Los opositores toman un camino bastante libre, pero esto no es lo mejor para todos porque hay quien no tiene suficiente fuerza de voluntad, etc

 

Si te encuentras en este grupo, no te vendrá mal matricularte en una academia para oposiciones. Así, tendrás como una ‘obligación’ para estudiar.

 

Antes de dar el paso, es importante tener en cuenta algunos puntos:

 

– El método de trabajo. Puede ser presencial, semipresencial o a distancia. Tú eliges el que quieres.

 

Número de alumnos por aula. Cuantos menos haya, más personalizada es la enseñanza.

 

– Cifra de aprobados. Si tiene un alto índice será porque su método es eficiente.

 

– Los preparadores. Entérate de quiénes son, si han sido opositores, tiempo que llevan impartiendo clases, etc.

 

– El material. Pregunta si facilitan el temario y ejercicios prácticos.

 

– El precio.

 

Si no te convence ningún centro o simplemente no quieres acudir a uno, existe la posibilidad de recurrir a un preparador personal. Esta opción la toman personas que se presentan a oposiciones de alto nivel, por ejemplo, las de notario, judicatura o fiscales.  

 

También puedes reunirte con otras personas que preparan tu misma oposición e intercambiar ideas y resolver dudas.