Además del contacto personal a través de la entrevista, los departamentos de recursos humanos suelen recurrir a la realización de pruebas grupales que permiten discernir los aspirantes más adecuados para cubrir un puesto, en función de sus respuestas y comportamientos.

Las dinámicas de grupo son las pruebas más conocidas y más utilizadas por las empresas en sus procesos de selección. Según Manuel Olleros, autor del libro El proceso de captación y selección de personal (Editorial Gestión 2000), «son análisis de casos cuyo objetivo es evaluar las competencias que se ponen de manifiesto cuando los candidatos interactúan».

Como norma general, parten de la reunión de un grupo de entre seis y ocho personas, a quienes se les plantea una situación sobre la que tienen que tomar una serie de decisiones. Lo habitual es que los candidatos formen parte de un equipo ficticio, que tienen que decidir qué hacer ante una situación concreta.

El fin de la dinámica de grupo es «llegar a un acuerdo en un tiempo limitado», explican desde la página web de la Confederación Empresarial de Andalucía (CEA). Estos encuentros suelen tener una duración media que oscila entre los 45 y los 60 minutos, ya que una vez superada la media hora los candidatos dan muestras de fatiga, persuasión y empatía. Pero también es el momento que aprovechan aquellas personas que todavía no han participado.

Diferentes roles

Cada candidato que toma parte en la dinámica de grupo puede adoptar un papel que le ha sido asignado. Esta situación recibe el nombre de dinámica con roles asignados: cada miembro del grupo deberá asumir dicho papel para solucionar el problema que se plantea. «Con ello se pretende que todos los candidatos participen. Este tipo de ejercicios son los más difíciles de diseñar ya que todos los roles han de tener el mismo nivel de complejidad, para respetar la igualdad de oportunidades», sostiene Olleros. En otras ocasiones no existen roles asignados; así los seleccionadores podrán observar el rol que asume cada individuo de forma espontánea, «cómo se posiciona cada uno para llegar a la solución del problema», explica Manuel.

En ambos casos, los evaluadores se dedicarán a observar la forma de actuar de cada uno de los candidatos, evaluando competencias como el trabajo en equipo, el liderazgo, la negociación, la persuasión, la iniciativa o la capacidad de comunicación. ¿Cuáles son las actitudes que más valorarán los aspirantes? Según explican desde la CEA,»hablar con corrección, mantener una actitud de escucha hacia los demás, participar de manera activa en la conversación o toma de decisiones, ser ameno, defender los puntos de vista de una forma razonada y hablar con convicción».

Consejos prácticos

Para tener éxito en una dinámica de grupo, debes tener en cuenta las recomendaciones de la CEA. En primer lugar, debes procurar prestar atención al material escrito que te proporcionen, realizando una primera lectura y marcando la información que consideres importante. Si te sobra tiempo, vuelve a leerlo de forma más detenida, fijándote en cualquier detalle que se te pueda haber escapado. Si se te asigna un papel, intenta fijar tu objetivo dentro de la discusión.

Tu participación debe ser totalmente activa y contribuir a que todo el grupo alcance su objetivo. No dejes de escuchar atentamente lo que explican el resto de tus compañeros. Si puedes debes tomar nota de aquellos puntos que más te han llamado la atención o los que te gustaría debatir.

En todos los grupos te encontrarás con personas más lanzadas y otras más tímidas. Fíjate en estas últimas e invítalas a participar. ?Es un punto a tu favor porque demostrarás que eres observador y que tienes capacidad de escucha?. La concisión, la claridad, la diplomacia y la persuasión deben adornar tu discurso, integrando las aportaciones que delos demás y procurando que tus intervenciones inviten al resto a participar. También es bueno que propongas soluciones al grupo («si planteas algún problema adicional, incorpora alguna solución»).

Vigila el tiempo que os queda, para asegurarte de que el grupo alcanza una solución dentro del plazo asignado. Y para romper el hielo en el inicio de la sesión, utiliza una expresión del tipo: «Si os parece podríamos empezar con…». Así quedarás como una persona con decisión que sabe adaptarse fácilmente a las nuevas situaciones.

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