Conciliar trabajo y familia es uno de los ámbitos de intervención específica establecidos por la Unión Europea para el periodo 2001-2005 y uno en los que el Ejecutivo español está incidiendo más mediante campañas de concienciación al empresariado.

No obstante, aunque en España se ha avanzado mucho en políticas flexibles, aún queda mucho por hacer. «La conciliación de la vida profesional y personal no se consigue de la noche a la mañana, ni exclusivamente por la creación de leyes que la favorezcan. Es necesario un cambio cultural», afirma José Antonio Carazo, director de la revista Capital Humano.

«Aunque España ha experimentado un gran cambio en este sentido, asegura, y se está interiorizando en la cultura de empresas y directivos la necesidad de avanzar en este ámbito, la normalización de esta tendencia es cuestión de tiempo y de que todos los agentes sociales implicados sigan trabajando en ello».

Laprogresiva incorporación de la mujer al mundo laboral ha contribuido de manera decisiva a la proliferación de políticas flexibles. Se ha hecho necesario un cambio de actitudes respecto al reparto de responsabilidades familiares y profesionales para evitar efectos nocivos como baja natalidad, altos índices de divorcio o bajas por problemas de salud como el estrés.

Las políticas más eficaces

Según el Estudio IFREI, realizado por los profesores del IESE María Nuria Chinchilla y Steven Poelmans, dentro de las acciones encaminadas a conseguir el equilibrio entre vida profesional y familiar se pueden distinguir políticas de flexibilidad:

  • En el horario (días de permiso, horario flexible…).
  • En lugar de trabajo (videoconferencias, trabajo en casa?)
  • Beneficios sociales y extrasalariales (seguros de vida, asesoramiento legal y financiero…)
  • Políticas de servicios (restaurante de empresa, centro de deportes…)

«Dentro de estas medidas, las más valoradas por los empleados son las encaminadas a conseguir flexibilidad en el tiempo y en el espacio ya que permiten mayores grados de autonomía. Incluso las encuestas indican que los españoles estarían dispuestos a renunciar a una parte de su salario a cambio de tener más tiempo para sus temas personales», señala M? Nuria Chinchilla.

Más concretamente, uno de los aspectos a los que otorgan mayor importancia los empleados es la ayuda para el cuidado de los hijos. Este apoyo se materializa en permisos de maternidad y paternidad o de lactancia más allá de lo marcado por la ley, excedencias o ayudas o información sobre guarderías. Algunas empresasincluso han optado por abrir servicios de este tipo en sus instalaciones. Esta última opción es la que ha elegido Mercadona, cadena de supermercados que ha instalado guarderías en sus centros logísticos para hacer la vida más fácil a sus más de 37.000 trabajadores en plantilla.

En el mercado han surgido empresas especializadas en la creación y gestión de este tipo de centros. ?ste es el caso de Párvula, una de las pioneras en este mercado incipiente en el panorama nacional, que, sin embargo, es práctica habitual en países como Estados Unidos.

«El número de empresas privadas que cuentan con este servicio es muy pequeño. Además de Mercadona -el gran ejemplo para todos-, en la Administración pública se han instalado centros en ministerios, hospitales y universidades», señala Elisa Fuentes, directora de Párvula.

Beneficios para la empresa

Los beneficios de la implantación de medidas flexibles son visibles no sólo para los empleados sino también para la empresa. «Está demostrado que existe una correlación directa entre empresas que tienen políticas y culturas familiarmente responsables y resultados. Los profesionales de estas organizaciones son gente más comprometida con la empresa y mucho más creativa», afirma M? Nuria Chinchilla.

En el caso de la implantación de guarderías en los centros de trabajo su utilidad y eficacia van más allá. Como señala Elisa Fuentes, esta medida además de ser una ayuda económica y una herramienta para la conciliación entre trabajo y familia, contribuye a aumentar la confianza y la identificación de los profesionales con la empresa.

«En el caso concreto de las mujeres saben que el hecho de quedarse embarazadas no va a ser un problema en su empresa, en su carrera profesional y que van a poder incorporarse a su puesto de trabajo tras la baja por maternidad», asegura Fuentes.

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