Trabajar por cuenta propia es una idea cada vez más frecuente entre los jóvenes estudiantes españoles. De hecho, se ha convertido en algo muy sugerente para el 62 por ciento de ellos, según el informe europeo ‘2010. La próxima generación de emprendedores’, elaborado por Junior Achievement-Young Enterprise Europe. Además, el 35 por ciento de los encuestados estima que la cultura española les impulsa a crear su propio negocio, algo que, por otra parte, consideran que es más fácil hacer en España que en el resto de Europa. Al menos, así opina el 18 por ciento de los participantes en la encuesta.

El sector comercial es, en este caso, el elegido por la mayoría de los que se plantean montar su empresa, ya que se trata del ámbito que más oportunidades puede ofrecerles, seguido del medioambiental y el de Investigación y Desarrollo. No en vano, el 45 por ciento de los estudiantes encuestados identifica al verdadero emprendedor con aquél que «ve oportunidades e intenta aprovecharlas». Es más, la mayoría (casi el 90 por ciento) prefiere emprenderse en negocios que ofrecen grandes oportunidades profesionales no sólo a ellos, sino también a sus empleados, así como también muestra interés por los que «ofrecen mejor formación y planes de carrera» a la plantilla que tienen contrata o van a contratar.

Pero ver oportunidades no es suficiente. Un emprendedor del siglo XXI debe ser independiente y tener la capacidad para desarrollar su propia carrera, características fundamentales para el 83 y el 89 por ciento de los encuestados, respectivamente.

Aprender

Aun así, el 75 por ciento de los jóvenes encuestados estima que cualquiera puede aprender a ser emprendedor, de ahí la importancia de una formación adecuada. Ésta se ha convertido en la clave del progreso de los jóvenes emprendedores. De hecho, el 61 por ciento de los encuestados por Junior Achievement afirma que «recibir formación ha mejorado mi capacidad de solucionar problemas».

Entre los aspectos más reveladores de la formación, los jóvenes destacan el trabajo en equipo y la cooperación, dos puntos básicos no sólo para poner en marcha un negocio, sino también para su consolidación. Pero, ¿cómo se aprende a emprender? Para la directora gerente de Junior Achievement, Lucía Zabala, «la educación emprendedora consiste en crear espacios seguros en los que los jóvenes experimenten procesos empresariales desarrollando competencias y habilidades relacionadas con su futura integración laboral, mediante actividades de aprender haciendo».

Una segunda oportunidad

El optimismo que se desprende del estudio ‘2010. La próxima generación de emprendedores’ viene interrumpida por ciertos temores. Y es que más del 54,5 por ciento de los encuestados no ve fácil «crear y hacer funcionar un negocio en su país de origen». Aunque el 60 por ciento estima que si se inicia un negocio y se fracasa, existirá una segunda oportunidad para ponerlo de nuevo en marcha.

No obstante, los futuros emprendedores tienen en mente riesgos como la posibilidad de arruinarse o el peligro de perder las propiedades. En este caso, el tiempo y la energía que han de destinarse a la creación de un negocio no son valorados como factores negativos, hecho que pone de manifiesto cierto optimismo y proactividad entre los jóvenes estudiantes.

© Laboris