Un estudio del Centro de Trastornos del Sueño de la Universidad Northwestern reveló que el mejor antídoto contra el insomnio crónico es practicar un ejercicio aeróbico de manera regular.

Phyllis Zee y sus colegas llegaron a esta conclusión después de trabajar con 23 adultos mayores de 55 años, de hábitos sedentarios y que padecían insomnio. Durante 16 semanas la mitad de ellos practicaron ejercicio físico aeróbico cuatro veces a la semana.

El resto dedicó el mismo tiempo a actividades recreativas como una clase de cocina o una visita a un museo. El resulta fue que sólo los que habían practicado ejercicio notaron una considerable mejora de la calidad del sueño, dejando prácticamente atrás sus problemas de insomnio, además de sentirse «más vitales» y con menos somnolencia diurna.

«Mejorando el sueño de un adulto podemos mejorar su salud mental y física», explicó Zee. «El sueño es un barómetro de la salud; debería ser el quinto signo vital –junto a los cuatro «estándar»: temperatura corporal, pulso, presión arterial y frecuencia respiratoria-«, agregó.

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