Los profesores Kenneth Andrews y Roland Christensen crearon en los años
70 una nueva herramienta de análisis para la gestión
de empresas, el SWOT (Strengths, Weaknesses, Opportunities, Threats),
cuyo equivalente en español es DAFO (Debilidades, Amenazas,
Fortalezas y Oportunidades).
Este método se usa habitualmente en la gestión empresarial
y uno de los campos en que ha tenido más aceptación es el
del marketing, en el que se aplica al estudio de productos.
Aplicar un análisis DAFO consiste en algo tan sencillo como estudiar
cuáles son los puntos fuertes y débiles de una empresa,
un producto, una zona turística o incluso una persona en relación
a las amenazas y las oportunidades que presenta su entorno.
Los parámetros que analiza esta herramienta son, por tanto,
internos (debilidades y fortalezas) y externos (amenazas
y oportunidades):
- Debilidades: limitaciones que pueden impedir a la empresa defenderse
de las amenazas o aprovechar las oportunidades. Por ejemplo, una infraestructura
tecnológica obsoleta. - Amenazas: para una empresa puede ser amenazante que desde una
legislación se regule alguna de sus actividades hasta la inminente
aparición de un nuevo competidor. - Fortalezas: puntos fuertes que permiten hacer frente a las amenazas
y aprovechar las oportunidades. Por ejemplo, una cartera de clientes sólida. - Oportunidades: factores del entorno que, bien aprovechados, pueden
proporcionar ventajas o beneficios. La necesidad de adaptación
al euro, por ejemplo, era una oportunidad evidente que muchas empresas
de informática supieron aprovechar.
Información elaborada por Juan Miguel Rosa
© Laboris
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