La ubicuidad mediática en nuestra vida contemporánea, producto de la democratización de las tecnologías, ha hecho desaparecer los muros entre los distintos medios, lenguajes y contenidos, para generar alcances narrativos que antes eran inimaginables; a esto se le suma que los sistemas de distribución de los contenidos han girado a la comprensión de los nuevos consumos que realizan las audiencias y con los cuales se redefine nuestra vida actual, trayendo consigo una nueva era de participación en la que se pasa de los medios masivos, generalmente unidireccionales, a medios de intercambio en redes, que generan una nueva forma de participación.