguridad de muchas personas.
¿Qué perspectivas laborales tienen?
En verano, cualquier titulado que quiera trabajar lo tiene muy fácil:
hay bolsas de empleo con ofertas de Ayuntamientos, hoteles, parques
acuáticos, campings, asociaciones de vecinos…
de las playas y, a menudo, necesita personal.
La demanda se ha disparado tanto que algunas empresas españolas han contratado a profesionales extranjeros,
preferentemente sudamericanos. Se suele exigir que tengan en
vigor la licencia de la Federación Española de Socorrismo, además
de los títulos que puedan haber obtenido en su país.
La cara negativa del oficio son las duras condiciones
laborales:
ocho y nueve diarias) y sin tener días libres, ni siquiera en
fin de semana.
expuesto al sol, con los riesgos para la salud que esto supone.
gran responsabilidad que se asume. El salario medio oscila entre
los 600 y los 900 euros mensuales.
Las cosas se complican aún más para quienes pretendan trabajar durante todo el año. En invierno, sólo las
instalaciones deportivas cubiertas y algunas playas del sur de
la Península y de las islas Canarias mantienen personal de salvamento.
Esto ha hecho que, tradicionalmente, el socorrismo se considere un trabajo de temporada para jóvenes entre 16 y 25 años. La mayoría son estudiantes que lo dejan en cuanto acaban los estudios.
Sin embargo, en el sector crece la reivindicación
a favor de los socorristas profesionales, personas dedicadas
exclusivamente al salvamento acuático, bien preparadas, muy motivadas
y especializadas en campos diversos (playas, motos de agua, deportes
de aventura…). Dicen que así será el socorrista del futuro.
© Laboris
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