Tipos de contraoferta

1- La contraoferta económica: es
la más utilizada por las empresas. Cuando un trabajador anuncia
que se va, se le propone un incremento de su salario que puede
ir del 10% al 100%. Los expertos aseguran que el efecto de esta
medida es pasajero, sólo funciona si a la persona le gusta su
trabajo, pero se considera muy mal pagada.

En algunos casos, la contraoferta económica puede
incluso molestar
. El profesional se va a sentir engañado y
se va a preguntar por qué su trabajo vale ahora más dinero que
antes de anunciar que se iba.

2- La contraoferta de clarificación:
es mucho más interesante que la anterior. Puede contemplar
un aumento de sueldo -que siempre va a ser bien recibido-, pero
debe incluir algo más. Para saber qué hay que preguntar al profesional,
no debemos ofrecer lo mismo a todo el mundo, tenemos que personalizar.

¿Qué debe contener?

Sólo las propuestas que contemplan un conjunto
de mejoras personales y laborales tienen efecto a largo plazo.
Una buena contraoferta debería recoger alguna de estas medidas:

  • Un plan de carrera bien definido.
    Algunos profesionales cambian de empleo porque no saben a qué
    pueden aspirar en la empresa donde trabajan ni como conseguirlo.
  • Un cambio de área funcional. El aburrimiento lleva a muchas personas a buscar otro empleo. Podemos
    ofrecerles un puesto en otro departamento con una categoría similar
    a la que tienen. Quizá estén cansadas de hacer siempre lo mismo
    o se llevan mal con algún compañero.
  • La responsabilidad sobre un nuevo proyecto. Es una buena forma de reconocer la valía del profesional,
    plantearle retos y ayudarle a salir de la monotonía.
  • Mejoras en la calidad de vida: horario flexible, teletrabajo, jornada intensiva, un nuevo despacho…
    Y servicios complementarios: guardería, gimnasio, sala de Internet,
    etc. Hay empresas que consiguen retener a sus empleados gracias
    a esto. Sobre todo las que ofrecen valores añadidos relacionados
    con la compatibilidad entre la vida laboral y la vida familiar.
  • Participación en la empresa. A veces, la mejor forma de retener a un profesional pasa por hacerlo
    socio de la compañía: si la sienten como algo suyo, no la dejarán.

La credibilidad

Un trabajador sólo aceptará una contraoferta
si es creíble. Podemos hacerle muchas promesas, pero quizá
él piense que a la hora de la verdad no las vamos a cumplir. Para
evitarlo, deberemos ponerlas por escrito y hacerlas efectivas
en unas determinadas fechas o plazos. Como contrapartida, podemos
exigir un cierto compromiso con la empresa,
pues se trata
de que el acuerdo de mejoras sea duradero y beneficie a ambas
partes.

También deberíamos plantearnos en qué hemos
fallado, sobre todo si la empresa tiene un índice de rotación
de personal muy alto. Convendría aprovechar las entrevistas de
salida para averiguar qué pasa, informar a la dirección
y poner en marcha un plan de mejora.

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