El conflicto es innato en el ser humano. Gracias al conflicto y a la gestión del cambio hemos evolucionado y alcanzado objetivos y metas extraordinarias y positivas. No obstante el conflicto mal gestionado ha sido y es fuente de desgaste de energía que nos lleva a un resultado improductivo y negativo.

La pregunta que todo directivo debería hacerse alguna vez es: ¿En qué tipo de equipo les gusta trabajar a las personas? ¿En equipos donde se establecen conflictos que no se resuelven o en equipos donde los conflictos se gestionan y se convierten en oportunidades de mejora?

Este curso aporta al profesional con responsabilidades de mando, un conjunto de técnicas y habilidades eficaces para gestionar con éxito el conflicto y las situaciones de cambio.