Apostar por un mantenimiento (mecánico, hidráulico y neumático, eléctrico, electrónico, de aire acondicionado y fluidos, de estructuras metálicas, y de fontanería) adecuado de cualquier inmueble, independientemente de las particularidades de utilización del mismo, permite alcanzar unas condiciones de uso adecuadas para garantizar su habitabilidad y seguridad. De ahí la importancia de una correcta conservación y mantenimiento, algo para lo que es precisa una estrategia integral. No en vano, a mayor complejidad en cuanto a las particularidades de las instalaciones a conservar, más exigente es también la gestión y la coordinación de su mantenimiento.

Es por ello que, para que el alumno pueda resolver con seguridad todas las cuestiones que se le planteen, se ha apostado por abordar esta cuestión desde una óptica global, que le ayudará conocer:

Las acciones encaminadas a propiciar la conservación física y funcional del edificio a tratar a lo largo de todo su ciclo de vida útil (atendiendo especialmente al potencial del mantenimiento preventivo, que será el que le permitirá atajar las deficiencias y problemas que podrían llegar a presentarse, sin olvidar otros tipos de mantenimiento).

Las claves para favorecer la mejora de las prestaciones originales de cada uno de los elementos que componen el inmueble, como son materiales, instalaciones, máquinas, etcétera.

Así, al término de su formación, podrá definir y desarrollar planes de mantenimiento adecuados para favorecer una mayor longevidad de los inmuebles y de los elementos que los componen, e incluso para propiciar la mejora de aquellas cuestiones que favorezcan una mayor eficiencia de los mismos.