La Kinesia conocida es la ciencia que estudia todo lo relacionado con el lenguaje corporal, algo vital para comprender el significado de la comunicación no verbal. El autor Fernando Poyatos define este término como: “los movimientos corporales y posiciones resultantes o alternantes de base psicomuscular, conscientes o inconscientes, somatogénicos o aprendidos, de percepción visual, auditiva, táctil o cinestésica (individual o conjuntamente), que, aislados o combinados con las estructuras verbales y paralingüísticas y con los demás sistemas somáticos y objetuales, poseen un valor comunicativo intencionado o no”. 

A la hora de estudiar el comportamiento humano, la Kinesia se vale de tres factores básicos para comprender el lenguaje no verbal de las personas:

Las posturas: son comportamientos estables que suelen durar varios minutos e incluso horas. Algunas de las posturas corresponden a la forma de caminar, de sentarse y/o de estar de pie. Estas posturas nos están indicando estados emocionales y afectivos en ciertos momentos concretos.

Los gestos: algunos de los gestos corresponden a los movimientos de la cara, las manos, los brazos, las piernas y/o la cabeza. Estos gestos nos ofrecen información sobre el estado de ánimo de la persona o la valoración que realizan sobre algo o alguien.

Los ojos: la mirada es una de las principales partes con las que identificamos a una persona y es por ello que la conocida como conducta ocular nos ofrece información sobre cuál es nuestro estado emocional o las intenciones que tenemos en un momento concreto sobre algo o alguien.

Uno de los elementos principales de expresión y comprensión del lenguaje y la comunicación no verbal de las personas son sin duda las gestos. Se pueden clasificar en 5 grupos diferentes:

Gestos simbólicos: conocidos también como emblemáticos, son gestos intencionados que se pueden traducir fácilmente por palabras e incluso frases y que todos los miembros de una misma comunidad le atribuirán sin problemas el mismo significado. Un ejemplo sería el símbolo del pulgar hacia arriba en señal de OK.

 

Gestos ilustradores: son gestos que acompañan y complementan la comunicación no verbal e incluso substituyen a ciertas palabras que serían difíciles de pensar. Como ejemplo poner la palma de la mano hacia delante en señal de ofrecimiento.

 

Gestos reguladores: regulan y/o dirigen la conversación en el inicio o final de la misma incluso para ceder el turno de palabra a otra persona. Algunos de los gestos reguladores más habituales son los de asentimiento o negación con la cabeza que significan si y no en el lenguaje verbal y facilitan el seguimiento de la conversación.

 

Gestos emocionales: son los gestos que expresan estados de emoción o afecto. Estos pueden ser tanto espontáneos como plenamente controlados y los buenos comunicadores pueden oprimir o dejar salir voluntariamente estos gestos en señal de buenas habilidades.

 

Gestos adaptadores: son gestos y movimientos inconscientes que hemos aprendido desde pequeños para manejar y controlar las emociones en situaciones concretas. Cada persona tiene los suyos y para conocerlos y descifrarlos es necesario tener un cierto conocimiento y confianza con la otra persona. Estos gestos no solo los aprendemos en la niñez sino que a lo largo de la vida el repertorio de cada persona va aumentando.

Es por ello que el lenguaje no verbal es muy importante en la vida cotidiana del ser humano puesto que ayuda a expresar y comunicar emociones, sentimientos e intenciones; nos adapta a posibles situaciones nuevas o de peligro y nos facilita la comunicación con otras personas sin necesidad de utilizar en todo momento de forma obligada nuestro lenguaje con palabras.