El impuesto sobre el valor añadido (IVA) es un impuesto indirecto con ciertos caracteres básicos, como su proporcionalidad y su naturaleza no acumulativa. Sus fuentes normativas y su ámbito de aplicación se derivan principalmente de la ley y los reglamentos fiscales.
Existen varias exenciones para ciertas operaciones interiores, y estas pueden ser de diferentes tipos, como las exenciones por la naturaleza de los bienes o servicios, o las exenciones por la naturaleza del adquiriente. Cada tipo de exención tiene sus propias características y efectos en la obligación tributaria.
El lugar de realización del hecho imponible, el momento del devengo, la base imponible y el sujeto pasivo son todos factores cruciales en el cálculo del IVA. Además, se consideran específicamente las adquisiciones intracomunitarias de bienes, que son las compras de bienes dentro de la Unión Europea, y las importaciones, que son las compras de bienes fuera de la UE.
Las importaciones de bienes también están sujetas a IVA y hay reglas específicas para su cálculo y pago. La repercusión del impuesto tiene que ver con la transferencia del coste del IVA al consumidor final.
Las bases imponibles para la entrega de bienes y la prestación de servicios, así como para las adquisiciones intracomunitarias y las importaciones, son diferentes, y en ciertos casos, la base imponible puede ser modificada.
Existen varias deducciones disponibles en el régimen general del IVA, que permiten a los sujetos pasivos reducir su deuda tributaria. La regla de la prorrata permite una deducción parcial del IVA soportado cuando el sujeto pasivo realiza operaciones exentas y no exentas.
En algunos casos, pueden ser necesarias rectificaciones de las deducciones, y en ciertas situaciones, los sujetos pasivos pueden solicitar devoluciones de IVA. También hay supuestos generales y especiales para la aplicación de la regla de la prorrata.
Los sujetos pasivos tienen varias obligaciones, tanto materiales, como el pago del impuesto y la repercusión del mismo, como formales, que incluyen la presentación de declaraciones y otros requisitos administrativos. La contabilidad del IVA es un aspecto esencial de estas obligaciones y debe llevarse a cabo de acuerdo con las normas establecidas.