Las políticas para que los trabajadores puedan compaginar su vida privada con el empleo no se encuentran entre las prioridades de las mesas de negociación. Al menos, así lo refleja el tercer Informe Randstad sobre conciliación de la vida laboral y familiar, elaborado por el Instituto de Estudios Laborales de la escuela universitaria ESADE.

Las políticas de conciliación no forman parte de las preocupaciones en las mesas de negociación. Esta conclusión se extrae del análisis de ochenta y siete convenios firmados entre septiembre de 2003 y febrero de 2004, cuyos marcos normativos reflejan que las medidas para compaginar trabajo y familia no están presentes en la negociación colectiva en España.

Otro dato interesante del informe, que en su conjunto analiza la calidad del trabajo en la Unión Europea, hace referencia al modelo del binomio trabajo-familia que prefieren los españoles. El más valorado es el que responde al deseo de tener hijos y al mismo tiempo que los dos miembros de la pareja tengan empleo.

Palabras y hechos

Según el informe, el 60% de las parejas con hijos desearía trabajar a jornada completa y, en el conjunto de la población, el 66% prefiere un modelo de familia «igualitaria» donde el hombre y la mujer no tengan papeles subordinados por razón de género en ninguno de los dos ámbitos: empleo y familia.

Estas preferencias, que se encuentran entre las más avanzadas de Europa, no se corresponden con la realidad de nuestro mercado laboral, ya que aunque el número de contratos a tiempo parcial es reducido en España, del total existente el 80% corresponde a mujeres.

En la teoría nos gustaría equiparar las responsabilidades familiares, pero en la práctica las empresas prefieren hacer contratos a tiempo parcial a mujeres por considerar que han de atender a la familia o bien son las propias amas de casa quienes eligen esa opción para poder dedicar más tiempo que sus compañeros a las tareas propias del hogar.

Este hecho está en consonancia con un dato que da idea del modelo de familia que impera en nuestro país, el tradicional, ya que la proporción de parejas de hecho (2%) en España es muy inferior a la media de la UE (8%).

Que las parejas estén casadas no implica que la mujer tenga que dedicarse más al hogar que al trabajo fuera de casa, pero esto es más habitual entrelosmatrimoniosqueentre las parejas de hecho.

La proporción de niños nacidos fuera del matrimonio (17%) también es muy baja, comparada con la media europea (28,4%) y mucho más aún si se compara con países como Suecia, donde el 53,3% de los hijos nace fuera del matrimonio. La tasa de divorcios (19%) también es muy inferior a la media de la UE (37%).

Los autores del Informe Randstad, dirigido por Carlos Obeso, director del Instituto de Estudios Laborales de ESADE, no comparten la idea de que para potenciar la natalidad haya que colocar el trabajo de la mujer en un papel subsidiario o que en relación a la familia y la crianza de los hijos el rol de la mujer sea determinante, mientras que el del hombre es secundario.

La Ley de Conciliación 39/1999 responde a estos parámetros, según los responsables del informe, porque se basa en relaciones de causalidad no probadas.

Natalidad y empleo femenino

Los resultados del Informe Randstad muestran que muchas mujeres abandonan el empleo u optan por un trabajo a tiempo parcial cuando nace el primer hijo, y que estas dos opciones aumentan a medida que crece la familia.

En España, al igual que en Grecia y Francia, el porcentaje de mujeres que salen del mercado laboral a causa de la maternidad alcanza el 20%.

La presencia de niños repercute en el tiempo que la pareja dedica al trabajo, pero suelen ser las mujeres las que «salen perdiendo». Mientras muchas de ellas deciden trabajar a tiempo parcial, los hombres optan mayoritariamente por mantener sus empleos a tiempo completo.

Asimismo, en general, las mujeres europeas destinan de media el doble de horas que los hombres al cuidado de los hijos o de otros miembros de la familia.

La mujeres que viven solas, con hijos menores de 16 años a su cargo, presentan tasas de ocupación similares e incluso superiores a las de las mujeres sin hijos, lo que demuestra que pueden conciliar la vida familiar y laboral cuando es necesario.

A este respecto, el Informe Randstad afirma que habría que prestar más atención a la forma en que la familia no tradicional organiza el tiempo, con el objetivo de crear apoyos institucionales que permitan un mayor bienestar a los nuevos modelos crecientes de familias en la Unión Europea.

Por otra parte, el informe indica que para incrementar la presencia de mujeres en el mercado laboral convendría destinar más ayudas económicas a las familias para que a las madres les resulte económicamente más rentable trabajar que quedarse en casa.

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