En las organizaciones ya no es suficiente tener un alto Coeficiente intelectual (CI) como competencia primordial, también es necesario contar con habilidades de gestión de emociones y una relación eficaz con los demás. Él desarrollo de la inteligencia emocional en el entorno laboral, es una capacidad que se requiere en los colaboradores para promover un proceso de identificación, comprensión y autogestión de entornos organizacionales favorables, con una cultura de bienestar. Esta capacidad emocional, tiene la finalidad de lograr un mayor éxito organizacional, a través de la autorregulación de conductas incorrectas que pueden surgir durante la interacción, comunicación y convivencia de los trabajadores. De igual manera, promover la inteligencia emocional en una organización, da la oportunidad de un proceso de cambio que dará como resultado un autocontrol compartido, fomentando una mejor comunicación, interacción e incluso la capacitad de adaptación a través de los valores y conductas que guían la cultura organizacional.