El hecho imponible en el impuesto sobre la renta se refiere al ámbito material, subjetivo y temporal en el que se genera la obligación tributaria. El ámbito material se refiere a la naturaleza de la renta obtenida, el subjetivo abarca a la persona o entidad que obtiene la renta, y el temporal determina cuándo se genera la obligación tributaria. La base y liquidable del impuesto se determinan tomando en cuenta estos elementos.

Los rendimientos del trabajo, como los salarios y otros ingresos laborales, están sujetos al impuesto sobre la renta. De manera similar, los rendimientos de actividades económicas, que incluyen los ingresos generados por negocios y profesiones, también se gravan.

Los rendimientos del capital, que pueden proceder de inversiones en acciones, bonos u otros activos financieros, y las imputaciones de rentas inmobiliarias, que se refieren a la renta generada por la propiedad de inmuebles, son otras categorías de ingresos sujetos al impuesto sobre la renta.

Las ganancias y pérdidas patrimoniales, que son el resultado de la venta o disposición de activos, también se consideran en el cálculo del impuesto. Además, existen reglas específicas para la vivienda habitual, con ciertas deducciones disponibles.

La liquidación del impuesto sobre la renta implica la determinación de la base imponible, la aplicación de la tarifa correspondiente, la consideración de las deducciones disponibles y la elección entre la tributación individual o conjunta, en el caso de las parejas casadas. Finalmente, la gestión del IRPF incluye responsabilidades como la presentación de declaraciones de impuestos y el cumplimiento de otros requisitos administrativos.