En un entorno crecientemente competitivo las empresas deben desarrollar sus actividades o negocios orientados a la obtención de unos beneficios, que serán de garantía de permanencia de ésta en el sector de actividad donde actúa.

En este sentido, la dirección de la empresa debe conocer en todo momento y con la máxima concreción la evolución y estado de su negocio respecto a parámetros objetivos de mercado.

Para ello deberá recurrir a la observación de los síntomas y el análisis e identificación de las posibles causas de un mal funcionamiento – El diagnóstico es, desde este punto de vista, una herramienta al servicio de la gestión eficaz.

El diagnóstico aplicado al campo económico, y más concretamente, a la administración de empresa, pretende buscar disfunciones o malos funcionamientos según las normas y criterios de los expertos.