Toda organización, siguiendo las exigencias que recoge la ISO 9001, de Gestión de la Calidad, debe determinar el seguimiento y la medición a realizar y los dispositivos necesarios para proporcionar la evidencia de la conformidad del producto con los requisitos determinados. Se ha pasado de lo puramente cualitativo, a la evaluación cuantitativa, que ha de tomar como base el resultado de una medición. Y esto es especialmente importante en sectores tan relevantes como el industrial, en los que la mayoría de operaciones han de someterse a medición y comprobación.

Un proceso incorrecto, derivado de un estado inadecuado del parque de instrumentos de medición, supondrá un elevado coste económico y, por consiguiente, las consecuencias serán graves. De ahí la necesidad de conocer cómo asumir correctamente la responsabilidad de calibrar y verificar los dispositivos de medición.