Están en lugares donde la gente acude masivamente a bañarse: playas, piscinas, parques acuáticos… Su labor es evitar que haya accidentes, tanto dentro como fuera del agua. Por eso, una parte muy importante de su rutina diaria consiste en tareas de prevención……

Están en lugares donde la gente acude masivamente a bañarse: playas, piscinas, parques acuáticos… Su labor es evitar que haya accidentes, tanto dentro como fuera del agua.

Por eso, una parte muy importante de su rutina diaria consiste en tareas de prevención:

–  Advierten a los bañistas de posibles peligros: si hay zonas de rocas, si conviene mantener a los niños pequeños alejados del agua, si hay bandera roja…

–  Vigilan atentamente todo lo que ocurre.

–  Mantienen en buenas condiciones el puesto de primeros auxilios y el material sanitario.

En caso de que alguien sufra un percance, el socorrista debe ayudarle. Puede tratarse de un corte de digestión, de una picadura de medusa, de una caída o hasta de una parada cardíaca. En cualquier situación, estos profesionales han de aplicar cuidados de emergencia. Y si el incidente ocurre mientras la víctima estaba en el agua, tienen que rescatarla.

En cambio, otras tareas como controlar las máquinas depuradoras, medir los niveles de cloro o regar el césped, nunca deben corresponder al socorrista. Si él asume todo esto, tiene que hacerlo fuera de su horario de trabajo y a cambio de un sueldo extra.

 

[ ¿Qué formación necesitan? ]

 

Cada comunidad autónoma tiene sus propias leyes a la hora de fijar los requisitos de los socorristas. Pero, en general, para conseguir un contrato, hay que disponer de un título oficial, que se puede obtener en:

–  Federaciones autonómicas de salvamento y socorrismo: Organizan cursos en toda España de un mínimo de 85 horas. Tras superar los exámenes teóricos y prácticos, el alumno se convierte en técnico en primeros auxilios y salvamento acuático y dispone automáticamente de licencia federativa. Si quiere mantenerla, deberá renovarla anualmente y someterse cada dos años a una prueba física. Se necesita un nivel de natación medio-alto y una buena forma física.

–  Cruz Roja: Imparte un curso de primeros auxilios y otro de salvamento acuático. Suponen un total de 100 horas de clase.

–  Ciclo formativo de grado superior de animación de actividades físicas y deportivas: Incluye un módulo de 120 horas sobre primeros auxilios y socorrismo acuático.
El coste de los cursos de la Federación y de la Cruz Roja es bastante similar: oscila entre los 300 y los 420 euros. Sin embargo, en el sector privado, suele haber más demanda de socorristas con la titulación de la Federación.

 

[ ¿Qué cualidades deben reunir? ]

 

Hay que estar en forma, sobre todo si se trabaja en la playa. Pero la capacidad física no es lo más importante. Los buenos profesionales sienten el socorrismo como una vocación, y no como un trabajo fácil de verano: se necesita mucha motivación y ganas de cuidar bien de los demás.

Estamos hablando, pues, de personas amables, comunicativas y con iniciativa: han de intentar anticiparse a los posibles accidentes y enseñar a los bañistas a prevenir los riesgos.

Es importante que sepan trabajar en equipo, especialmente en las zonas de playa. Y, en situaciones graves, tienen que reaccionar con la suficiente sangre fría como rescatar a alguien en pocos segundos o aplicar las técnicas de reanimación que hagan falta. No pueden dejarse llevar por los nervios.

Por supuesto, los socorristas han de ser muy responsables: de ellos depende la seguridad de muchas personas.

 

[ ¿Qué perspectivas laborales tienen? ]

 

En verano, cualquier titulado que quiera trabajar lo tiene muy fácil:

–  En las Federaciones de Socorrismo y Salvamento hay bolsas de empleo con ofertas de Ayuntamientos, hoteles, parques acuáticos, campings, asociaciones de vecinos…

–  La Cruz Roja colabora con muchos municipios en la vigilancia de las playas y, a menudo, necesita personal.

–  También es posible encontrar oportunidades en Internet. La demanda se ha disparado tanto que algunas empresas españolas han contratado a profesionales extranjeros, preferentemente sudamericanos. Se suele exigir que tengan en vigor la licencia de la Federación Española de Socorrismo, además de los títulos que puedan haber obtenido en su país.

La cara negativa del oficio son las duras condiciones laborales:

–  En general, se trabajan muchas horas seguidas (entre ocho y nueve diarias) y sin tener días libres, ni siquiera en fin de semana.

–  La obligación de controlar todo lo que ocurre a su alrededor provoca un fuerte estrés.

–  Se está continuamente expuesto al sol, con los riesgos para la salud que esto supone.

–  Habitualmente, el sueldo resulta bajo teniendo en cuenta la gran responsabilidad que se asume. El salario medio oscila entre los 600 y los 900 euros mensuales.

Las cosas se complican aún más para quienes pretendan trabajar durante todo el año. En invierno, sólo las instalaciones deportivas cubiertas y algunas playas del sur de la Península y de las islas Canarias mantienen personal de salvamento.

Esto ha hecho que, tradicionalmente, el socorrismo se considere un trabajo de temporada para jóvenes entre 16 y 25 años. La mayoría son estudiantes que lo dejan en cuanto acaban los estudios.

Sin embargo, en el sector crece la reivindicación a favor de los socorristas profesionales, personas dedicadas exclusivamente al salvamento acuático, bien preparadas, muy motivadas y especializadas en campos diversos (playas, motos de agua, deportes de aventura…). Dicen que así será el socorrista del futuro.