El desafío es enseñar a pensar desde el currículo escolar, intencionando explícitamente el desarrollo de habilidades del pensamiento en conjunto con los distintos saberes es una tarea urgente del sistema educativo nacional. En este sentido y tal como señala Resnick (1999) “lo que sabemos ahora es que, así como los hechos por sí solos no constituyen un verdadero conocimiento ni poder de pensamiento, los procesos de pensamiento no pueden proceder sin algo sobre lo cual pensar”.

La pregunta que surge es ¿cómo diseñar prácticas pedagógicas que desarrollen habilidades del pensamiento a partir de las asignaturas curriculares? Desde la neurociencia, la psicología de la educación, y la misma práctica educativa, sabemos que los/as niños/as y jóvenes amplían sus registros de aprendizaje cuando son desafiados en forma continua a que formulen preguntas, respondan desafíos, justifiquen sus opiniones, busquen información, implementen proyectos y expliquen conceptos e ideas. En otras palabras, se vuelven más inteligentes en tanto son tratados como personas inteligentes.

La tarea de desarrollar el pensamiento supone “orquestar” prácticas pedagógicas, coherentes con el propósito de generar aprendizajes profundos, en conjunto con los saberes disciplinares e incrementando, al mismo tiempo, los niveles de consciencia de los propios estudiantes en relación con sus procesos cognitivos. Desafío relevante para la educación formal que redunda en la formación de ciudadanos mejor preparados para la vida en comunidad y en democracia.

En este contexto el presente Diplomado pretende contribuir al fortalecimiento de las prácticas pedagógicas orientadas al desarrollo explícito de habilidades del pensamiento a través de un conjunto de herramientas psicoeducativas con una alto potencial en la medida en que se implementen en forma sistemática en la escuela y comiencen a formar parte nuclear de la cultura escolar, dentro y fuera del aula.