Son pruebas para conocer la personalidad, evaluar
aptitudes y observar la capacidad profesional de los candidatos.
Sirven de filtro para descartar a los que no superen unas exigencias
mínimas y para contrastar la información que se obtiene en la entrevista.

En función de su objetivo, distinguimos:

  • Tests de personalidad

    Intentan desvelar el carácter del aspirante por medio de preguntas
    relacionadas con sus rasgos más significativos: tesón, eficacia,
    voluntad de liderazgo, sociabilidad, etc. Suelen incluir escalas
    de sinceridad que detectan las contradicciones.

    Los tests psicométricos dan resultados numéricos. Por ejemplo,
    un 6 sobre 10 en agresividad. El más utilizado es el 16PF, que
    mide 16 factores de la personalidad.

    Los tests proyectivos no proporcionan resultados cuantificables,
    sino que los debe interpretar un profesional. El más popular es
    el test de Roschach, en el que se pregunta al sujeto qué significado
    tienen para él una serie de láminas con manchas impresas.

  • Pruebas de aptitud

    Miden las capacidades de los candidatos en competencia verbal,
    razonamiento numérico, coordinación visomotora, coordinación espacial,
    etc. Los resultados se comparan con un baremo extraído de profesionales
    que se corresponden con el perfil buscado.

  • Pruebas profesionales

    Teóricas y/o prácticas, en función del puesto a cubrir. Permiten
    valorar las habilidades en el trabajo, contrastando los datos
    de los currículos: formación, profundidad de conocimientos y
    la posibilidad de adecuarlos a las necesidades de la empresa.

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