Un niño de EEUU manda a un robot a la primaria para que le transmita las clases por video; Devon Carrow no asiste por sus alergias pero ve lo que pasa en el colegio a través del robot.

El robot mide 1.20 de altura, es de color blanco y tiene una pantalla de video que muestra el rostro sonriente de un niño cualquiera. Gracias a su tecnología le “permite” a Devon Carrow de la  escuela primaria de West Seneca, en Nueva York, asistir a clases a distancia, participar en ellas, caminar por los pasillos, dialogar en el patio e incluso subir al escenario cuando se presenta algún programa artístico musical.

Lo que más llama la atención es la naturalidad con que esta maravilla tecnológica es aceptada por sus compañeros de clases de Devon. Los niños de siete años criados con videojuegos, avatares y juguetes a control remoto no ven un robot, sino sencillamente a su compañero de clases.

«En la clase los niños dicen ‘Devon, ven aquí, estamos jugando con legos. Muéstranos los tuyos'», comentó la maestra Dawn Voelker.

«Yo me preguntaba cómo lo tomarían los pequeños y creía se asombrarían», acotó la directora Kathleen Brachmann. «Pero creo que los niños tienen ahora tanta exposición a la tecnología que lo aceptan mejor que nosotras».

«Es muy divertido porque es como si fuera un juego en la computadora», explicó el niño con una sonrisa. «Es como si el objetivo fuera sobrevivir».

El niño se hace oír por medio de los parlantes de su robot. Voelker usa un micrófono que amplifica la voz de la maestra, lo que ayuda a todos a oírla mejor, incluso Devon. Y cuando el pequeño quiere levantar la mano en clase, enciende una luz en el VGo.

Durante un año, Devon ha asistido a clases utilizando «VGo», el robot en forma de un peón de ajedrez, conocido por un aviso televisivo de Verizon que muestra el tipo de tecnología posible con la red inalámbrica de la compañía.

Foto: cnnexpansion.com

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