A tenor de las estadísticas, los trabajadores españoles se sienten bien pagados. El 50 por ciento está contento o muy contento con la retribución económica que percibe en su puesto, frente a un 14 por ciento que se siente «mal pagado», según se desprende del ‘Estudio Anual Cátenon de Satisfacción Laboral y Calidad de Vida 2008’, elaborado por la filial española de Cátenon Worldwide Executive Search.

Concretamente, el estudio pone de manifiesto que el 62 por ciento de los trabajadores se siente, en términos generales, satisfecho o muy satisfecho con su puesto de trabajo, aunque la mayoría cree que hay que sacrificar gran parte de la vida personal para conseguir una carrera brillante.

Así, para mejorar la conciliación de la vida personal y laboral, el 73 por ciento de los españoles frente a la importancia del salario propone un horario más flexible, mientras que un 46 por ciento apuestapor la distribución libre de las horas de trabajo a lo largo del año, un 36 por ciento aboga por trabajar desde casa y un 19 por ciento se inclina por reducir la jornada laboral o pedir una excedencia.

Más calidad de vida

En esta misma línea, del estudio se desprende que el 72 por ciento de los españoles estaría dispuesto a renunciar a parte de su sueldo para incrementar su calidad de vida. De hecho, el 42 por ciento de los encuestados sacrificaría el diez por ciento de su salario por este motivo.

El estudio también pone de manifiesto las diferencias entre hombres y mujeres a la hora de valorar las características de los puestos que ocupan, ya que ellos destacan, en este orden, la responsabilidad y la autonomía del cargo, el reconocimiento dentro de la empresa y el sueldo. Por el contrario, las mujeres consideran más importante el ambiente laboral, el reconocimiento y la flexibilidad.

La filial española de Cátenon Worldwide Exe­cutive Search asegura que las diferencias se mantienen a la hora de cambiar de trabajo, puesto que los hombres valoran, sobre todo, la retribución económica, la responsabilidad del puesto y las posibilidades de promoción y desarrollo. Por su parte, las mujeres, que también sitúan el sueldo como principal motivo para cambiar de empleo, se preocupan más por las posibilidades de promoción y la flexibilidad de horario.

Los salarios españoles perdieron en 2008 poder adquisitivo por quinto año consecutivo

El impacto de la inflación y de la crisis económica internacional ha afectado más a España que a otros países.

La pérdida de poder adquisitivo de los salarios en España, tendencia que se produce desde 2004, se ha agudizado este año por la escalada de la inflación, al registrar los españoles un incremento salarial medio del 4,4 por ciento, cinco décimas por debajo del IPC interanual de agosto, que se situó en el 4,9, según el ‘Estudio General de Remuneraciones’ elaborado por Watson Wyatt.

En el informe han participado 386 compañías españolas de todos los sectores y tamaños, un tercio de ellas integradas en el IBEX-35, y en él se han tomado en cuenta todos los incrementos salariales producidos en los diferentes niveles laborales, desde trabajadores manuales a directores generales. Para 2009, Watson Wyatt prevé que los salarios suban un 4,2 por ciento, cinco décimas más que en Europa occidental.

Durante el presente año, nuestro país volvió a liderar las subidas salariales dentro de esta zona geográfica, compartiendo los puestos de cabeza con Grecia e Irlanda. Sin embargo, mientras los españoles perdieron otra vez poder adquisitivo en sus remuneraciones fijas, los griegos e irlandeses obtuvieron una «clara ganancia» en su poder de compra.

Por categorías laborales apenas se observan diferencias de unas décimas en los diferentes comportamientos retributivos. Los puestos de mayor cualificación, como dirección general, dirección superior y dirección intermedia, incrementaron sus salarios en torno a un 4,5 por ciento en 2008, mientras que los trabajadores manuales vieron crecer sus sueldos en un 4,2. Para el próximo año, las previsiones apuntan a una situación similar.

