Miquel Bonet, Director del Programa de Competencias de la Universitat de Barcelona iL3 y autor de «¡Búscate la vida!»

Es mucho más que una frase, porque lleva detrás la emoción incontenida de los millones de trabajadores que aquí y en medio mundo, del nuestro y del otro, imploran todos los días.

No obstante y lo más curioso es que, por mi experiencia como cooperante en África ecuatorial y otros viajes por el llamado «otro» mundo, al contrario del occidental, supuestamente más próspero y lleno de oportunidades, he podido constatar que especialmenteen estos países, la gente no se limita a pedir trabajo, sino que lo hace, allí no existen subsidios y tod@s se buscan la vida, que conste que no ha tenido siquiera la oportunidad de leerse mi libro «¡Búscate la vida!», no les hace falta, encuentran su supervivencia porque nadie se la regala.

Curiosa realidad, porque donde existe miseria material, que por fortuna no es la peor, la gente sobrevive generalmente, recurriendo a muchos trabajos, no tan ocasionales y que a la vista de los resultados de la mayoría de ellos, se ejecutan con calidad y en muchos casos incluso con vocación, la gente se «hace» comercial, artesana, recadera, aguadora o campesina y encima no se queja.

Ciertamente vivimos momentos paradógicos, en un mundo que lo es aún más y por ello quiero avanzar una primera conclusión sobre este tema del día. Las TIC´s no son determinantes para buscar empleo, ayudar puede que ayuden, como toda la tecnología usada sabiamente, pero por fortuna sigue decidiendo la actitud, las ganas, las competencias adquiridas y potenciales y a veces, aunque menos de lo que sería necesario, también los valores personales.

A menudo, se comenta en los círculos académicos con referencia a la educación, que nunca hemos tenido una generación más preparada y con más recursos de todo tipo, por descontado tecnológicos, pero también sociales y sobre todo rodeados de una sociedad más tolerante, paternalista y poco exigente en la calidad, como no ha existido nunca, pero mucha gente sigue «estrellándose» en este proceso de búsqueda de empleo.

¿Saben alguna de las razones de estos resultados?, pues que en muchos casos ni siquiera hay ganas de buscar y no me refiero a que no se envíen curriculums, o no se visiten portales de empleo, ni tampoco que no existan buenos y profesionales orientadores -mis ángeles laborales como les bauticé en su día-, el tema está en la convicción y el método durante la búsqueda, éste es el problema, porque cuando alguien busca trabajo tiene el trabajo de buscar trabajo y debe empezar –temprano- la jornada con un plan sistemático y seguirlo.

Dejemos atrás, sin obviarlos, los estremecedores datos del informe reciente de UGT, en el que entre otros datos se especifica que de los 151.000 jóvenes entre 20 a 24 años, que no trabajan, una cuarta parte ni siquiera lo busca y que casi la mitad, ha dejado de estudiar, por falta de ¿motivación?, ¿ganas?, ó ¿porque es difícil? Se alegan argumentos como que no hay proyecto de futuro, pero ¿quién va a construir este futuro, sino ellos mismos?, ¿que son salarios «mileuristas»?, pues muchos los quisieran, ¿es que no han empezado las generaciones anteriores con salarios mínimos hasta adquirir habilidades y competencias?, quizás alguien siga creyéndose en los tiempos que vivimos, que un «título equivale a un empleo», pues no, una títulación acredita sólo conocimientos, de la misma forma que saber música no te hace músico, pero el saber sumado a la disposición para «hacer cosas», el aprendizaje permanente y muchas ganas, pueden equivaler a convertirse en un profesional, con una propuesta de valor, que alguien está dispuesto a pagar.

Por fortuna, el tejido empresarial de nuestro entorno cuenta con muy buenos profesionales en el campo de la selección, los head hunters, consultores, psicólogos especializados y toda la gente que se dedica a esta «santa» labor de los recursos humanos, capaces de ayudar a las empresas, en las tareas de selección de «aquellos» candidatos que quieren y pueden, a la gente que le preocupa mucho más comprometerse en un proyecto profesional que mirar la nómina del primer año, a los que exigen después porque están dispuestos a dar antes.

Claro que hoy la información circula más rápida, más diversificada, con terminales muy sofisticados y al alcance de tod@s, pero ello no significa que tengamos una información más eficiente y mucho menos «mejor comunicación», ¿cuántos padres «hablan» de verdad con sus hijos?, se involucran con el maestro en su formación, sacrifican tiempo en su educación en valores o saben decir que no, cuando toca.

No vamos a cambiar el mundo que nos rodea y creo que no lo haremos porque no es posible, incluso puede que esté mejor así para el bien de todos, pero como siempre ha sido, los cambios externos poco tienen que ver con el auténtico cambio personal, o la reinvención que hace falta para superar las dificultades, llamémosle crisis, problemas económicos, falta de motivación o simplemente enfrentarse al vacío de no tener trabajo, especialmente para los que lo necesitan tanto, pero como siempre la puerta del cambio se abre desde dentro, nadie te va a motivar, sino uno mismo.

Quiero acabar con una propuesta para los que la quieran escuchar y que repite lo que ya he manifestado y publicado en los últimos años:

1- Las empresas no quieren gente que «sólo» sepa cosas, saber está bien, pero los «grados» no te llenarán el bolsillo, los empresarios quieren personas que quieran «hacer cosas», que sean «buena gente» y dispuestas a aprender, a apostar a menudo por proyectos nuevos, a demostrar más de una vez si hace falta que son capaces y con ganas de aprender constantemente.

2- El éxito o el fracaso acaban dependiendo en gran parte de uno mismo, en la medida en que uno se esfuerza, se ilusiona y tiene la generosidad para dedicar su tiempo, tiene muchísimas más posibilidades.

3- Hay trabajo, no sé si para todos, pero seguro para los más cualificados, cada vez se valora más la «meritocracia» y eso es bueno, el empleo está en la calle, hay que aprovechar todos los medios, el proselitismo, internet, los blogs, el networking, todo está a tu disposición y normalmente es gratis, aprovéchalo, pero pónle ganas y actitud, que también son gratis.

© Laboris
11-10-2010