Uno de los perfiles que más demandan las empresas es el de comercial. De hecho, es el puesto a través del cual es más fácil entrar en una compañía. En la firma Redes de Fuerzas de Ventas (RFV) tienen prevista la contratación de unas 2.000 personas para el año 2007, un 12 por ciento más que este año. «En torno al 25 por ciento serán recién licenciados. Éstos se están dando cuenta de que: o entran en el mercado laboral a través del mundo comercial o lo tienen mucho más complicado», afirma Javier Fuentes Merino, director general de la compañía.

El entorno comercial, además, les aporta muchas habilidades que serán de utilidad para cualquier futuro empleo que quieran desempeñar. «Empatía, asertividad, capacidad de comunicación, trabajo por objetivos… todas estas cualidades luego las reclaman las compañías para otro tipo de puestos».

La experiencia previa no es necesaria para trabajar en esta firma, de hecho, en ocasiones puede ser contraproducente, «porque se pueden tener hábitos que no nos sirvan para vender el producto que nosotros queremos, y es muy difícil reformar dicha costumbre». Tampoco se buscan titulaciones específicas, salvo para algunos clientes concretos que, por el producto que se va a vender, requieren de unos conocimientos técnicos previos. Es el caso de un químico que vaya a trabajar en un laboratorio farmacéutico. «Si estamos vendiendo un servicio financiero muy específico o más complejo de lo habitual, sí necesitamos a alguien que tenga dicha formación. Si vendemos un producto jurídico, mejor que sea un licenciado en derecho», comenta el director general de la empresa.

Una buena predisposición

Lo que más se valora en los candidatos es su actitud. Después se fijan en las aptitudes. «Nos movemos más en el tema de habilidades sociales, comunicación, etcétera, que en el conocimiento explícito. Ahora que hemos visto que, con el Acuerdo de Bolonia, nos llevan más hacia las competencias, lo que buscamos nosotros también es eso, y aún más en un mundo comercial».

«No es tan importante el saber cómo se tiene que hacer una cosa muy concreta sino el tener la capacidad para resolver un nuevo problema que se plantea, o el ponerte en lugar del otro». El 75 por ciento de sus profesionales está compuesto por mujeres, muchas de ellas retornando al mercado laboral después de un parón (para cuidar a los hijos o porque se han separado de su pareja y ahora necesitan una independencia económica). Además, la edad media de sus empleados se encuentra entre los 22 y los 35 años. Gente mayoritariamente joven.

A la hora de realizar un proceso de selección, RFV acude a su propia base de datos. Luego, también utilizan los medios que tienen a su alcance. «La prensa cada vez menos, porque es más lenta y más cara», comenta el director general. En función del perfil específico que se busque en cada ocasión acudirán a las bolsas de trabajo de las universidades y a las agencias de colocación de los ayuntamientos o de las comunidades autónomas.

Quienes superen la primera criba curricular recibirán una llamada telefónica que servirá para saber si ese candidato tiene o no la actitud para trabajar con la empresa. «A partir de ahí o bien se hace una entrevista individual y después una en grupo, o al revés. Depende de lo que se esté buscando», afirma Javier Fuentes. Las dinámicas de grupo, el role-play y el teatro de ventas se emplean mucho, y los tests se utilizan cada vez menos. «El mercado está tan saturado que, a veces, directamente haces la entrevista», concluye.

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