Los extranjeros que llegarán a nuestro país para ejercer su profesión mediante contratos estables de trabajo no superará el millar a lo largo de este año que acaba de comenzar. El número de contrataciones realizadas mediante esta fórmula laboral a ciudadanos de otras nacionalidades experimentará en España una más que sensible reducción, y es que en 2008, un total de 15.731 personas llegaron al amparo de este mecanismo.

Esta rebaja de más de 14.000 personas deja entrever la virulencia con que la crisis se está cebando con el mercado laboral, ya que esta cifra se fija a partir de las necesidades que cada comunidad autónoma estima oportunas, atendiendo a las demandas de sus empresarios. Así, la previsión recoge el número de trabajadores extranjeros con contrato de duración superior a un año que cada autonomía prevé necesitar para 2009 en función de las distintas ocupaciones.

A continuación, esta petición realizada desde las administraciones regionales se contrasta con las bases de datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SPEE), que cruza las vacantes solicitadas con el número de parados repartidos por toda la geografía nacional dispuestos a ocuparlas, sin tener en cuenta la zona de procedencia de cada uno de ellos; dando como resultado para este año una notable rebaja que revela que en la actualidad hay una cantidad de trabajadores nacionales más que suficiente para cubrir los puestos disponibles.

Entre las zonas que presentarán menor necesidad de mano de obra extranjera destacan Andalucía, Castilla-La Mancha y Murcia, que este año no realizarán ninguna de estas contrataciones, aunque tradicionalmente han sido comunidades empleadoras de inmigrantes. A pesar del fuerte descenso, Cataluña seguirá siendo la región que más trabajadores prevé necesitar, con 388 ofertas; seguida de País Vasco, con 230 y Galicia, con 140.

Fijar el contingente necesario de trabajadores extranjeros estables se ha convertido en los últimos años en la fórmula empleada desde el ministerio de Trabajo para diseñar la política de inmigración que ajusta la entrada en España de ciudadanos foráneos, según las necesidades del mercado laboral.

Menos trabas para los rumanos

Por otra parte, como novedad para el año que ahora empieza, los rumanos no tendrán restricciones para trabajar por cuenta ajena en nuestro país, al decidir el Gobierno no renovar la moratoria laboral que pesaba sobre este colectivo, la colonia extranjera que mayor crecimiento ha experimentado en España. Esta medida se hace extensible a los inmigrantes procedentes de Bulgaria. En conjunto, la iniciativa afectará al más de medio millón de ciudadanos de ambos países que viven en la actualidad entre nosotros.

Expertos esperan que la decisión no tenga ninguna consecuencia inmediata, ya que la llegada de estos trabajadores a nuestro país ha estado relacionada siempre con las condiciones económicas, por lo que si el mercado demanda en la actualidad un número menor de empleados, no cabe esperar afluencias masivas de demandantes extranjeros, sino todo lo contrario, que haya trabajadores extranjeros que opten por volver a su lugar de origen. Así, desde la Embajada de Rumanía confirman que son numerosos los compatriotas que han pedido información sobre la posibilidad de retorno, dada la sostenida situación de crecimiento que vive este país del este europeo.

El colectivo rumano, representa en la actualidad el 16,7 por ciento del total de inmigrantes que viven en España, una colonia que ha superado por primera vez en número a la marroquí, tradicionalmente más nutrida. Aproximadamente, el 20 por ciento de los rumanos desarrolla su actividad profesional en nuestro país como autónomo.

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