Proporcionar conocimientos y habilidades necesarias para la humanización de las curas y la protección de los derechos, los valores y las preferencias de la persona y familia, evitando el estigma en la salud mental. • Adquirir competencias para la identificación de personas más vulnerables y desatendidas, como son las personas en riesgo de exclusión social, personas con riesgo de suicidio o personas con soledad no deseada, aplicando las diferentes intervenciones específicas según el contexto de la persona y familia.