¿Puede una empresa permitirse el lujo de tener directivos con escaso nivel de desarrollo personal? Si valoramos el capital intelectual como el activo más importante de una empresa, es evidente que el grado de desarrollo personal de sus integrantes (capital humano) pasa a ser un elemento clave». Así de rotundos son los autores del libro Tanto creces, tanto vales al plantearse esta pregunta en la introducción de la obra y al darle ellos mismos respuesta.

Todos coinciden en que las empresas necesitan profesionales con un alto grado de desarrollo personal, pero esa madurez interna no sólo es deseable en el mundo de los negocios. El libro tiene un cierto enfoque empresarial, ya que la mayoría de autores son expertos en recursos humanos, pero el contenido no se orienta exclusivamente a directivos y profesionales si no que es de interés para cualquier persona.

Desarrollo personal: de la teoría a la práctica

Porque, en definitiva, ¿qué es eso del desarrollo personal? Según Franc Ponti, coordinador de la obra y autor del primer capítulo, es «el conjunto de prácticas y actitudes continuas que posibilitan a una persona un trabajo profundo respecto a su potencial vital, que redundan en la obtención de una visión plural, rica y multidimensional de la realidad y que permiten actuar con una inteligencia adaptativa a la práctica, que facilita el bienestar personal, la comunicación interpersonal y la resolución de problemas complejos».

Ponti, profesor del Departamento de Dirección de Personas de EADA, propone seis vías para «empezar a crecer»:

  • Trabajar el conocimiento, pero no como una simple acumulación de saber descriptivo sino como la curiosidad intelectual de comprender lo que pasa a nuestro alrededor.
  • Trabajar el autoconocimiento, mirar hacia dentro para profundizar en nosotros mismos.
  • Aceptar la opinión de los demás.
  • Superar los bloqueos que paralizan nuestra vida personal y profesional.
  • Aceptar la diversidad (social, cultural, etc.).
  • Orientarse hacia la utopía sin temor alguno.

Éstos y otros caminos son los que conducen al desarrollo de la seguridad personal, tema del segundo capítulo del libro, en el que profundiza Oriol Pujol, director del Human Growth Institute de Mumbai, en la India, y profesor colaborador de EADA, ESADE y Fundación EMI. Pujol asegura que la seguridad personal se manifiesta en la capacidad de recuperación de una persona ante la adversidad y afirma que para reforzar esa seguridad hay que trabajar sobre dos pilares: la valoración de uno mismo y la estimación propia.

Pero nada de eso es posible si no cuidamos nuestra salud. Mente y cuerpo van unidos y debemos trabajar sobre ambos. Maria Pau González, también profesora del Departamento de Dirección de Personas de EADA, reflexiona sobre ello en el tercer capítulo del libro.

La autora alerta sobre trastornos como la ansiedad, los comportamientos adictivos, la depresión y las patologías relacionadas con el estrés y enfatiza sobre la necesidad de entender la salud no sólo como la ausencia de enfermedad sino de acuerdo con la definición que le daba la OMS en 1946: «un estado de completo bienestar físico, mental y social». Para alcanzarlo, Maria Pau González propone, entre otras vías: profundizar en el conocimiento de uno mismo, mejorar hábitos, vivir con sentido del humor y enriquecer la red de apoyo social.

Distinta, pero con ciertos puntos de conexión, e igualmente interesante, es la propuesta de Xavier Guix, experto en PNL y comunicación interpersonal. Guix propone el uso de la programación neurolingüística, una herramienta de probado éxito cuyo objetivo es «conseguir cambios internos y duraderos mediante la modificación de las estructuras que conforman una experiencia. Dicho de otro modo: interesa menos el contenido de lo que nos pasa que cómo nos pasa».

Xavier Ferràs, director de Desarrollo Empresarial del CIDEM, de la Generalitat de Catalunya, y profesor de innovación de ESADE también analiza el qué y el cómo de lo que nos sucede en la vida. Asegura que hoy tenemos que «tomar cada vez más decisiones en menos tiempo, que afectan a más personas y no tenemos la seguridad de que sean acertadas». Ante tal incertidumbre propone buscar soluciones partiendo de «recursos internos», que pueden hallarse en los principios basados en una disciplina que Ferràs lleva treinta años practicando, el judo.

También de origen oriental es la propuesta de John Kopetz, profesor del Departamento de Dirección de Personas de EADA, que invita al lector a ahondar en el autoconocimiento a través de la meditación.

Aprender del cambio

Distinto es el enfoque de Emma de Llanos, directora y profesora del Departamento de Dirección de Personas de EADA, que aunque busca igualmente el crecimiento personal lo hace desde la perspectiva de aprender del cambio en la vida y en la empresa, y para ello invita al lector a descubrir su potencial como persona, desarrollar una actitud mental positiva, reforzar su poder personal y prepararse para alcanzar metas superiores.

Cuca Ricomá, por su parte, analiza el crecimiento personal desde el punto de vista del liderazgo, asegurando que ambos van de la mano de forma que quienes eligen ser líderes no tendrán más remedio que recorrer el camino del desarrollo personal.

Pero Ricomá, socia directora de :mcr activos humanos, no nos habla del líder arrollador que pisa fuerte incluso hasta el punto de pisotear sino del líder que crece a medida que ayuda a crecer a otros, que es íntegro, se compromete, es intuitivo, optimista decidido…, muy en la línea de lo que propone Mary Pujol, profesora del Human Growth Institute, en el noveno capítulo del libro dondeexplica cómo llegar a ser una persona influyente a través del «ojo interior», que activa la confianza en uno mismo y permite influir en los demás.

Pero, cómo llevar el desarrollo personal a la práctica? Lucía Langa, profesora del Departamento de Dirección de Personas de EADA, lo explica en el último capítulo del libro. Para empezar, propone al lector un cuestionario de diagnóstico personal, muestra después cómo valorar los resultados y, finalmente, orienta sobre elmodo de trazar un plan de acción personalizado. ¿Sencillo? En absoluto, el camino del crecimiento interior es arduo, pero vale la pena andar por él.

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