Tanto vales, tanto cobras

Cada vez son más frecuentes las discriminaciones salariales en función del talento.

Un dato que destacaron los responsables del estudio de Watson Wyatt es que cada vez más las compañías focalizan las subidas salariales fijas en aquellos empleados de mayor talento y que más pueden contribuir al desarrollo del negocio.

«Ya el año pasado venía siendo habitual que las empresas discriminaran los incrementos salariales en función del mérito, pero ahora se está potenciando y las empresas dirigen sus inversiones en capital humano donde más rentabilidad pueden obtener», explicó María Martín.

No sólo dinero

Sin embargo, existe un problema. A las compañías españolas les cuesta cada vez más atraer y retener talentos dentro de la plantilla, situación que con la actual situación económica se está agudizando. Por ello, dijo Martín, las empresas, además de subir más los salarios a los trabajadores ‘más rentables’ para el negocio, se están viendo obligadas a recurrir a fórmulas de «compensación total», incluyendo en sus ofertas salariales retribuciones variables y otros elementos beneficiosos para el trabajador.

La mayor parte de las retribuciones variables en función del desempeño se concentran en los puestos más influyentes para el negocio (dirección general, superior e intermedia) y, dentro de la retribución en especie para directivos, los coches de empresa, con un 97 por ciento de compañías que los otorgan, el teléfono móvil (95 por ciento) y la formación (91 por ciento), siguen siendo las concesiones «estrella».

Vuelven las ‘stock options’

Más lejos se encuentran los cheques médicos gratuitos (la mitad de las empresas los ofrece), los cheques comida (46 por ciento), los préstamos a bajo interés (30) y los gastos de representación (12).

Por su parte, los planes de ‘stock options’ para los empleados han perdido peso en los últimos años y se están quedando en «desuso», según María Martín, aunque, en su opinión, en la actual situación económica podrían alzar el vuelo e incluirse en la oferta retributiva de las empresas durante los próximos años. Mientras estos planes decaen, la preocupación por los planes de previsión social, especialmente para los puestos directivos, está ganando terreno.

Un empleado con un jefe muy cualificado cobra hasta un 7,5 por ciento más por año de formación adicional.

El salario de un trabajador en el seno de una empresa dirigida por un empresario altamente cualificado puede ser un 7,5 por ciento mayor por cada año adicional de estudios que desarrolle, según el estudio ‘El capital humano y los emprendedores en España’, presentado en la sede del CEOE de Madrid, que analiza la formación educativa de los empresarios y directivos españoles.

Además, el trabajo, realizado en colaboración entre Bancaja y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), constata que el alto nivel educativo de los directivos incide positivamente en la productividad de las empresas y, por ello, en las tasas de crecimiento económico. Así, en estas empresas se observa una sobrecualificación entre los empleados un 11 por ciento inferior respecto a las empresas con directivos con nivel educativo bajo y un uso más intensivo de las nuevas tecnologías.

El nivel de formación de los emprendedores no ha dejado de mejorar desde 1977. Si en aquel año sólo uno de cada diez alcanzaba el nivel obligatorio de enseñanza, en 2007 el 9,5 por ciento poseía estudios universitarios.

Sin embargo, si se compara con los países de la UE-15 en la actualidad, España se encuentra por detrás de la mayoría de países en años medios de estudio de los emprendedores y, con una media ligeramente superior a los diez años, sólo supera a Grecia, Italia y Portugal.

Almunia: «El problema de España es la baja productividad y no las subidas salariales»

El comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, ha asegurado que el problema de España no es el aumento de los salarios por encima del nivel de la inflación sino la «bajísima productividad» que ha hecho que la economía pierda competitividad respecto a otros países y «resta posibilidades de encontrar palancas de crecimiento en un momento en que el sector vivienda y otros están acusando debilidad». Recientemente, la Comisión Europea había criticado la existencia en España de cláusulas de indexación salarial, al considerar que podrían aumentar las presiones inflacionistas.

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